Bar Valencia 1948 - Restaurante en Almansa — Restaurant in Almansa

Nueva visita en viaje hacia Madrid. Comemos en las mesas de la zona de barra, que mantienen distancia, lenceria y menaje del comedor. Servicio bien, con un camarero que se notaba que estaba en rodaje, hay que darle oportunidad a la juventud. En cuanto a la comida de aperitivo, almendras fritas, aceite de calidad, varios tipos de pan. Acompañamos la comida con un muy decente Piqueras VS, del propio Almansa. Empezamos con una exquisita croquetas de jamón con una yema de huevo encima, para repetir. Continuamos con unos calamares a la romana normalitos, la salsa que los acompaña estaba muy buena. Y un buen canalón de carne. Y llegó la decepción de la comida, los gazpachos manchegos, eso no eran gazpachos, mira que me parecieron buenos en la ocasión anterior, pero esta vez no es que estuvieran mal guisados, que se puede discutir, pues el gusto estaba regulón (carne escasa y 3 trozos de niscalo perdidos en mucho caldo), sino que eso no eran realmente gazpachos, nos los dejamos en su mayoría. Verdaderamente no lo entiendo, me recordó algo similar que me ocurrió en el Parador de Albacete. Así que, aunque un poco defraudados, sigue siendo una buena opción en Almansa. Mejor para carne y pescado. Pero nos costará repetir. Visita anterior: Restaurante que merece un desvío, no es el típico bar de bocadillos al borde de la carretera. Muy acogedor tras la reforma, con mesas vestidas y buena cuberteria, cristalería y servicio de mesa. La carta con muy buen producto, incluyendo buen pescado y marisco. En mi visita a destacar el huevo a baja temperatura y boletus, las anchoas y las chuletillas. Mención a parte los gazpachos, pero es plato regional muy especial que puede no gustar a todo el mundo, en especial por llevar caracoles. No llegamos a los postres. La carta de vino con suficientes referencias, con buen número de vinos de Almansa a...

Estéticamente el restaurante es bonito y te da la impresión de que vas a comer de categoría...y de categoría no hay nada, el servicio muy lento.. entre plato y plato estuvimos esperando más de quince minutos,,las raciones eran justas...para gente comedora no son porque te quedas con hambre,,el plato estrella son los gazpachos..pero no tenían sabor,, pedimos un gazpacho para compartir y nos trajeron individual cuando tenían que haberlo servido en caldero..el precio es alto para lo que vale el restaurante eramos 6 y nos fuimos pensando que lo único bueno de la comida fue la torrija, no recomendamos y no volveremos... para gazpacho bueno mejor ir a la Ramona o casa Pedro,,allí no fallas!!!! Abajo me acaban de responder a mi comentario y voy a responder al propietario: si las raciones según se indica están calculadas el camarero debería de habernos aconsejado sobre las raciones y no nos aconsejó en nada!por otro lado,sobre el gazpacho,nosotros en ningún momento le pedimos al camarero raciones individuales,es más,cuando vimos que se nos sirvió en plato se lo dijimos y él admitió que se confundió.yo estoy embarazada, pedí un sorbete y cuando lo pedí me di cuenta que llevaba alcohol,yo no tengo por qué saber los ingredientes de cada cosa pero viendo y sabiendo mi estado el camarero tenía que haberlo advertido como me advirtió que la ensaladilla es pausterizada,así que lo siento,pero ya puestos..lo...

De vuelta a casa encontramos este restaurante por casualidad y fue todo un acierto. Estaba lleno y sin mesas, pero aun así nos hicieron un huequito en la barra para comer, cosa que se agradece muchísimo después de haber preguntado en otros cuatro sitios donde todo estaba completo.

La comida nos encantó: la croqueta estaba espectacular, la tostada de anchoa del Cantábrico increíble y la flor de alcachofa exquisita. Como plato principal pedimos el arroz caldoso con bogavante. Para mi gusto estaba un poco salado y con un punto demasiado intenso, ya que lo prefiero más suave y ligero, pero aun así lo disfrutamos. Se lo comentamos al camarero y enseguida nos ofreció cambiarlo, un detalle que dice mucho del servicio. No lo hicimos porque tampoco estaba incomible.

El postre fue la guinda: la mejor torrija que me he comido nunca. Además, acompañamos la comida con un tinto de verano de cosecha propia de la casa, muy bueno.

Los camareros fueron amables y atentos en todo momento, lo que hizo la experiencia aún mejor.

Volveríamos sin dudarlo si pasamos de nuevo...