Kanala Beach — Restaurant in Gautegiz Arteaga

I visited Kanala Beach Restaurant with some friends while visiting the Basque Country and oh my! What an incredible experience that was! From the deliciously scrumptious dishes, to the decor, service and wine, everything was outstanding! The complimentary bread they served was one of best breads I have probably ever tried. The kind and attentive waiter brought us an aperitif on the house: a local sun dried tomato with home made garlic paste and butter served on a local beach peach pebble. We asked the waiter for recommendations and brought us Basque fried peppers ( my favorite!); followed my langostinos; tuna tartar served over seaweed with a very well presented home made mango sauce; and beyond incredible meat. Our teenage daughter ordered croquettes and French fries. She is a very picky eater and she devoured those croquettes. Could not even tried them! I did try the home made French fries. Delish! All dishes were paired with incredible wines. We ended up our dinner with the most delicious desserts ever: some kind of lemon custard and torrijas! Oh my! I am still dreaming about those desserts and the incredible time and experience we had at Kanala beach. A must visit for any...

Una experiencia… inolvidable. Había reservado mesa con antelación para celebrar mi cumpleaños con un paseo por la playa y una buena comida. El plan era perfecto, hasta que empezó la comedia de errores. Nada más llegar, el camarero se dirigió directamente a mi pareja —varón— para confirmar la reserva, a pesar de que estaba hecha a mi nombre. Un pequeño detalle sin importancia… salvo por el tufillo a micromachismo que impregnó el recibimiento. Ya en la mesa, nos ofrecieron rodaballo fuera de carta. Yo elegí rodaballo y él solomillo, pero se nos aclaró que la pieza era para un mínimo de dos. Él cambió su elección y yo Ilusionada, acepté encantada, pero… oh, sorpresa: tras tomar nota e ir a la cocina, la camarera volvió a nuestra mesa con más malas noticias: el rodaballo se había esfumado misteriosamente. Cuando cambiamos por segunda vez a solomillo y alcachofas, tampoco quedaba solomillo. Ni entrecot. A esas alturas, parecía que la carta era más bien una lista de lo que no había. De hecho, preguntamos “¿qué es lo que tenéis?”, y acabamos eligiendo por descarte. Por suerte, el chuletón aún sobrevivía al naufragio. Hasta aquí, una se consuela pensando que al menos la comida estaba buena (y lo estaba, eso sí). Pero lo más curioso fue ver, minutos después, cómo a una mesa cercana se le ofrecía —y servía— el mismísimo rodaballo que a nosotros nos habían negado, además de ofrecer besugo y san pedro (pescados inexistentes fuera de carta para nosotros 20 minutos antes). ¿La explicación? Que eran “los jefes”. Fascinante. No sabía que la gastronomía venía con jerarquías sociales incluidas. Intenté expresar mi incomodidad con educación, pero las excusas se fueron acumulando: que el pescado acababa de llegar (a las 3:30 de la tarde), que si esto, que si lo otro… En resumen: mal gestionado, mal explicado y peor justificado. Ah, y para rematar, cuando pedí la cuenta, el datáfono se lo tendieron directamente a mi pareja, otra vez. Porque claro, una mujer pagando, eso sí que no. En definitiva, buena cocina, personal amable… pero un servicio que confunde simpatía con profesionalidad, y cortesía con condescendencia. Una pena. No por la comida, sino por todo lo demás. Por cierto, comimos en la zona que denominan “La Terraza”, como te salgas del arroz, estás acabada… Me quedé con ganas de volver otra vez para probarlo, eso fue al principio de la comida. A los 20 minutos de estar sentada, pensé “Pongo a Dios por testigo que jamás volveré al...

Hebíamos reservado mesa para 4 en el gastronómico, lo sé seguro porque era el cumpleaños de mi hija y habíamos buscado un lugar especial con todo el cariño como hacemos siempre, inculuso habíamos pensado ya el vino mi esposa y yo, un Maleolus. Al llegar, nos dicen que esperemos en la barra y tomemos algo, que aun no es la hora de la reserva ¿?, en fin, faltaban 10 minutos pero nos tomamos algo en la barra. Tras tomar las consumiciones consultamos a la misma persona que nos he hecho aguardar a la hora a ver si ya podíamos pasar, nos indica que sí. La sorpresa llega cuando al entrar al comedor un chico que parece al cargo, nos dice que nuestra reserva la han puesto en la terraza, lo cual no entendemos pues reservamos ennel interior y al llegar y comprobar la reserva, la primera persona, una chica, no nos pone ninguna pega. El caso es que en la terraza no sirven la misma carta, lo limitan todo a paellas, pescados y carnes a la brasa y sencillos entrantes...en definitiva lo que podría ser una carta de Txiringuito playero pero con más nivel, la terraza es acogedora y el personal muy amable, pero hemos tenido que elegir entre lo que había en la carta de la terraza en lugar de poder disfrutar de la experiencia gastronómica del interior...seguro que fuera también nos hubieran sacado el Maleolus, pero para la paella y el filete con patatas fritas hemos preferido una caña. Decepcionados con la atención al cliente pues cuando te confirman por mail la reserva, en ningún lugar aparece si has reservado gastronómico o terraza y por tanto no puedes argumentar nada en un caso como este. No voy a valorar la comida pues sería injusto, pero creo que no me vuelvo a arriesgar a ir hasta allí para que me pase lo mismo, porque por lo que he podido ver, el comedor gastronómico se...