Llegamos a las 14:30h, dos adultos y dos niños pequeños, entramos y ni saludan, les pedimos mesa para comer nos dicen que no hay sitio, le decimos que aunque sea en la barra para tomar lo que sea y nos vuelven a decir que no, entramos al aseo antes de irnos y resulta que unos moteros dejan la barra entera libre, nos ve el camarero qué vamos a salir por la puerta y no nos dice ni mu, en la puerta los moteros nos dicen que han dejado el sitio libre, que podíamos ponernos allí sobre todo por los críos y vemos que tienen una terraza fuera en la calle entera vacía, perfectamente nos podían haber hecho aunque fuera unos bocadillos o lo que sea, pero se ve que vais de sobrados o que las ganas de trabajar son mínimas, hemos ido muchas veces, pero está claro que no volveremos, Respuesta al Propietario: lo primero nos estás llamando malos padres ( no te preocupes que en el siguiente restaurante que hemos visto estaban abarrotados de clientes más que vosotros y aún así nos han atendido amablemente y nos han dado de comer simplemente hemos tenido que esperar un ratico), lo segundo la educación la tenéis por los suelos porque si esta es vuestra respuesta a un cliente insatisfecho deja más aún que desear, tercero en ningún momento hemos puesto a los críos por delante ya que ha sido la respuesta de los moteros que han dejado la barra libre y le ha parecido fatal que hicierais eso ( respuesta de ellos pues dinero que pierden) y yo esa arrogancia que tenéis me la miraba porque por lo que he visto no es la reseña qué os ponen de este...
Read more2 estrellas, 1 que vale por 5, para la camarera rubia y profesional que fue la que arregló lo que fastidió su compañero de barra, señor mayor y malhumorado, con poquita educación, empatia y amabilidad. Resulta que terminábamos una comida en familia, muy tranquila y agradable, con un precio medio de 20€/ comensal, con bebida, postre y café, con camareras amables, profesionales y eficaces. Un poco antes de coger el coche, mis hijos se fijaron en las máquinas de bolas que había en la entrada del restaurante, pero tras intentar meter la moneda en varias de ellas y quedarse encajadas, solo una máquina logró tratar la moneda y no salía nada. Los niños entraron y se lo comentaron a un señor mayor de la barra con cara de pocos amigos y me quedé a pocos metros de ellos para controlar..... total, que los niños le comentan lo que ha pasado y este personaje les dijo que ese no era su problema, que el problema era de ellos ... sí, sí... tal cual! Nos dejamos 200€, y ahora le echamos 1€ y ahora ya cambian las tornas. Esas palabras de este individuo dejó a los niños sin palabras y solo me miraron con cara de resignación. Me acerqué y les dije que no me hacía falta ningún euro y la camarera me pidió por favor esperar y me lo dió. Ese ridículo euro no me hacía falta, pero sirvió para darse cuenta de lo mezquinas que son...
Read moreEl restaurante no es lo que era. Los nuevos responsables acabarán con lo logrado por Juan si siguen con la política actual. Ejemplo: un cuenco de salmorejo que pedí, con la elaboración y productos que lleva, 3'50 euros. Pido una gaseosa y solicito que me pongan dos dedos (horizontales) de vino de la casa en el vaso. Iba conduciendo y no quería problemas con la DGT. El vino es una marca de chichinabo, esas botellas que valen unos 3 € en el súper. Malo de narices. Precio: ¡5 euros! La gaseosa aparte, aclaro. Le pongo tres estrellas al servicio por el camarero caravaqueño que nos atendió. Un hombre educado que nos trató bien y que alegaba que los precios los ponía su jefe. Quiso llamarlo. Se lo impedí. No quería trato alguno con él. He sido cliente mucho tiempo. Subo con frecuencia al Sabinar. Eso sí, a mis amistades de correrías les he avisado. En lo sucesivo pararé en el hotel restaurante Malena, a poca distancia del Alameda y que, hasta el momento, tratan mucho mejor a la clientela. Termino diciendo que la consumición fue a la carta un día laborable (78 €), no se trataba del menú del día....
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