BAR RESTAURANTE EL PANTANO — Restaurant in El Campillo

El hotel tipo marroki, la decoración Interior muy bonita con una fuente en medio que le daba un aire muy personal al salón donde puedes tomar alguna copa, las habitaciones bien y en el área más tranquila, la nuestra estaba en la planta baja y daba a un jardín precioso, con hamacas y camas balinesas que miran directamente al mar, el personal muy profesional y agradable!! Lo único que no nos gusto mucho fue el desayuno, a pesar de tener cocina en vivo, hacían las tortitas con antelación, con lo cual se enfriaba y estaban buenas de sabor, pero frías y los sanwhiches de jamón York y queso también estaban hechos con antelación, con lo cual estaban duros y no se podían comer, el zumo no era natural, si había bastante fruta! Las vistas desde la terraza del desayuno preciosa y aunque nos comentaron que no se podían dejar toallas u otros objetos en las hamacas, la gente en el momento que se levantaban dejaban sus cosas en las hamacas y era difícil conseguir alguna! Aunque coe estas cosas en negativo que creemos que es fácil de solucionar, es un hotel...

Tiene una excelente ubicación y acceso en pleno cruce entre las carretera A476 y la nacional de Badajoz. Preciosas vistas hacia la sierra. Un muy buen local, tanto el interior que es amplio y está muy bien distribuido, como el exterior con una muy amplia terraza, perfectamente preparada incluso para el tiempo de calor/sol con toldos y sombrillas. Para utilizar a cualquier hora, normalmente vamos a desayunar y también en alguna ocasión a tomar unas cervezas con tapas, pero una merienda en primavera o incluso una cena en la terraza en verano es una muy buena opción. Es un lugar tranquilo donde hay buen trato. La relación calidad precio es buena. Siempre...

Éramos cuatro y un niño. Llegamos sobre las 14:15 y salimos sobre las 16:30... pidiendo tapas. Todos comimos a destiempo. El niño pidió salmorejo y era de bote,malisimo! El pobre pedía pan pero no se lo traían y tres cuartos de hora más tarde nos dicen que lo están haciendo. Casi a las 16:00 horas trajeron un pinchito que era lo que faltaba. Mientras tanto los camareros comían patatas y veían la fórmula 1. Pasotismo total era surrealista. Ya le tuvimos que decir al dueño que no era normal lo que pasaba..nos pidió disculpas y nos quiso invitar al postre aunque nosotros lo que queríamos era salir ya de allí. Precio muy caro teniendo en cuenta k...