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Hotel/Restaurante en el que hemos pasado un fin de semana maravilloso.
El hotel cumple con creces los estándares de alojamiento. Ofrece todo lo que puedas necesitar. Camas cómodas, una estética cuidada, si eres observador una puerta de acceso al restaurante que quita el sentido de lo bonita que es, un patio cuidado, rincones en las platas primera y segunda que invitan a sentarse y leer.
En cuanto al restaurante he de decir que cuidan y mucho lo que te traen a la mesa. Recomiendo la sopa castellana, la tarta de cebolla y el menú de carne. Las ensaladas muy grandes y con aliño perfecto. Todo se puede compartir (fuimos dos personas) y quedar muy muy satisfecho.
Sorprende la elección de los vinos de la carta. Abundante en vinos de Valtiendas. Primera vez que los pruebo y sorprenden.
El desayuno hipercorrecto si buscas sencillez. Un pan de hogaza que a la hora de tostar es una maravilla. Un jamón cocido extra de calidad, tortilla de patata, fruta de temporada etc. buffet clásico.
El entorno si te gusta el senderismo es un auténtico paraíso.
Pero todo esto no es lo más reseñable. Lo más reseñable es el trato que recibe un cliente cuando se aloja allí.
Todo el personal se centra en el cliente. Haciendo que tu estancia sea perfecta.
Si algo no está a tu gusto te lo solucionan en el acto.
De especial mención es que cuando llegas por primera vez a tu habitación la estancia y el hotel están a una temperatura perfecta. Da igual que bajes a desayunar a primera hora.
Repetiremos y esa vez iremos con el peludo pues resulta que son bienvenidos hasta el restaurante.
Un...
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Cute place with lots of potential. Friendly staff though mediocre kitchen. Salad was completely uninspiring. Solomillo was poorly cut and poorly cooked. Cheesecake was terrible and more like a white flan. In a time when restaurant dining is no longer a necessity,, this place can be happily ignored until new management arrives and shows...
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Hemos estado este fin de semana en El Rincón de la Hoces y sólo tenemos buenas palabras. Desde la llegada ya se nota que has acertado. El trato del personal es exquisito. Las habitaciones espaciosas, limpias y muy cómodas. La zona es genial, ya que desde la misma puerta puedes hacer rutas como la de las hoces del Duratón que es una pasada. Hemos comido y cenado allí todo el fin de semana y nos ha encantado, desde el chuletón a la cecina, pasando, como no, por el lechazo, que lo hacen de lujo. Además hemos ido con nuestra perra con la cual nos han permitido ir a comer y cenar, cosa que no ocurre en todas partes. A todo esto le puedes sumar una terraza para tomar una cerveza fresquita con el murmullo de la presa. No quiero terminar sin mencionar también el trato de TODO el personal que ha sido muy cercano y cariñoso. A pesar de ser un trabajo duro y poco grato en ocasiones, lo han hecho siempre con una sonrisa. Hacéis un gran trabajo....
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