El Prau del Sol — Restaurant in Gijón

La peor experiencia culinaria y de servicio de mi vida. Fuimos a pasar un domingo tranquilo y se convirtió en una pesadilla. Cuando llamé por teléfono para reservar, pregunté por la opción de si podíamos comer fuera o dentro en función de la evolución del tiempo y me dijeron muy amablemente que no había problema. Una vez allí, planteamos inicialmente comer dentro y finalmente nos quedamos fuera sin dar lo que creíamos demasiada tarea en ese momento al servicio. Después de ordenar la comanda y pasando 45 min desde que acabamos los entrantes ( no merece ni que haga mención a la comida porque era de calidad más bien justa), preguntamos varias veces y de buenas maneras por el cachopo de cecina que habíamos pedido. Los camareros que nos atendieron nos dijeron que volvían a solicitarlo. Después de que pasara en total casi 1 h y sin seguir con el segundo y ya con mucho frío y estando con dos niñas de un año, entramos dentro a decir que si el cachopo no iba a salir que nos cobrasen y nos íbamos. Nos dijeron que ya estaba hecho y que nos podíamos sentar dentro, lo cual nos pareció bien. Hasta aquí todo bien. El problema empieza cuando cortamos el cachopo para emplatar a cada comensal su trozo, en ese momento es cuando nos damos cuenta que no era el cachopo que habíamos pedido. Un chico de las dos parejas que íbamos le dice que no es el cachopo que habíamos pedido y en ese momento, el responsable/dueño pierde completamente las formas y nos empieza a decir en mal tono y a voces que llevábamos mareando desde el minuto uno y que llevábamos echando broncas a todos los camareros ( cosa que los propios camareros reconocieron que no era así). Nos dice también que le teníamos que haber reclamado el cachopo antes ( fue fallo nuestro no darnos cuenta sin cortar el cachopo que no era del relleno que habíamos pedido…). En ese momento y también “casualmente” se dirige a mi que no he protestado en ningún momento ni le he reclamado yo nada del cachopo, pero soy una de las chicas( ¿casualidad?). Se dirige a mi en tono muy maleducado y a voces no dándome opción a réplica, diciéndome que no me quiere ni escuchar ( ¡un 10 en educación de nuevo! ). En ese momento uno de los amigos le pide la hoja de reclamaciones y nos dice que primero le paguemos y luego ya nos la da…(se creía que nos íbamos a ir sin pagar, no sé a que perfil está acostumbrado). Le dijimos que por supuesto el cachopo no lo pagábamos porque no llegamos ni a probarlo dado que se dio todo lo anterior. En ese momento yo me cojo a mi hija de un año que no tiene porque presenciar este espectáculo y salgo del local, esperando no volver nunca jamás. Cierto es que al resto de comensales les pidió luego disculpas según me dijeron. Pero a la que faltó al respeto y trató mal cuando lo único para lo que interactúe yo fue para valorar si nos sentábamos dentro o fuera cuando llegamos tal y como me habían ofrecido al hacer la reserva, fue a mi, ya que he de decir que con otro chico de las dos parejas que íbamos su tono fue más contenido finalmente. Me reservo mi opinión personal pero quedó retratado. No suelo poner opiniones pero es que ha sido el día más infernal de mi vida comiendo en un restaurante. Espero que no trate así a la gente porque desconozco como puede funcionar un negocio así, gran mérito el que tiene y espero y deseo que haya sido todo porque...

Después de comer en muchísimos restaurantes / bares, ayer puse mi primera reclamación.

Llegamos al restaurante sobre las 15.15, y una vez pedido, nos trajeron los primeros platos pasada la media hora . Los chipirones y los tortos, mejor no hablar de ellos….. ( congelados y malos). También pedimos un cachopo, el cual hasta las 16.35 no preguntamos por él, ya que nos parecía que estaban tardando mucho. Sobre las 16.45 nos dijeron que estaba a punto de salir. Les preguntamos si podíamos pasar dentro porque nos estábamos quedando fríos en la parte exterior, ya que íbamos con dos niñas pequeñas.

Una vez dentro, llego el cachopo a las 17.05 de la tarde. Nos pusimos a cortar el cachopo y nos damos cuenta de que el cachopo que nos trajeron no era el que habíamos pedido. Se lo comentamos al responsable, cuando de repente pierde las formas, no empieza a decir en tono desafiante y a voces que llevamos mareando desde el momento que llegamos y echando broncas a los camarero que nos atendieron (Al cual preguntamos, y reconoció delante de todos, que le preguntamos por el cachopo de forma educada y con respeto). Sus palabras textuales fueron “tenías que haber reclamado el cachopo antes de cortarlo para que os lo hubiese cambiado “ ( Desde cuando se ve el relleno que le pones a un cachopo sin cortar?). Se dirige a mi amiga de malas formas. En ese momento, tal es mi cabreo, que le contesto que después de esperar una hora, le comentamos que el cachopo está mal( solo faltaba quedarnos callados, después de esperar por él una hora) y le solicito el libro de reclamaciones, contestándome de malas maneras, que no es un libro de reclamaciones si no que es hoja ( mi ignorancia ante este tipo de situaciones) y que pague, que no me voy a ir sin pagar. Le digo perdona, no se piense que me voy a ir sin pagar pero el cachopo no se lo pienso pagar… solamente le voy a pagar lo consumido.

En ese momento se acerca otra camarero, de muy malas formas, diciéndome que no de voces en su bar y que no le caliente. A tal cosa le contesto, que ningún momento he dado voces a nadie ni he tratado con mala educación, solamente quiero la hoja de reclamaciones debido al cabreo y trato recibido y que no tengo mas que dirigirme a el.

Finalmente pago, le pongo escribo la hoja de reclamaciones. Cierto, es que una vez que recapacito (muy tarde) nos pidió disculpas de que perdió los papeles y que se había calentado

Mi reflexión es : Si todo el mundo espera para comer dos horas, comida de calidad -1, y encima se confunden, creo que mínimo te deberían pedir disculpas y tratar...

El ambiente del lugar estaba bien porque tenían música en la terraza y el espacio era tranquilo pero el mobiliario estaba poco cuidado. Además, teníamos frío en la sombra y el toldo no lo podían mover por lo que pasamos bastante frío y no se estaba cómodo comiendo. La comida está medianamente bien pero la ensalada casi no venía troceada, la lechuga era imposible de comer porque los trozos eran enormes. Los cachopos estaban buenos y eran bastante grandes pero los calamares aunque estaban buenos era poca cantidad para el precio que tenían, una ración normal de calamares 22€… una auténtica barbaridad. Los postres sin duda, una basura. Preguntamos si la tarta de queso era hecha en horno y nos aseguraron que sí, pedimos varias raciones y no era el caso.. se lo dijimos y no se disculparon ni nos sugirieron un cambio por lo que intentamos comérnosla, fue imposible… sabía a solo a queso de untar revenido.. y el otro postre que era una tarta de la abuela era industrial y estaba malísimo también… Tanto es así, que después tuvimos molestias digestivas. Nos cobraron 173,90€ por una comida que no llegaría ni a 100€. Precios abusivos que no se corresponden con la calidad de la comida que nos dieron. El trato fue correcto en todo momento y el personal bastante amable pero las medidas de higiene no eran las adecuadas.. había un gato suelto entre las mesas de los comensales y la camarera en una ocasión le dio una lata de comida al gato y sin lavarse las manos ni tener ningún tipo de precaución no sirvió la comida. A la hora de pagar quisimos pagar individualmente cada uno nuestra cuenta en efectivo y el camarero nos preguntó que si nos daba los céntimos para no complicarse y tener que hacer más cuentas… pues si además de la pedazo cuenta no nos quieren ni dar el cambio en condiciones ya sería increíble. Una pena, la verdad. Porque el lugar...