Meson Romero — Restaurant in Castril

Sábado Santo venimos desde Pozo Alcón hasta Castril y no hemos hecho reserva, todos los restaurantes a rebosar y gente preguntando por mesas libres y no hay, finalmente en Castril nos metemos en su casco urbano y encontramos una mesa libre en este mesón (Somos cinco personas) y la queremos dentro porque fuera hace mucho frío. Por supuesto ni hemos leido opiniones previas ni nos podíamos permitir ese lujo pues está todo a tope. Nos atienden rápidamente y nos sirven la bebida eficazmente. Pedimos unas bravas, dos pollos al ajillo, una de magra con tomate y un revuelto con setas. Los platos llegaron en muy buen tiempo, calientes, con cantidades correctas y muy ricos. Las bravas poca ciencia tienen y la salsa no es muy picante. El pollo al ajillo muy rico acabamos el pan mojando en el aceite, la carne magra igualmente muy rica, también el pan cumplió su función mojando y el revuelto correcto. Dos personas pidieron postres y tres cafés, los postres de lujo, caseros y con cierto aire al "Calitos" de Guadahortuna, no creo que los hagan ellos, pero sí se los tiene que llevar un obrador o pastelería de buen hacer. El final de la cuenta 104 € con seis bebidas. Sinceramente salimos a 20 € por persona, un Sábado Santo, sentados de lujo en un mesón, lo veo bastante bien, veo que las opiniones se quejan de los precios, pero es que creemos que por ir a Castril un tercio nos tiene que costar 2 € y un plato de pollo al ajillo 8 € y eso ya es historia del pasado, en Castril, en Granada y para que contar en Madrid...

Una GRAN estafa. En primer lugar, la dueña, te miente diciéndote que el menú da para dos personas. Pedimos un menú para ver qué tal y nos cobró dos menús.

En segundo lugar, el menú de degustación vale 25€ y la cantidad de comida es como para las hormigas.

El menú incluye: 4 rodajas minúsculas de embutido local unas dos cucharadas de tomates rallados con pimiento asado y cebolla, 3 trocitos minúsculos de lomo de orza con una cucharadita de algo tipo humus encima, un platito pequeño con patatas cocidas huevo cebolla y aceitunas minúsculas, Unos 8 taquitos de carne de ciervo frito. Postre (tarta)

Toda la comida estaba en un baño de aceite. Gracienta a no poder más.

La caña de cerveza la más pequeña que he visto en mi vida.

Pedimos también tinto de verano que lleva básicamente casera, dos cubitos grandes de hielo y un dedo de vino para colorear un poco la casera. En un vaso alto tipo tubo, los dos cubitos ocupan en altura la mitad del vaso (el diametru del vaso es el mismo que el de los cubitos). El resto es gaseosa casera y un dedo de vino como decía.

La cuenta, 80€. En mi vida me han estafado de ésta manera en un restaurante. Por supuesto que no volveré y ella seguirá estafando a la gente porque la mayoría es turista de paso. Pero ES UNA...

Llegamos sin reserva y nos atendieron sin problema. De todas formas ojalá nos hubiesen dicho q no porque salimos muy descontentos. Sin comer prácticamente y con una cuenta muy cara. Carta pobre y limitada, pedimos q añadiesen un huevo frito a los nuggets del niño y dijeron q no q estaban las sartenes ocupadas aunque sí pudieron cocinar un revuelto de setas (por cierto muy insípido). No tenían pollo solo lomo. Pedimos patatas bravas y las pusieron rancias... flipante, el camarero lo reconoció y puso otras de nuevo rancias...a mí no me ha pasado esto nunca. Un choto con ajos hecho tipo cocido nada apetitoso y caro. La cuenta final cerca de 90 euros...(no cobraron las patatas lógicamente), nos fuimos con hambre y enfadados porque nos gastamos mucho dinero y no comimos bien. Los postres aceptables. Dieron una hoja con la cuenta a mano....nada de tickets. Una impresión mala y luego para más inri también cobran por visitar el río, no creo q volvamos al pueblo. Lo siento, ha sido una mala experiencia pero la hostelería en cierto modo deja mucho q desear. Lean reseñas y pongasen...