Restaurante Yerard 44 — Restaurant in Carrizo

Buena calidad y trato. Ambiente tranquilo y de pueblo. Dejo esta reseña por haber visto una situación bastante desagradable que ha tenido que sufrir el dueño del local. Al lado nuestro había un matrimonio esperando su cena y al ver que se retrasaba en vez de hablar con el dueño o el servicio a empezado a criticar la situación y comentarles la situación de forma despectiva a los demás clientes. Si el objetivo era cenar, hubiera sido de gran educación acercarse al personal y trasladarle su queja. Cuando el dueño ha escuchado lo que decía de forma despectiva este matrimonio, se ha acercado para comentarles que lo sentía y que su comida no iba a tardar. En lugar de aceptarlo, se han marchado de muy malas formas y aún habiéndoles dicho el dueño que lo que habían consumido corría de su cuenta la mujer ha añadido: “Esto no va a quedar así, va a quedar reflejado”. En una pena que en una localidad como esta en la que la gente de buena voluntad hace un trabajo en beneficio de los locales y turistas y que tiene que trabajar duro a diario para pagar sueldos, generar empleo y pagar impuestos IMPUESTOS, tenga que aguantar este tipo de...

Restaurante pizzería en carrizo de la ribera Local amplio muy luminoso Trato un poco frio precio muy caro 15 € una ración de callos cuando en cualquier otro bar de León está entre los 8.5 y 12 € Tapas malas y escasas no me dieron a elegir y me pusieron una croqueta mala y de bolsa Dispone de una amplia terraza exterior Los baños están limpios Problemas a la hora de aparcar cerca aunque al ser una localidad pequeña se puede aparcar en las calles adyacentes Pedimos un refresco y un par de cafés y aunque el servicio muy lento 45 minutos para calentar unos callos y ni siquiera nos limpiaron la mesa Lo hicieron cuando nos marchamos Le pedí un café al camarero y me lo puso en vaso cuando yo le dije que lo quería en taza Me puso mala cara y en vez de hacer otro paso el contenido del vaso a la taza Muy mal...

Ayer fuimos a tomar algo y, al llegar, nos dijeron que no podíamos sentarnos porque estaban cerrando y ya no servían, salvo a quienes ya estaban instalados. Lo entendimos, ya que cada establecimiento tiene derecho a decidir su horario de cierre.

Sin embargo, nos sorprendió que, al pasar por el mismo lugar un par de horas después, seguía abierto y atendiendo a nuevos clientes, no solo a los que estaban inicialmente. Esto nos hace cuestionar el criterio que se aplica para decidir a quién se atiende y a quién no.

Por supuesto, cada negocio es libre de tomar sus decisiones, pero en un pueblo tan pequeño y con tanto turismo en temporada, este tipo de actitudes dejan un sabor amargo. Es una pena, porque quienes venimos a disfrutar del lugar también queremos sentirnos bienvenidos...