Partimos de que antes de ir miramos los precios de la carta. La chuleta a 65€/kg no me pareció nada barato y por eso me fijé. Al llegar al restaurante miré la carta que tienen expuesta en la entrada y el precio marcaba 68,5€/kg. Sorpresa. Un precio diferente al de internet. Al sentarnos nos dieron la carta y el precio de la chuleta, adivinad, era de 72€/kg. ¿Cómo es posible que tengan 3 precios diferentes? Bueno, obviando eso, nos sentamos a la mesa. Llevaba años sin ir por lo que, esperando una comida tradicional en un sitio tradicional y nada barato, me sorprendió encontrarme sin mantel en la mesa. Ahora te ponen los individuales. La servilleta de papel, nada de tela. No me parece agradable que sea así. Pedí una botella de txakoli bizkaino y me trajeron y descorcharon uno diferente y Gipuzkoano. Como no me enseñaron la botella no me di cuenta hasta servirme. No hubo ningún problema en cambiarlo, faltaría más, pero el comienzo no fue el esperado. Pedimos 3 platos de carne laminada, suponemos que entrecot aunque no lo indica. Recalque que la carne la quería poco hecha, dos veces, y obtuve un "por supuesto" como respuesta. Bueno, pues llegaron hechos. No los eché para atrás porque la carne estaba rica. Pedimos croquetas pero no las apuntaron, lo solucionaron cuando se lo indicamos. Un precio excesivo para el tamaño que tenían. Sopa de pescado, muy buena, pero servida en un bol que no te dejaba comerla con la cuchara. Pedimos cambio de plato y lo hicieron. La camarera que nos atendió se notaba que no tenía experiencia, una sonrisa ayuda bastante, pero no sería su día. Mi hijo pidió carrilleras, que le encantan, porque en la mayoría de los casos suelen poder cortarse solo con el tenedor. Estas necesitaron un buen cuchillo, bastante tiesas aunque la salsa estaba rica. La merluza con txipirones en su tinta, en otra época su plato estrella, fue un "sin más", nada especial y con un pedazo de merluza escaso. Lo mejor de la comida fue la tostada, no torrija. Muy buena, la verdad, y buen tamaño. El lemon pie no era un pie, un barco de líquido con sabor a limón que se quedó casi entero. La ración de pan y "servicio" a 2,5€ cada uno me parece una barbaridad. Nos los pusieron por defecto sin preguntar. 15€ de pan en una comida de 6 personas no es de recibo. Un bollo de pan. Lo del " servicio" no es cobrable, y lo deben saber. En definitiva, precio alto para una comida justita, con tropiezos. No es lo que era y en nuestro caso, no volveremos. Una pena porque manteníamos buenas expectativas del pasado, que ya...
Read moreCreo que no merece más estrellas. Está única estrella esta ganada a pulso. No voy a criticar la calidad de la materia prima o la calidad de su elaboración. Pero si su insolencia y falta de profesionalidad. Así como su afán de creerse más listos y de tratar de engañar a sus clientes con trampas. Crítico su desidia y falta de inversión en el local, en formación y contratación de personal... Desde hace bastante tiempo, están bajando considerablemente la calidad del servicio. Pero no la de los precios, que entre otras cosas, no se ajustan a la realidad de un local anticuado e incómodo. Pagas una factura desmedida. No evolucionan en nada. Mantener la esencia y personalidad de un local, no se logra sin esfuerzo. Y ese esfuerzo ha de ir acompañado del saber y querer hacer las cosas bien. Cada vez atienden peor. Eso sí, te cobran como en un local de lujo. Las cantidades son de chiste. La presentación de los platos deplorable. No hay innovación en la carta. Ni siquiera existe una carta cuidada La estética es de chiringuito de tercera. Llaman en la carta, chipirones, a algo troceado tipo sepia que cobran a 22 euros. En la factura, misteriosamente el nombre cambia a Jibiones pero mantiene su precio de 22 euros. La imagen y profesionalidad del personal no está cuidada en absoluto. No se puede vivir de la gloria de otros tiempos eternamente. El único baño de que dispone el local es diminuto e incómodo y no es accesible para todos los clientes. Tiene un escalón y has lavarte las manos a la vista de todo el servicio del local. Las sillas son incómodas e incluso no cuidaron en absoluto el montaje de las mesas. Éramos 8 y pusieron una mesa larga. A un lado 5 y al otro solo 3. Les da igual. son detalles que indican, que tan sólo les importa cobrar... En ese rango de precios, uno espera un poquito más que un servicio de manteleria con cosas de papel. Además, el agua es del grifo, y es la más cara de la historia con la excusa de la botellita de cristal Km cero. Y el hecho de que ponga que está filtrada. Con ese truco, evitan tener que poner agua del grifo gratis como manda la ley. Lamentablemente, se aprovechan de una fama que en su tiempo pudo ser justificada, para clavarnos con una desfachatez increíble. No...
Read moreHemos acudido hoy a comer dos personas con reserva., No soy cliente habitual, he acudido en dos ocasiones . Espero que lo que he vivido hoy sea una excepción, pero creo que debo poner esta reseña, porque lo que he sentido ha sido esto. El tiempo necesario para sacar el Plato principal nos ha llevado cerca de 35 minutos desde los entrantes. Nos han declarado que se les ha olvidado, pero si es cierto que la atención que se tenía con los clientes habituales, no tenía nada que ver con la que teníamos nosotros. La dedicación a los clientes habituales creo que influye que se puedan olvidar de platos como los nuestros. Finalmente, cuando nos los han servido han sido conscientes y nos han pedido disculpas y de propia voluntad querían invitarnos al postre. Uno de los dos platos principales que nos han servido nos lo han puesto además frío, y hemos necesitado además volver a pedir que nos lo calienten.
Nosotros hemos recibido un nivel de atención totalmente diferente a los tiempos dedicados por los camareros a los clientes habituales.
Realmente en un restaurante puede haber una diferencia, pero tan grande y ofensiva para el cliente no habitual, no la entiendo.
Sobre la calidad de la comida, en mi criterio los platos elegidos, no sería en ningún caso para poner una reseña ni de un tipo, ni de otro.
Pero salir a comer a un restaurante no tiene que conllevar pasar mal rato. Dado que el cliente no puede decidir el tiempo de servicio.
Quizá es más un local más satisfactorio y enfocado a clientes frecuentes. Pero no deja de estar abierto a todos por igual.
Sé lo que supone una reserva para un restaurante, pero más de media hora sin que nadie se percaté, ni se dirija a ti en una mesa en un restaurante. me hace considerar necesario ponerlo. Además, el camarero conversando permanentemente con otros clientes conocidos de otras mesas .
Proponer Invitar a un postre , creo que no...
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