Casa Marabina — Restaurant in Culleredo

Ante todo, indicar que la comida estaba buena, pero para mí la experiencia ha sido muy negativa. Hemos probado 3 tipos de churrasco (cerdo, ternera y vaca), de sabor exquisitos, hay que reconocer que la materia prima no es mala, pero las raciones son muy escasas. A ello hay que sumar más de una hora de reloj para que nos sirvieran. El lugar parece acogedor, pero el interior, porque desafortunadamente no había sitio y nos tocó comer en la carpa que tienen en el aparcamiento, en la cual permiten fumar, y tener animales rondando por las mesas, que para mí parecer, hace la experiencia aún más desagradable. Los postres muy ricos, el "locura de chocolate" delicioso y abundante, pero pedimos una de orejas y nos trajeron literalmente una oreja de poco más tamaño que la nuestra... En resumen, casi 83€, que me han resultado dolorosos, por comer 2 adultos y 2 niños, en una carpa de aparcamiento con un servicio muy lento y escaso. (Cuando hablo de servicio no me refiero a las camareras, que fueron correctas y amables en todo momento) Siempre doy segundas oportunidades, pero me he ido con muy mal sabor de boca y dudo que repita en esta ocasión

EDITO RESEÑA PARA DAR RESPUESTA AL PROPIETARIO, PORQUE NO TODO VALE: Estimado propietario, ante todo me gustaría reseñar que soy una persona muy objetiva y leo varias veces lo que escribo antes de publicarlo, ya que mi intención nunca es hacer comentarios destructivos, sino constructivos, lo cual es difícil de contener tras la larga espera que tuvimos que soportar con dos criaturas. Tal vez, si hubiésemos llevado a alguno, o a todos, nuestros "peludos" (como se refieren últimamente en RRSS a perros y gatos para ganarse el aplauso fácil) nos hubiesen servido antes. Permítame decirle, si es que no le ha quedado claro en el párrafo anterior, que adoro a todos los animales, peludos y sin pelo, pero cumpliendo la LEY y alguna norma de civismo que se están pasando por el forro algunas personas más adorables que los animales, no se me ocurre llevarme a mis cuatros San Bernardos a comer conmigo a un restaurante y permitirles que vayan a saludar a todos los comensales, pero bueno, tendré en cuenta para la próxima vez que en su restaurante son bienvenidos en esas condiciones. Hablando de Leyes, creo que esta que le comento está recogida en el mismo "libro" que la antitabaco para "espacios cubiertos y cerrados por dos o más paredes", no sé, tal vez haya cambiado y yo no me he enterado. En cuanto a la reserva con más tiempo, hay que saber decir que no si no se puede atender a tanta gente. Hubiese preferido ir otro día que les viniera mejor atenderme en condiciones. No voy a entrar en los pesos de la carne ya que no llevé la báscula para comprobar si me estaban facturando bien los gramos o no, pero desde luego "a ojo" y por experiencia, eran raciones muy escasas. Ya para finalizar, deben mejorar no sólo los tiempos, también la manera de encajar las críticas constructivas y sobre todo hacer que se cumpla la ley, por muy bonitos que sean los peluditos, o el mono de nicotina de algunos comensales...

Agradable oasis para el buen comer en Ledoño. Pequeña y tranquila localidad que quedó alejada de la gran circulación desde la activación de la tercera ronda, lo cual tiene sus pros (para los clientes) y sus contras (para los hosteleros de la zona). "Cociña da terra" a cargo de Marabina con un deje caribeño de fondo que no disgusta nada al paladar. Dependiendo de cómo de inspirado esté ese día el fogonero o fogonera, podrás disfrutar de una carne a la brasa que oscila entre buena y excelente. Lo mismo ocurre a veces con los calamares, que pueden pasar de ricos a deliciosos, a veces lastrados por si el aforo del restaurante está completo o si tienen tiempo o van ir con poco apuro en la cocina. Merece la pena desviarse ya sólo para probar la tapa de callos del fin de semana. Mención aparte merece la muy bien aprovechada terraza interior, con mucho encanto, pero aconsejo que si ese día os toca comer con uno de los socios del Bambú (el del moño) en la mesa de al lado, mejor pedid que os pongan en otro sitio porque es de esos que se piensan que están siempre en el salón de su casa y tuvimos que aguantar UN HORA de flamenquito con el móvil a todo trapo, palmas y hasta zapateao flamenco a medio metro de la picanha que estaba intentando comerme. La respuesta de la camarera a la que preguntamos si no le parecía excesivo lo que estaban haciendo nuestros vecinos fue la NADA absoluta. Resumiendo, buen sitio para comer y recomendable, pero rogamos que el día que vayan a permitir celebrar jornadas de flamenco al menos avisen a los clientes para que puedan decidir si asistir...

Buen menú y lugar acogedor, al que cuando llegas ya te dan ganas de comer por el olor a parrillada. Comimos de menú (14€ con 1,5€ extra si pides algún plato "un poco más especial" como entraña a la parrilla o secreto de cerdo).

Cuidado, porque depende de lo que pidas puedes quedarte corto con el segundo plato o el primero. Aunque nosotros acertamos y pedimos callos y fideuá (riquísimos) con churrasco (algo escaso) y entraña, que estaban también de muerte.

El único pero es en LOS POSTRES CASEROS, que tienen que MEJORAR MUCHO, ya que tanto el pudding como la tarta de chocolate estaban secos y demasiado pastosos... Una pena, porque somos de buen comer, de postre casero siempre, y nos había llamado la atención (sin embargo, no le quito puntuación, porque puede haber sido puntual, pero es algo muy importante a tener en cuenta y mejorar para que no pase más veces... Al menos si quieren mantener el nivel).

Un punto positivo por café de pota, bien rico e intenso.

Con ganas de volver y probar carta u otro...