Restaurante Les Cabañes — Restaurant in Gijón

PARA NO VOLVER.

Ayer teníamos una mesa reservada para cenar 6 personas, nada más entrar y preguntar por dicha reserva una camarera nos manda esperar un momento y entra para las zona del comedor (por la tardanza de unos minutos entiendo que había ido a preparar la mesa) raro se me hizo ya que una mesa reservada no estuviese montada para la hora indicada cuando apenas había comensales cenando. Aún así eso es lo de menos (pero todo suma, y no para bien)

La comida mejorable en cuanto a calidad precio. Lo que se pidió de entrante y la merluza bien. La sorpresa llega cuando nos sirven el resto de platos. Uno de los cachopos algo quemado el rebozado, el bistec bastante gordo y ni siquiera preguntaron por el punto de la carne y para rematar, en el plato de lechazo APARECIÓ UN BICHO, avisamos al camarero en cuanto comimos dos cachos y nos dimos cuenta y sin decir ni una palabra retira el plato y nos viene con otro con 2/3 cachos de lechazo y patatas, se le dice que no se va a comer, que gracias y de muy malas maneras, en plan DÉSPOTA y PREPOTENTE salta con un " hasta que no esté acabado no me lo llevo, hay que comerlo todo" se insiste en que no y retira el plato, EN NINGÚN MOMENTO vino nadie a pedir disculpas. Destacar que hasta ese momento uno de los trabajadores (por las formas entendemos que encargado/dueño) cada dos por tres preguntando que tal la comida, si estaba buena, etc, para mi gusto un poco cansino que cada poco se esté así, quieren pasarse de atentos. Después de dicho incidente NO APARECIÓ MÁS POR LA MESA. Para acabar nos pregunta el camarero si queremos postre, entre ellos nos dice que hay tarta de queso, yo decido pedir y el resto no quieren nada, otro fallo más, si no hay tarta de queso como la ofrecéis? No se puede ofrecer algo que no está en carta ya sea porque no se tiene o porque se ha acabado. Al pedir la cuenta nos viene el camarero con el lechazo en un Tupper, se le vuelve a decir que no y al ver el ticket me niego a pagar ese plato comunicándolo así al camarero y pidiendo hablar con el encargado. Pues simplemente nos viene el camarero con el ticket y el lechazo descontado, posa la cuenta en la mesa y dice "arreglado" y ya.

PÉSIMO TRATO.

Y que conste que 24€ de lechazo no van a ningún lado si hubiesen sabido reaccionar ante dicha situación, una disculpa hubiese servido, es algo que puede pasar aunque en hostelería algo grave. Con unas disculpas nos hubiésemos callado, se hubiese pagado todo y con no volver...

Visitamos este restaurante en la subida a la Campa Torres un Domingo a finales de Agosto. Mis críticas son de tres tipos de mayor a menor importancia:

1. El trafullerismo": el restaurante tiene una carta de comidas con platos variados incluyendo varios platos para compartir. He aquí nuestra sorpresa cuando la persona que nos atiende no nos permite" pedir comida de la carta (aunque fuera diciéndonos que platos no tiene), sino que nos canta al vuelo y corriendo los platos que ese día nos puede ofrecer de entrantes y segundos. Obviamente dentro de esos platos nos impide nuestra idea de pedir para compartir,

   imponiéndonos" porque si la selección de platos que él desea, y que supongo incluye todos los caros. Esto es un tipo de engaño al cliente, pues si no tienes carta pues no tienes pero si la tienes no es normal que no te deje mirarla y pedir lo que quieras dentro de lo que tenga.
2. La relación calidad/precio es baja: los platos son pasables, sin mas, pero el precio es elevado: alrededor de los 100 euros para 4 comensales con un plato principal para cada uno, un entrante, una ensalada de lechuga y tomate (que nos ofrece como ``acompañamiento" haciendonos entender que es el acompañamiento de los segundos y no un plato aparte), y agua para todos, sin postres. Dos platos eran cabrita, que OK es mas caro, pero sin ningúna gracia especial. La ensalada nada, y el entrante caliente algunas croquetas y algo mas encima de un poco de embutido, recalentado el último al tener los calientes encima. Comestible y ya.
3. Trato/local: el trato es raro, con los platos cantados al vuelo sin esperar a que llegue el último comensal, y el camarero que entiendo puede ser el dueño intentando controlarlo todo hasta el punto cómico de llegar a nuestra mesa con el cabrito y

   recomendarnos" que echáramos salsa del plato encima del cabrito para a continuación hacerlo el directamente sin darnos opción a oponernos. Lo nunca visto. El local en sí es

   viejuno", reminiscente de un estilo de boda finales de los 80, pero esto último ya es cuestión de gustos personales. Le pongo dos estrellas y no una porque la comida se podía...

Les Cabañes: Un tesoro escondido con una relación calidad-precio inmejorable Visitamos el restaurante Les Cabañes un grupo de cuatro personas y quedamos gratamente sorprendidos. Tres de nosotros optamos por el menú del día, que incluía unos callos con garbanzos picantinos realmente deliciosos, con un toque justo de alegría para despertar el paladar. De segundo, la carne guisada también fue un acierto, tierna y sabrosa, de esas que te hacen sentir como en casa. ¡Y las raciones! Sencillamente superabundantes, nadie se quedó con hambre. Para culminar el menú, disfrutamos de una deliciosa tarta San Marcos y un cremoso flan de la casa. La cuarta persona de nuestro grupo se decantó por la fritura de merluza, y según nos comentó, estaba perfecta: pescado fresco y un rebozado crujiente en su punto. Además de la excelente comida, el ambiente tranquilo del local invitaba a una sobremesa relajada. Pero si algo queremos destacar especialmente es el servicio. Nuestro camarero, Falin, fue excepcionalmente atento y amable en todo momento, haciendo que la experiencia fuera aún más agradable. Y para rematar, la relación calidad-precio es sencillamente excelente. Disfrutar de una comida tan rica y abundante a un precio tan ajustado es, sin duda, un gran punto a favor de este restaurante. En resumen, Les Cabañes es un lugar muy recomendable si buscas buena comida casera, un ambiente tranquilo y un servicio atento, todo ello sin que tu bolsillo se resienta....