No es porque lo tenga muy muy cerca de casa, ni porque los conozca / me conozcan de toda la vida. Pero es un lugar que recomiendo bastante últimamente, no es un restaurante al uso, más bien un bar con raciones. Todas muy ricas y cocinadas como en casa, generosas y genial relación calidad-precio.
Metido en el pueblo y sin mucha publicidad. Puede parecer que tiene mal aparcamiento, pero solo hay que subir un poco más arriba y hay bastante sitio 😉
Cuando pides un chuletón a la piedra de estas dimensiones y calidad (aprox. 1Kg), y las patatas que lo acompañan le hacen competencia, dice mucho y bueno de la calidad del producto. Las croquetas buenísimas, y los revueltos generosos en cantidad y muy ricos también, en la foto el revuelto mar y tierra. Y de postre... Una tarta de queso, cuya ración serían fácilmente 2 en otros locales 😜
PD: si os gusta el flan casero... Buenísimo, y de tamaño considerable para una ración, es el doble que en otros lugares.
Aquí las hamburguesas se ponen en barra de pan, y si te atreves, tienen la BodeBurguer, de dimensiones... Barra de pan de pueblo 😂, pero eso ya lo dejo para otro...
Read moreSe trata de una antigua bodega, que antaño surtía de vino blanco las soleras del valle de Toranzo. Aún se conserva algún vestigio de aquel negocio aquí y allá, que el dueño del bar sabrá explicarte. Fuimos a cenar pronto, sobre las nueve y pico y estábamos solos. No sé animó mucho más después el local, solo se ocuparon otras dos mesas. Me habían recomendado probar matanza y eso hice. Pedimos una sartenada para dos personas. Morcilla, chuletas, torreznos, chorizo, huevos y patatas: 32 €, que con los postres, agua y un par de copitas de Ribera, se pusieron en 52 €. La comida estaba correcta, sin más y se me antojó algo escasa. Teniendo en cuenta la relación calidad- cantidad-precio, me pareció algo caro. El entorno es muy bonito y está a media hora de Santander. Resumiendo: en mi opinión, un aprobado. Puede que vuelva a probar...
Read moreUn 10 en trato, servicio, comida excelente y ambiente, terraza preciosa, bodega familiar, con comida casera y con un personal que te atiende como si fueras de la casa, no como un turista, trato del que ya no se ve, llamamos a la bodega porque pillaba cerca y necesitamos que nos echaran una mano con un percance que tuvimos y recibimos más de lo que esperábamos, sin duda un lugar para ir y repetir, que pena que no nos pille cerca de casa, sino sería nuestra nueva bodega favorita en el día a dia, suerte los que pasáis por aquí o la tenéis cerca. Nos vamos enamorados de Cantabria, de su gente y de la bodega de Villegar. Gracias por vuestra atención y por devolvernos la esperanza en el ser humano. Volveremos. Si queréis pasar un buen rato y comer rico,...
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