Restaurante Fito Mar — Restaurant in Caravia

Trato discriminatorio a personas que van solas. Enfoco la reseña en este punto, ya que me pareció desconcertante, y más aún, indignante, la política que tienen al menos en agosto (cuando abunda la clientela) en referencia a las personas que van solas.

Cuando quise reservar mesa para cenar se me indicó que no me admitían en el interior (zona cubierta) por ser una sola persona y que en el exterior (terraza sin cubrir) no reservaban. Ello implicaba para mi el riesgo de ir y no disponer de sitio por estar completa la terraza o de que lloviera y de igual modo no tener sitio cubierto, a pesar de haber llamado previamente para reservar, lo cual se me negaba.

En el lugar consulté por ello, por si era un malentendido al teléfono, ya que me parecía tanto indignate cómo inaudito. Llevo años viajando asiduamente sola por Asturias y jamás me habia sucedido algo asi. El camarero consultó y efectivamente no habia error alguno, al ir sola se me negaba comer en el interior (si llueve no tengo opción), ni reservar mesa (ya que solo dejan en el interior).

Consulte al camarero por mesas que había de dos personas en el porche del restaurante (resguardadas) por cristalera cerrada, y que al ser de dos me parecio sorprendente que no me dejaran ocupar una, y me indicó que eran de interior y que aunque fueran de dos tampoco podía comer ahí. El camarero fue muy amable consultando a los propietarios y aclarando todos los puntos, incluso consultó cuando podría comer en el interior si así lo deseaba yo, al día siguiente. Cual fue mi sorpresa cuando me dice que estaban dispuestos a dejarme comer al día siguiente dentro del restaurante a partir de las cuatro de la tarde (después de haber dado servicio a todas las mesas, parecen dispuestos a atendenderme y sacar aún más rendimiento) Le indiqué que no se preocupara que no pensaba volver a ese lugar, ni sola, ni con los amigos que se me sumaban en unos días (clientela que han perdido, aunque probablemente no les preocupe mucho)

Me parece indignante, discriminatorio y denunciable (además de muy poco inteligente), que se establezca esa política en un restaurante, con la idea de sacar más provecho económico a una mesa de dos (que por cierto, en ese sentido pueden estar de lo más equivocados)

Como indicaba previamente, a lo largo de muchos años he pasado temporadas viajando sola por Asturias y jamás ni allí ni en otros lugares me había sentido discriminada de esta manera por el hecho de ir sola.

El trato con el camarero fue educado y cordial, mostrando su comprensión y empatia. Cosa muy distinta a las personas que rigen ese restaurante las cuales deberían de tomar conciencia sobre sus decisiones, el trato discriminatorio que estan ejerciendo, y la afección que ello tiene (en todos los sentidos), en las personas. Solo pido que se me trate como al resto de clientes, tanto cuando voy sola,...

Fitomar: Una experiencia sobria y satisfactoria con vistas excepcionales

Como persona austera y amante de la comida sencilla, decidí visitar el restaurante Fitomar para explorar su propuesta gastronómica. Desde el momento en que entré, fui recibido por la encantadora y atenta metre, Marta, quien se preocupó por asegurar que tuviéramos una experiencia agradable.

Fitomar se encuentra estratégicamente ubicado con acceso directo a la hermosa playa de La Espasa. Esto brinda a los comensales unas vistas excepcionales mientras disfrutan de su comida. El ambiente austero y minimalista del restaurante se complementa perfectamente con la belleza natural del entorno, creando una atmósfera tranquila y relajante.

La atención de Marta fue impecable, y su conocimiento sobre el menú nos ayudó a tomar decisiones acertadas. Nos guió con amabilidad a través de la variedad de opciones, asegurándose de que nuestras preferencias se tuvieran en cuenta. Su dedicación y disposición para ayudar en todo momento fue admirable.

Los platos que probé en Fitomar fueron impresionantes tanto en presentación como en sabor. Cada uno de ellos evocaba los sabores del mar de una manera excepcional. Los ingredientes frescos y cuidadosamente seleccionados se combinaban de forma armoniosa, creando una experiencia culinaria memorable. Los sabores marinos se realzaban sin perder su esencia, transportándonos a las profundidades del océano con cada bocado.

Además de la calidad de los platos, debo destacar las generosas porciones que ofrecen en Fitomar. Aunque mi objetivo era disfrutar de una comida modesta, me sorprendió gratamente la cantidad que nos sirvieron. Cada plato era tan abundante que fácilmente podría haber alimentado a una familia de seis personas. La atención al detalle y la generosidad de Fitomar son verdaderamente notables.

La joya de la corona de Fitomar son las vistas excepcionales que ofrece. Mientras disfrutábamos de nuestra comida, contemplábamos la magnífica playa de La Espasa, con el sonido suave de las olas del mar de fondo. Estas vistas brindan una experiencia única y enriquecedora, añadiendo un toque especial a la comida.

En resumen, Fitomar ofrece una experiencia gastronómica sobria pero satisfactoria, con acceso directo y unas excelentes vistas a la playa de La Espasa. La atención de Marta fue impecable, y su conocimiento sobre el menú nos ayudó a tomar decisiones acertadas. Los platos sorprendieron con sus sabores marinos y su presentación cuidada. Si buscas una comida abundante y de calidad, no dudes en probar uno de sus arroces para tres personas. Fitomar es el lugar perfecto para aquellos que valoran la sencillez, la excelencia culinaria y la belleza natural del...

Llevamos más de 40 años viniendo a comer/cenar. El responsable siempre ha sido algo antipático y chulo (como otras reseñas indican) pero hoy ha superado el techo de la mala educación, prepotencia, chulería y ha demostrado su nula profesionalidad y 0 empatía hacia el cliente. Íbamos con una persona muy mayor y pedimos sentarnos en una mesa a tomar algo hasta que el resto de la gente llegara. Más que nada porqur hacía mucho viento y era muy molesto para la persona mayor. Teniendo el local y terraza vacías nos dice que no... que las mesas son para comer (eran las 12:30). Después de insistir se nos dejó 1 silla (para dos personas) casi perdonándonos la vida. A la hora de la reserva se nos asigna una mesa justo donde más viento hacía (al lado de las ventanas correderas abiertas). Teniendo en cuenta lo que acabo de explicar parecía una broma de mal gusto o es que el responsable tenía ganas de tratarnos aún peor. Pedimos cambiar al comedor con menos corriente de aire y dijo que no. Todo esto con el restaruante vacío. Después de una pequeña discusión iniciada por dicho personaje se nos recolocó a una mesa con menos aire. La atención fue pobre no por los camareros, que fueron muy amables pero es que este restaurante/responsable tiene a un camarero por comedor, todos estresados y corriendo. Se escuchaban comentarios tipo "qué estrés, me va a dar algo..." corriendo tomando nota, etc. La comida bien pero cara para lo que es (como muchas otras reseñan indican). En fin... hasta un camarero se disculpó por las malas maneras del encargado. Sr encargado: lea y aprenda un poco de como se trata al cliente y amplie la plantilla porque todo hace que la experiencia en el restaurante fuera pésima y desagradable. Encima de pagar un pastizal salimos maltratados por usted. Explotando al máximo a sus camareros cuando debería contratar a bastantes más para ofrecer un servicio aceptable. Las sillas todas rotas y peladas, cámbienlas o compren una funda, pésima imágen. Se aprovecha de que es verano y su ubicación. Repito: el encargado muestra un despotismo, chulería, arrogancia y una poca profesionalidad que ha conseguido que después de 40 años no volvamos más. Y a los futuros...