Restaurante Boroa Jatetxea — Restaurant in Amorebieta-Etxano

i would not recommend it for families with small kids. Despite the big playground on the outside, in the dining area we found 0 tolerance for our family. We went with friends plus our 6, 3, 0 aged boys. Our middle one was a bit on the mood, the waiter was telling him to be quiet and saying that she would take him with her... This comment that some older people still do, which clearly makes things worse ! We were alone in the dining area at that time (still early), so not disturbing any other clients. They suggested we go outside for desert (???) we suppose not to disturb when other people would arrive. Also they were moving our trolley without asking, then asking us to move it... everything seemed to be annoying them. During the lunch we made all our effort to minimize the noise, taking the kids out whenever we thought we could disturbe. At times there were 3 waiters looking directly at us (super uncomfortable). Lunch took forever, several hours with waiting and pauses between dishes (again not optimal for kids). They were nice to always keep our food warm even if we went outside. At the end food was ok (meat was great, codfish regular - Portuguese here so we know what is a good codfish) Price-wise completely exaggerated. Starters from 35eur to 45eur. Deserts at 11eur+. For us, unjustified. We surely...

El restaurante Boroa, con su merecida Estrella Michelin, tiene cocina de alta calidad en un entorno excepcional. Mugarra es uno de sus menús degustación y es una experiencia muy completa de su propuesta gastronómica. La calidad de la materia prima: y el uso de producto de temporada y proximidad, es algo que se percibe claramente. Destaca por originalidad en la combinacion y presentación de cada plato. La estética es un elemento clave en la experiencia, y ofrece una puesta en escena visualmente muy atractiva. Hay un equilibrio de sabores y texturas. Se ve mucho curro detrás de cada elaboración para que los diferentes ingredientes se complementen y tengan una orgia en el paladar. Desde los aperitivos hasta los petit fours que acompañan el café, demuestran un cuidado extremo en cada fase del menú. Ejemplo es el pan brioche con anchoa y mantequilla de albahaca, o el bombón de foie. El servicio es profesional, amable y atento, y la vajilla y cubiertos, que se cambian en cada plato hacen la experiencia global estupenda. Su espectacular entorno, un caserío vasco rodeado de naturaleza y la terraza es un valor añadido que suma a la vivencia. Aunque el precio del Menú Mugarra (alrededor de 100€ sin maridaje) lo considero justificado dada la calidad de la comida, el servicio y el ambiente y he de añadir que gratis, lo hace maravilloso. Había un evento grande que sería de empresa, y nos afecto a los tiempos de espera de los últimos platos tal vez más prolongados y aunque un menú degustación requiere su tiempo se noto en el ritmo sin ocasionar molestia. Boroa tiene fama de actualizar sus menús con productos de temporada, lo cual es de agradecer y es por eso su calidad mantenida. La estrella Michelin genera expectativas y algún plato podría no conectar con el paladar individual, aunque esto depende del gusto y forma parte de cualquier experiencia de alta cocina, cuando te entregas sales beneficiado y contento por abrirte. El Menú Mugarra del restaurante Boroa es una propuesta gastronómica de muy, muy, alto nivel que justifica la reputación del establecimiento. Destaco la calidad del producto, la creatividad en la elaboración, la estupenda presentación y por ultimo la excelente atención. Fue una experiencia culinaria que combina la tradición vasca con toques de vanguardia, encima en un entorno idílico. Si buscas una ocasión especial y estás dispuestos a invertir en una experiencia gastronómica memorable, el Boroa y el menu Mugarra...

Son varias las visitas hechas al Boroa. Siempre salgo satisfecho. La mayoría de las veces he tomado el Menú Bizkargi, el más barato de los ofrecidos, no por ello siendo desdeñable, como tampoco lo es la atención y el servicio ofrecido. Otras he probado los demás menús, de nuevo muy ricos. Mencionar y destacar a Juan Cobo, un magnífico sumiller que siempre nos ha recomendado sabiamente y con el que hemos hablado de vinos si obtener la pretenciosa respuesta y postura de otros sumiller encontrados en los varios restaurantes galardonados con una estrella Michelin que hemos visitado. Nos ha atendido y explicado con suma amabilidad. Del mismo modo destacar el servicio, la retirada de platos, la atención a la falta de pan, de bebida en los vasos y copas, etc.... Es un lugar donde se está, y te hacen estar, a gusto. ¿Y, la comida?. Adrià hizo grandes cosas por la cocina, pero también provoco que, el artificio a veces prime sobre lo fundamental, el sabor. Cuanta presentación llena de belleza que no aporta nada, cuanta técnica empleada que no suma al plato, cuanta búsqueda exacerbada de mezclas (casi siempre provenientes de fuera) que no se fusionan y cuanto añadido que mata el sabor de la materia prima. Aquí, al menos en lo que yo he comido, no pasa. Por la casa han pasado varios cocineros, pero la filosofia se mantiene, cuidado del producto, simpleza y sabor. La mano de la matriarca se nota en como hay sentido detrás de la casa, Asun Ibarrondo tiene las ideas claras. Creo que se me nota el gusto por...