Sacado de una ensoñación etílica de Julio Llamazares (el escritor no el expolítico), La Chabola es una casa donde viven seres humanos que han decidido hacer de su salón una chupitería en lo alto del Concejo de Cangas del Narcea, en Asturias occidental.
Para los que adolecemos del síndrome de stendhal con las cosas prosaicas y rurales, término que acuñaré -puesto no conozco otro autor que se haya parado a pensar esta singularidad patológica- como "reminiscencia de la boina con rosca", La Chabola es su templo en el norte.
Más de treinta licores caseros al calor de la televisión autonómica y una chimenea donde el dueño te racanea la leña.
Dispone de un fantástico comedor al estilo Vikings y de unas vistas a las montañas aledañas al puerto de Leitariegos.
Nosotros fuimos a escribir, fumar y leer un rato. Se respetó nuestro silencio hasta para dar las gracias ante cada pedido que hacíamos.
El lugar está cercado por perros sin cadena.
Muy...
Read moreEs fácil comer bien en Asturias, platos rotundos, raciones generosas, buen producto y guisos trabajados. Lo habitual es salir satisfecho y es extraño que la sensación sea la insatisfacción y aun mucho más raro el salir con cara de "tonto". Pues ya he sufrido está última opción. Una pena. Local en sitio alejado pero con buenas vistas, comedor con encanto, personal poco acogedor....y pasamos a lo peor, flojísimo menú (el pote total decepción; algunos platos podian haber sido hasta devueltos a cocina de ser clientes "repunantucos") y precio surrealista para un menú que no incluía ni el vino de mesa y con un segundo plato del nivel de un huevo frito con una loncha de jamón). Toda cocina puede tener un mal dia pero, mi personal conclusión es que a estos precios y ese trato, y aun respetando la segura profesionalidad de cualquien restaurador, no seré yo quien dé más...
Read moreAl principio, Valentín puede parecer un poco serio (reconozco que lo pensé los primeros minutos), pero todo cambia cuando te sientas en la barra, te pides un chupito de cereza y le das la oportunidad de hablar. Spoiler: no solo no muerde, sino que tiene un gran sentido del humor y sabe cómo hacerte sentir como en casa.
El sitio, además, es precioso, con unas vistas espectaculares que invitan a relajarse y disfrutar sin prisas. Y si eres amante de los licores, estás de suerte: hay una gran variedad que merece la pena explorar… con moderación (o no, eso ya lo vas viendo con Valentín).
Totalmente recomendable para quienes buscan algo más que un lugar bonito: una experiencia auténtica, con alma, personalidad...
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