No sé ni por dónde empezar... En una mesa familiar a la que acudimos siete personas, un pariente pidió una "ensalada de boquerones" donde los bocartes brillaban por su total ausencia, de lo que deduzco que los dueños adolecen de un grave problema de comprensión lectora, ya que en el mejor de los casos, aquéllo era una ensalada con cuatro tristes boquerones; otro comensal encargó un cocido montañés, que de montañés sólo tenía el nombre, porque las alubias ni siquiera tenían berza y, por si eso fuera poco, además sólo presentaba algún que otro mísero tropiezo.
Pero oiga, querido viajero, esto sólo atañe a los primeros platos, porque si usted pensaba que no le podían servir otra cosa peor... ¡Vaya sorpresa se va a llevar! Los segundos superaban con creces y muchos puntos a la primera remesa, tanto como para ser merecedores de la medalla de oro del furgón de cola: para empezar, el cabrito no era tal cosa; era cordero, dado el tamaño de los huesos, que en el caso del cabrito son pequeños y delicados; el llamado "cachopo de pollo", que ni siquiera debería llamarse así, ya que el auténtico cachopo es de ternera, era más pequeño que la palma de mi mano y más fino que el papel de fumar. A esos defectos hay que sumarle que el pan rallado del que estaba recubierto, estaba pasado de frito, arruinando por completo el plato y volviéndolo totalmente insípido, aunque por lo menos he de consolarme pensando que fue mejor haber pedido eso que el escalope empanado que se sirvió a mí derecha, el cual parecía un filete de tupper comprado en el Mercadona la semana anterior, que para más inri era de contra, es decir, pura ternilla, y delgado cual piel de cebolla.
Tenía esperanzas de que tras renovarlo y acondicionar un nuevo espacio los menús hubiesen mejorado tras años de una pésima relación calidad-precio y de dar gato por liebre con el citado cabrito -que conste que una vez intentaron colarme unos espárragos caducados con mayonesa- pero no, señor viajero, no es así. Siguen en caída libre, ofreciendo productos de dudosa calidad a precios exorbitantes en lugar de apostar por los de nuestra tierra. Es inadmisible pagar 20€ un domingo por esto. Lo único mínimamente salvable fueron los huevos con morcilla, y ya es triste pagar ese precio cuando puedes pagar menos por lo mismo o incluso más y mejor.
Si Ud. está leyendo esto, querido viajero, créame: no sé moleste en venir aquí a menos que le traigan esposado con una camisa de fuerza mientras le apuntan a la nuca con...
Read morePongo un 1 porque no hay opción a poner un - 1. Una decepción total Tras años recorriendo Cantabria y su gastronomía, teníamos pendiente este sitio. Animados por las reseñas y recomendaciones de personas conocidas como Revilla, reservamos y fuimos un matrimonio con niños. El lugar anexo de obra nueva y con vistas a la montaña está bien, y aunque te pongan en la terraza no es un problema, porque las vistas son agradables. Pero desde el inicio , el camarero, un señor algo mayor , de lo más tosco y borde que nos hemos podido encontrar, no nos daba ni opción a elegir qué platos queríamos, indicándonos que inexorablemente debíamos pedir el menú de los 20 euros por persona. Luego entendimos el por qué de su insistencia. Al intentar pedir un cachopo de pollo, nos espetó un : " POLLO ?PERO NO PIDAN POLLO, PIDAN OTRA COSA,PIDAN UN ENTRECOT.." Al intentar pedir un plato combinado u otra cosa a los niños, porque nos les iban los pucheros, de modo brusco nos saltó:" Nooo hombreeee! les sale mejor el menú"(se conoce que le preocupaba nuestra economía...jaa) De los primeros , que te sacan 5 potes, de cantidad bastante bien , pero de calidad pésima, a lo que sacaron no se le puede dar el nombre de "cocido montañés", cualquiera que haya recorrido un poco Cantabria, vería que sólo eran alubias con agua grasienta por encima, la sopa castellana era pan con agua y grasa.... Y todo hecho de hace mil horas y todo más que frío.... Se salvaron de los potes , las patatas con carne, que estaban bien y recién hechas. Nos retiraron platos de los primeros y las cucharas con una prisa horrorosa y sin ni siquiera preguntar si queríamos echarnos más de los potes en los que había bastante todavía. Lo peor llegó con los segundos, y fue ahí donde entendimos su insistencia para que pidiéramos un menú y un entrecot, todo de pésima calidad y frío ,llevaban hechos otros mil años, por éso , no nos preguntaron ni el punto de la carne ni nada, los despachaban como churros, ya hechos de hace rato y fríos. Los postres otro tanto de lo mismo, de sabor bien pero pequeños y helados cornetto. Conclusión: fama inmerecida, camareros poco educados , el género de baja calidad(el cabrito era puro sebo, el churrasco chicle...) y todo ya cocinado con anterioridad y frío. Experiencia para olvidar y seguir queriendo...
Read moreThe only restaurant of the village, but this is just enough for everyone passing by. Here they keep things simple, they have a menu of entrees, mains and desserts with different options to choose within each of them.
There is no physical menu, the servers will tell you what is it verbally. Just listen and enjoy. I recommend ordering spoon plates here, they are their specialty.
As mains, they will hace different types of meats. Everything cooked as your grandmother would. Also, the price is very cheap, with the menu costing less than...
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