Restaurant El Rodavi — Restaurant in Cunit

Experiencia muy mala. Unos días antes habíamos pasado mucho calor en la terraza de otro restaurante de Cunit y llamamos a Rodaví para reservar dentro SI TENÍAN AIRE ACONDICIONADO por la temperaturas que todos estamos sufriendo estos días. Aire acondicionado, era la petición. Nos indicaron que sí, que tenían el interior climatizado...reservamos.

Nada más lejos de la realidad ya que aunque efectivamente había máquinas de aire, era como si no existieran. Hemos comido a unos 33°C. Todas las mesas quejándose del calor insufrible y la sudada que llevábamos todos encima. Hasta mareado y pálido he visto a un señor al salir, el pelo de chicas encrespado y gente quitandose la camiseta al salir porque estaba empapada. Había más gente con abanicos dentro que fuera en la terraza, para que se pueda entender.

No tiene sentido casi ni valorar una comida donde no estás en unas buenas condiciones para disfrutarla.

La comida, está bien en general, el menú de diario era de platos abundantes. Único error: con el Xató trajeron una tortilla de patatas reseca incomestible que no tenía sentido en ese plato. Por lo demás, la comida y calidad/precio es la esperada o incluso mejor de lo esperado para ese menú. En carta, me parecía algo caro pero no lo puedo valorar.

A nivel de servicio, los camareros bien y de buen humor pese a que ellos también sufrían el calor. Aunque había bastante descontrol en el orden de las mesas y cuando era casi horario de cierre se ponían a recoger mesas vacías en lugar de pedir postres o cafes a mesas sentadas. No fue un mal servicio general aunque fueron 2 horas para comer de menú porque había mucha gente ese día.

En esa zona se paga por aparcar, zona naranja, como 1,5€/h, sólo como aviso coged margen para no tener que volver a poner ticket, aunque es fácil encontrar aparcamiento...

Comimos de maravilla. La fideuá y las costillas estaban espectaculares, y el trato del camarero fue cercano, amable y muy atento. Un auténtico acierto haber elegido este sitio, sobre todo porque no es el típico restaurante de playa: la calidad de la comida marca la diferencia.

Sin duda habría puesto las 5 estrellas, pero le resto una por un detalle que me pareció feo: nos cobraron 1 € por los envases para llevarnos la comida que sobró. Sé que la normativa lo permite, pero creo que no es el mejor gesto hacia el cliente.

📜 Según el Real Decreto 1021/2022, los restaurantes están obligados a ofrecer envases para llevar la comida no consumida, sin coste adicional, siempre que estos sean reutilizables, compostables o fácilmente reciclables. Solo pueden cobrar si el envase no cumple con esas condiciones, como ocurre con algunos envases de aluminio o plástico de un solo uso, y deben indicarlo claramente en el ticket.

Además, el mismo decreto fomenta activamente que los clientes se lleven la comida sobrante como medida para reducir el desperdicio alimentario. Cuando te llevas lo que no has terminado, estás colaborando con un objetivo social y medioambiental. Y por supuesto, también es una señal de que la comida te ha gustado tanto como para querer repetir en casa.

Y no olvidemos que esa comida ya está pagada (y de sobra) en el precio del menú, así que cobrar un extra por el envase no deja la mejor impresión.

Por eso, aunque entiendo que el cobro sea legal, me parece un gesto poco elegante. Por 1 €, ni ellos ni nosotros vamos a ser más ricos ni más pobres, pero ese detalle empaña una experiencia que, por lo demás, rozaba...

Si te gusta el sabor a ajo con aceite, estás en el sitio indicado. Fuimos porque tiene muy buena puntuación en TripAdvisor y el Google y quizás nuestras expectativas eran demasiado altas. Por partes: El sitio en sí: es una masía que de primeras y desde fuera parece espectacular pero dentro es cutre. Cutre nivel manteles de papel, mesas de diferentes maneras o ventiladores (en el techo y, lo que es peor, de pie, repartidos por la zona de mesas del patio interior. Los baños dejan mucho que desear. La comida: raciones muy abundantes y baratas pero de calidad muy normal. Te obsequian con un platito de embutido cortado (con fuet, entre otras delicatessen) e incluso eso es demasiado grande. Pedimos patatas bravas, mejillones y almejas a la llauna y una dorada a la brasa para compartir. La dorada muy rica pero te la ponen con unas setas que, además de que no pegan con el plato, saben exactamente igual que las de bote de mercadona. Los mejillones y las almejas no puedo decir qué tal estaban porque su sabor estaba camuflado detrás del ajo con aceite. Las bravas, buenas. El servicio: los camareros son lo mejor del sitio. Muy amables. No obstante, pedimos datáfono para pagar con tarjeta y, siendo que era inalámbrico, nos pidieron que pasáramos por la caja para pagar. Además, nos repasaron la cuenta preguntándonos si era eso lo que habíamos pedido antes de sacar el tiquet, para comprobar la cuenta. Nos pareció un poco de andar por casa. En general, un sitio que puede que por calidad-precio esté bien pero a veces es preferible pagar un poco más y hacer cosas...