Restaurante Mesón El Olivo — Restaurant in Beas

Un timador con todas sus letras. Fuimos hoy día 14 de diciembre a almorzar mi hija pequeña, mi mujer y yo. Mi mujer se pidió un solomillo a la brasa, para mi hija pedimos media ración de croquetas de pescado y como no incluía las patatas fritas las pedimos aparte, y yo me pedí un entrecot. Al principio todo iba bien, le trajeron a mi hija sus croquetas y su platito de patatas fritas (no traían más que un puñadito que te cabían en la mano, pero como ella es muy pequeña pues nos dio igual), luego me trajeron a mi el entrecot y a mi mujer le pusieron un chuletón, le dije a la camarera que se había equivocado, que no había pedido chuletón, si no solomillo. Al minuto aparece de nuevo con el chuletón y nos dijo que su jefe dijo que si lo echábamos para atrás que nos lo cobraba de todas formas, le dije que eso no era así, ya que el error no había sido nuestro, nos puso mala cara y se fue, volvió de nuevo con el chuletón y diciendo que eso es lo que hay, que ella había escuchado chuletón y eso era lo que teníamos que comer, obviamente no me eche para atrás y le dije que me lo tenía que cambiar, a lo que me respondió con un NO rotundo, por lo que tuve que advertirle de que iba a llamar a la guardia civil. Inmediatamente me dijo que me lo cambiaba pero que a su camarera no le quitaba la razón porque no se había equivocado nunca en su vida (tiene sobre 20 años) así que muchos años de experiencia como para decir que no se había equivocado en su vida no tiene. Tanto que su camarera es buenísima como él dice, pues tuve que repetirle varias veces que me trajera una cerveza porque cada vez que pasaba por mi lado se le "olvidaba", y para cobrarme la cuenta más de lo mismo. Esa es otra cosa.... Me viene la cuenta, me pusieron 3 euros por un puñadito de patatas fritas. Me cobraron el solomillo a precio de chuletón (ya que los precios venían por cada 100gr) y mi entrecot era 3 veces más grande que el solomillo, y el solomillo me costó 3 euros más que el entrecot. Nunca había a ido, y tenía buenas expectativas, pero visto lo visto, ni volveré a repetir, y obviamente no se lo recomendare a nadie. Ya que el trato fue más de un...

Fecha de la visita: 7/12/2021 Llegamos sobre las 14:30 y nos apuntan en lista (2 mesas por delante). Pedimos unas bebidas y nos disponemos a esperar. Y empieza el caos… El terminal de comandas se estropea. Ya durante la espera observó que el tiempo de servicio a las mesas ya sentadas es exageradamente alto para este tipo de establecimiento. En la terraza cubierta de afuera se ven dos camareros atendiendo uno que hace lo que puede con el rango asignado y otro que desaparece más que aparece. Las mesas empiezan a terminar y pedir cuentas, que no llegan porque el terminal no funciona, lo cual se expresa por una señorita delante de los clientes que esperan (que parece la encargada o dueña) en los términos siguientes: ¿que quieren? Si el ordenador no funciona no hay cuenta y que esperen. Tras un buen rato empiezan a hacer algunas cuentas en manual aunque solo aquellas que presionan. Sigue levantándose mesas y nadie dobla mesas para nuevos comensales. Entro a preguntar que si saben aproximadamente cuando puede tocarnos y la respuesta es: no puedo decirte cuando van a terminar de comer las personas de las mesas. A eso indicó que hay mesas vacías y que nadie prepara. Ella es quien debe hacerlo al parecer. Más de una hora después de la llegada no nos han sentado aún, pero a la mesa de 2 de delante nuestra tampoco. Pagamos nuestras bebidas y nos vamos a comer a otro establecimiento del pueblo, El rincón de Joaquín, donde nos reciben con amabilidad y comimos magníficamente. Sinceramente hay cosas que no entiendo: ¿Para que un local tan grande si no pueden atenderlo como es debido? ¿Porque atienden a personas para doblar mesas si no pueden? Siempre prefiero un está todo completo a la tomadura de pelo de más de una hora. ¿Porque hay personas que se dedican a la hostelería y tratan con esa mala actitud a los clientes? En fin, habrá dos partes contentas, yo por no volver a intentarlo nunca y ellos que no se verán importunados por tratar de ser su cliente. Eso si, en el tiempo que estuvimos esperando decir que todos los platos tenían un magnífico aspecto… pero a qué...

Mesón bien localizado en la carretera que cruza Beas. Facilidad para aparcar por las calles cercanas. En cuanto a construcción y decoración el establecimiento hace esquina y es el típico mesón muy amplio, con una terraza exterior cubierta, un comedor pequeño junto a la barra y otro muy grande en el interior. El día que nosotros fuimos, domingo frío de diciembre, se echó en falta que tuvieran encendidas las estufas de la terraza exterior. El lugar estaba completamente lleno, por lo nos apuntaron en una lista de espera y en media hora aproximadamente tuvimos mesa. La carta es variada, a base de raciones, no hay problema para elegir (ver fotografías). Pedimos secreto a la brasa y una brocheta de rape con langostinos. Los dos estaban muy buenos y la cantidad es muy abundante. Con un solo plato come una persona. La presentación-emplatado correcta, sin adornos ni florituras. Adjunto fotografías de todo. La atención por parte de los camareros muy atentos, aunque se les ve un poco desbordados por la cantidad de personas que caben en el local y eso que son bastantes los empleados que estaban trabajando este día en concreto. El precio está muy bien teniendo en cuenta la calidad y la cantidad de las raciones. Como único punto negativo resaltar que tardaron 50 minutos en servirnos la comida desde que la pedimos, pero se comprende teniendo en cuenta que era comida a la brasa y que el mesón estaba completamente lleno. Resumiendo, un lugar...