La Perla ha sido durante años uno de los restaurantes de referencia en Guadalajara con una gran cocina. Tras muchos años sin ir en los que no dejado de escuchar que había empeorado mucho y no merecía la pena volví con dos amigos a comer y la experiencia fue muy buena. Situado junto a la estación de tren, lejos del centro, por lo que casi seguro hay que ir en coche o transporte público. Disponen de psrking para clientes. Es un local grande, con una zona de bar, una terraza y un salón restaurante bastante grande. La decoración sí ha quedado bastante anticuada, mobiliario, mantelería, paredes, etc piden a gritos una renovación, lo que creo que le daría una nueva vida al sitio. En cuanto al personal, que según otras reseñas parece un problema, lo encontramos muy correcto. Camareros de vieja escuela, educados, atentos y el servicio bastante rápido. En el salón se estaba celebrando una boda y no tuvimos retraso ninguno por ello. En cuanto a la carta, está basada en una cocina castiza, basada en el producto, y elaboraciones que no van a sorprender por su modernidad pero a nuestro parecer todo con buen sabor. Nos sirvieron de aperitivo una plato de migas manchegas que perfectamente habrían valido de primer plato, buena cantidad y muy sabrosas. También pedimos una ración de torreznos crujientes, no grasientos y con buena cantidad de magro, no se les puede pedir mucho más. Y de principal loque fuimos a buscar, Carne a la piedra. Un plato que han tenido en carta desde siempre. Un estupendo lomo de vaca, marcada desde cocina y con un plato caliente para terminar de hacerlo a tu gusto en mesa, o calentarlo porque se puede comer tal cual viene de punto. Acompañado por una ración de patatas fritas caseras. Espectacular, tal como lo recordaba, acabamos pidiendo un segundo plato. Carne con un sabor estupendo. De postre una tarta de queso, correcta pero no impresionante. Con la cuenta nos invitaron a un licor. En definitiva puede que no conserve la importancia que tenía hace años pero sigo considerando que es una buena opción para ir a comer y disfrutar de ello. Y creo que una pequeña remodelación y lavado de cara le podría dar mucha vida. Nos hemos quedado con ganas de volver a probar el otro plato estrella que recuerdo,el arroz...
Read moreHemos comida en n una mesa 13 personas hoy día del padre. Y aunque no suelo hacer críticas negativas me hubiera haber leído las reseñas antes de haber ido hoy. Lo primero que nos encontramos en el salón “abarrotado”, una cosa es que esté lleno y otra que no puedas pasar ni detrás de las sillas. La primera sorpresa viene cuando pedimos unas botellas grandes de agua, y nos dicen que no tienen, entonces pedimos jarras con agua y nos dicen que no pueden ponerlas. Por ley desde enero de 2023 es obligatorio. Por tanto tras hablar con otro camarero lo conseguimos. La segunda sorpresa es el precio desorbitado de los platos de la carta. Ilusa de mi pensé que se correspondería con la cantidad y calidad de los platos. Para atendernos 30 min y para traerlos 40 min. Los platos van saliendo, sin orden, por tanto cada uno de los comensales comimos en un momento. Puedo opinar de lo que se pidió en la mesa: chuletillas de cordero, pedi que fueran con unos ajitos para los niños y me dicen que son así, falso, sin ajos frías y 6 unidades. Croquetas: diminutas, secas, todo masa, diría que no son caseras, de echo dejamos dos sin comer. Entrecot: fino, duro y seco. Los mejillones: ricos pero con excesivo caldo, patatas con huevos rotos simplemente bien. Postres: abundantes pero tartas secas. El salón lleno de humo ya que ponen unas planchas para cocinar carnes, tuvimos que abrir la ventana. En definitiva no repito. Ni por calidad, ni por cantidad ni por el ambiente. Hay restaurantes mucho más acogedores, con mejores precios y opciones de carta. Saludos.
Pongo dos estrellas por el servicio de camareros ya que fueron educados y simpáticos intentando...
Read moreEntramos a comer a las 2 y nos levantamos a las 5. Comimos cada uno según nos traían los platos. En los menús nos querían cobrar la casera aparte. Es la primera vez en la vida que vino con casera no entra en el menú. De hecho, si no llega a ser por la casera, el vino no hay quién se lo beba. La comida estaba bien y las cantidades grandes. Los camareros soportando como podían las quejas de los clientes. Nos decían que tenían personas de baja, pero eso no es problema de los comensales, no cojas tantas mesas ya que íbamos con reserva, nos podían haber avisado. De los cuatro camareros, tres muy bien, pero la rubia se nos puso un poco chula cuando confrontamos con ella la cuenta, nos acabó diciendo que ésto es lo que había, si nos parecía bien, pues bien y si no... He de decir que al final nos restaron 2€ a la cuenta. Incluso llegó a decirnos que si no pagábamos la casera, pagásemos los chupitos a los que nos habían invitado. Nos invitaron porque conocíamos al camarero y el pobre estaba apurado con toda la situación. Yo no creo que el lento y desordenado servicio haya sido algo excepcional, solo hay que echar a leer comentarios de meses anteriores. Desde luego, nosotros...
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