Si buscas una experiencia gastronómica inolvidable, este “Mesón” es, sin duda, inolvidable… pero por las razones equivocadas. Empecemos por la brillante idea de hacerte pasar a la cocina para que veas los platos. Un espectáculo dantesco: bandejas de plata como las de un comedor escolar de los años 80, comida evidentemente hecha horas antes y, por si eso no fuera suficiente para arruinar el apetito, la guarnición estrella: patatas panaderas sin gracia y menestra de bolsa. Imposible hacerlo peor.
Pero no se vayan todavía, ¡aún hay más! Me atreví con un salmorejo que, para mi sorpresa, era de bote (marca García Millán, que tristemente reconozco), coronado con un jamón que parecía sacado de un álbum de pegatinas. Lo mejor: pagas como si te estuvieran sirviendo la receta de la abuela en una taberna auténtica. Por si fuera poco, pedí una tapa y me llegó un platito ridículo, de 1 cm de profundidad, que me cobraron a 5€. Un robo a plena luz del día.
El cocinero, con su actitud de chef estrella (de otro universo, supongo), no hacía más que sumar puntos a la experiencia. Pedimos pollo relleno con jamón, solomillo al Pedro Ximénez y solomillo envuelto en bacon, esperando algo que justificara el precio. Lo que llegó fue una broma de mal gusto: porciones mínimas, carne de calidad cuestionable y, claro, toneladas de la infame guarnición para rellenar el plato y engañar al cliente.
Este lugar tiene la audacia de llamarse “Mesón”, pero ni con el mayor esfuerzo de imaginación se puede asociar ese nombre a buena comida o tradición. Caro, pésimo, y francamente insultante para cualquiera con un mínimo de paladar. No volvería ni aunque me pagaran… bueno, ni aunque me hicieran...
Read moreLugar pésimo para comer. Tienen carta de platos pero al final te hacen sentarte y esperar a que luego vayas a la cocina y te enseñen la comida ya hecha en bandejas de comedor escolar para que elijas sin tener tiempo para pensar el plato que te servirán en un buen rato después, servido tibio, sin sabor y poca gracia. La mesa estaba estaba pegajosa, los cubiertos sucios, solo se salvaban los palillos de pan porque estaban envasados. Queríamos pedir alguna tapa con la bebida y nos dijeron que solo podíamos comer tras pasar y mirar en la cocina, hecho que además me parece poco salubre pasando todo el mundo por allí. Tras esperar un buen rato a que llegaran nuestros platos, como si todo lo anterior era poco, uno de los platos (una """especie""" de san jacobo, que era prácticamente carne rellena con jamón cocido y queso de untar con una salsa con avecrem) tenía varios trozos duros que parecían plástico transparente y además llevaba una guarnición que no era la que se dijo en cocina (dijimos patatas panaderas, no dos trozos de patatas panaderas y un puñado de patatas de bolsa "para niños" con verdura cocinada encima); al quejarnos al cocinero sobre la guarnición, nos dice "bueno, ahora te la comes", con una actitud chulesca y creída desde el primer momento, al igual que los camareros, nada profesionales en el servicio al cliente, de lo peorcito que he visto. Se pidieron dos tartas de postre y eso no eran tartas, sino una especie de mousse templado e insípido, al nivel de comida de hospital, y mucho es. Estuvimos con molestias estomacales...
Read moreEstablecimiento amplío (antigua Bodega) comedor bien distribuido y trato familiar. Una vez acomodado te pasan a la cocina dónde Rosendo, su dueño y artífice, té presenta y explica una selección de bandejas con las especialidades elaboradas para el día... Y ahí es dónde empiezas a comer con los ojos, con la gran duda de qué elegir? entre la cantidad y la variedad de sus exquisitos manjares.
Ya en la mesa, té sirven lo pedido y no sabes sí repetir o probar otro dé los que té han quedado grabado en la retina... Pero!! Hay que dejar sitio para el postre. Variedad de tartas... y ante la duda, lo mejor un surtido de ellas, todas creadas para el día y riquísimas. Acompañas con un buen vino (que tienes donde elegir) y terminás con café y un chupito que te obsequian o te pides una copa de Brandy Infante y te quedas como un "General"
La calidad, la atención y el servicio de 10 y el precio bajo en relación y amabilidad.
Después para bajar todo, sólo queda darte un paseíto por Almonte y visitar sus estatuas y monumentos dedicados al Rocío y a la Madre de Dios su Virgen y Patrona.
O irte a la Aldea y darle las gracias a la Señora en su Santuario, por la salud qué tienes y lo que te han hecho disfrutar los rocieros almonteños del...
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