Me casé en el Racó d’Anna en agosto del 2015 y a día de hoy aún sigo intentando reponerme de la vergüenza y el desastre de convite de boda con el que me encontré. Se aprovecharon de nuestra buena fe, primero cuando decían que la impresora nunca les iba y que por tanto no podían darnos el menú más que escrito a boli y siguiendo porque no le dijimos de firmar un contrato...si, fuimos muy inocentes. Así pues llegado el día pasaron entre otras muchas cosas las que paso a relatar a continuación: La tarta, siendo agosto, estuvo a la intemperie desde las 8:30 de la noche hasta las 12 que se partió. Teníamos contratado un túnel de humo a nuestra entrada que fue inexistente. Ese día llovió a ratos y para cuando llegaron nuestros invitados muchos se encontraron con las sillas mojadas y los platos sucios por la lluvia. El convite obviamente era al aire libre y se nos dio como excusa, que se limpio varias veces, pero obviamente no antes de que llegasen nuestros invitados, teniendo varias personas que poner las servilletas de tela en sus asientos para intentar no mojarse. A la llegada de los primeros invitados (que llegaron unos 15 min antes de la boda, habiendo sido ya el restaurante avisado de esta circunstancia y sin que pusieran pegas) y dado el mes de calor que era, dos familiares pidieron agua y se les negó, alegando que se les daría cuando comenzase el cattering. Los refrescos estaban calientes durante el cattering, exceptuando las cervezas. Cuando empezó la música y la gente empezó a levantarse, poco a poco fueron recogiendo las mesas y sillas, dejando a mucha gente sin la posibilidad de volver a sentarse si así lo deseaban. Mezclaron los regalos de los novios con los regalos sorpresa de mi hermana y amigos, con el consiguiente cabreo de estos últimos ya que vimos las sorpresas que nos tenían preparadas (cuando mi hermana les avisó de que no los mezclasen). A la hora de partir la tarta, se nos dejó solos sin ninguna explicación acerca de qué debíamos hacer, por suerte nuestra fotógrafa se portó genial y nos ayudo no solo en ese momento sino en muchos otros. Y como metedura de pata nº1 y muestra de la poca profesionalidad y educación por parte del restaurante, excepto, todo hay que decirlo, de 1 de los camareros que fue el único que estuvo a la altura, aunque por desgracia no pudo suplir solo la incompetencia del resto del equipo...NO DIERON A ELEGIR CARNE O PESCADO!!! se sirvió directamente carne, cuando estaba pactado en el menú la elección de 2 tipos de carne y 2 de pescado, por desgracia no todos los invitados lo sabían y puesto que no dieron ningún papel con el menú a los invitados se aprovecharon de ello para no calentarse la cabeza. Por lo que mucha gente no se comió el plato principal. Tuvieron suerte aquellos que pidieron una vez servido el cordero, pescado y se les cambió, otros no tuvieron tanta suerte y al pedirlo se les contestó de mala manera diciendo que lo tenían que haber dicho antes, cuando no se les preguntó, dejándoles con el cordero que no se iban a comer en la mesa. Por no hablar de que se saltaron un entrante y al pedirlo la madre del novio, se le dijo que eso no entraba, cosa muy graciosa porque si estaba en el folio que se nos dio con el menú así como en la prueba del menú que realizamos.
Conclusión: un sitio bonito, con buena comida, bueno para ir a comer un da (cosa que yo obviamente nunca volveré a hacer por motivos evidentes), pero con un servicio para bodas tan nefasto y falto de seriedad y coordinación que no me salen las palabras para expresar lo engañados y estafados que nos sentimos..ah! teníamos contratada la música y la barra libre hasta las 4:30-5 y a las 3:30 nos cortaron...un bonito colofón a una noche que supuestamente debía de ser...
Read moreLo he visitado innumerables veces desde hace ya 6-7 años. Soy cliente muy habitual.
Está en el Camp D'Elx, en la partida de Maitino. Amplio aparcamiento. Posee bastantes salones muy bien acondicionados. Decoración rústica. Muy buenos exteriores con plantas, varias zonas amplias de terraza y una zona de pérgola (utilizada en otros tiempos para actuaciones musicales y orquestas) estupenda para comer al aire libre en pleno campo.
Regentado por los hermanos Francesc (Jefe de Sala, Gerente y Sumiller) y Anna (la Chef).
Tienen menú del día por 12€ de martes a viernes así como menús de fin de semana: uno más económico (19€) y otro más extenso (23-24€), pero siempre a precios comedidos. También hacen menús algo más especiales para días señalados y festivos pero sin superar normalmente los 26-28€ pax (salvo Navidad, Año Nuevo, Reyes, que los precios suben algo más porque la calidad y abundancia del menú lo requieren para dichas fechas tan señaladas).
Abren de 8-18h: desayunos, almuerzos y comidas. No ofrecen servicio de cenas para poder centrar todas sus energías, sobre todo, en el servicio de comidas.
Excelente variedad y calidad de arroces a la leña preparados por Anna, la Chef: conejo y caracoles, arroz negro, arroz caldoso de manitas con garbanzos, arroz de secreto, ajetes y trigueros, arroz con costra, ...
Ricos gazpachos también a la leña.
Caldero de pescado de roca de Tabarca brutal. Aquí me he comido tres de los mejores calderos de mi vida con el punto de sabor (potente), Allioli y textura del pescado y arroz posterior perfectos.
Los arroces, gazpachos y caldero son, junto con los vinos, sus buques insignia (y la razón para ir).
Muy buenas entradas: calamar a la andaluza, fritura de pescado, croquetas, sepionets, carpaccios, setas con foie, mariscos, ensaladas,...
Las tablas de ibéricos y embutidos son estupendas y las tablas de quesos, muy curradas, espectaculares.
También tienen carnes a la brasa, entrecot de ternera a la brasa de gran calidad así como pescados.
Los postres, caseros, fabulosos: tarta de zanahoria, tarta de manzana y, en especial, el brownie de chocolate y, sobre todo, la tarta rizada (brutal).
En cuanto a vinos es un Santuario: tiene una muy extensa carta de vinos que se sale del Sota-Caballo-Rey típico de la hostelería normal. Posee algunos vinos algo más comerciales y conocidos pero, sobre todo, vinos de alta calidad y mucho menos comunes en el circuito normal de HORECA. Posee muy buena variedad de cavas y Champagnes, vinos blancos, rosados, tintos y, sobre todo, vinos generosos (Marco de Jerez y Montilla-Moriles). Toca casi todas las DOs de España y también vinos internacionales además de Champagne: Jura, Borgoña, Chateneuf-du-Pape, Grecia, Italia, Eslovenia, Portugal, ...
Posee una "pequeña" tienda de vinos en un rincón del restaurante con todas las tipologías excepto los generosos que los tiene en la pared interior de un salón de unos 200 metros cuadrados. Brutal.
Francesc, su gerente, es un apasionado del vino y organiza catas de diferentes tipologías y partes del mundo: Italia, Portugal, Borgoña, Champagne, Chardonnays del Mundo, Espumosos del Mundo, Jerez, Montilla, ... Bodegas concretas que vienen a presentar su gama de vinos, vinos naturales, etc.
Todos los años organizan la Sherry Week que consiste en un menú maridado exclusivamente con vinos generosos (fundamentalmente del Marco de Jerez y Montilla-Moriles aunque también puede haber vinos del Condado de Huelva o Málaga).
También organizan catas privadas y eventos: bautizos, comuniones, bodas, cumpleaños, etc.
Un lugar para no perderse, para ir a disfrutar y dejarse llevar de la mano de Francesc y Anna, tanto en vinos como en comida.
Una pasada y mi segunda casa...
Read moreUn quiero y casi no puedo. Bueno pero... Quizás el que fuera un día entre semana lo hacía más desangelado. La zona cubierta parece más un local venido a menos lleno de mesas y sillas que un acogedor restaurante. La zona exterior debió ser bonita por su estructura de madera, hoy descuidada con solera de baldosas rotas. La carta está formada por una tabla de madera con un clip superior que sujeta folios arrugados y desgatados escritos a máquina sin gracia alguna. Preguntamos por el menú y nos lo cantan sin precio. Al pedir 2 arroces diferentes nos contestan que con el menú sólo se puede pedir uno. Somos cuatro comensales. La mesa de la izquierda y la de la derecha, con dos comensales cada una, están tomando el menú con dos arroces diferentes entre ellas. Si nuestras dos mesas, que juntaron para nosotros, hubieran estado separadas unos centímetros, no hubiese habido problema, pero al no estarlo sí que existía. Extraña relación entre distancia entre mesas y opciones de tipos de arroz. Nos decantamos por la carta. Croquetas buenas pero algo caras, 2,20 euros. Buñuelos de mero, buenos, muy buenos pero escasos. Arroces buenos pero uno ligeramente salado. La tarta de postre muy buena, sin embargo el flan desmerecía, pero barato. El vino tinto de la casa era primo del flan, malo malísimo. Por precio está bien, por lo que considero que la relación precio calidad, en su conjunto, es buena....
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