Hoy hemos tenido el inmenso placer de descubrir un rincón absolutamente encantador: el Albergue de Villanovilla, un restaurante pequeño y con aforo muy limitado, pero con un alma enorme y una esencia difícil de encontrar. Se ubica en Villanovilla, muy próximo a Jaca, y ya solo por su ubicación y estética merece la pena desviarse del camino. La decoración es una maravilla: emblemática, con detalles de brujas, tiene manteles de tela y esas ventanas tradicionales del Pirineo que enamoran a primera vista. Las chimeneas típicas del pueblo le aportan un calor único, tanto literal como emocional.
La atención ha sido excelente, con un trato cercano y muy profesional por parte de Isabel en la sala como por Joan Rosell que además de ser un gran chef es un escritor maravilloso de libros con una sensibilidad enorme. Hay cariño y pasión en cada detalle, y eso se traslada directamente a los platos, preparados con mimo por su marido en cocina.
Elegimos para comenzar unas alcachofas confitadas que estaban espectaculares y un canelón de langostinos que fue todo un acierto, elegante y sabroso. De segundo, una butifarra blanca a la brasa, jugosa y perfectamente cocinada, y unas manitas de ministro guisadas que nos dejaron sin palabras: sabrosas, melosas, y con esa potencia de sabor que solo se consigue con mucha experiencia y dedicación.
En el apartado dulce, probamos dos postres que son una oda al placer. El helado de avellana natural con chocolate es delicado y lleno de matices. Pero el verdadero clímax llegó con el tarro casero de chocolate en tres texturas: sencillamente indescriptible. Un auténtico orgasmo de placer gastronómico.
Un detalle que valoro especialmente es el estado del baño: impecable, perfectamente equipado y recién repasado. Es un pequeño gesto que dice mucho del cuidado con el que se gestiona todo el establecimiento.
Antes de entrar a comer, pudimos disfrutar de una pequeña joya: en la antesala del restaurante, hay dos mesitas con asientos de piedra ideales para tomar el vermut. A la sombra, con un vinito blanco delicioso y unas aceitunas negras impresionantes, el aperitivo se convierte en una experiencia para el recuerdo.
En definitiva, un lugar al que sin duda volveremos, y que recomendamos con los ojos cerrados. No solo se come bien, sino que se vive una experiencia única, llena de autenticidad,...
Read moreHemos estado hace unos dias para comer tras reservar. Eramos 8 comensales y fuimos atraídos por las opiniones tan buenas. Pedimos 2 platos de churrasco con patatas, uno de panceta iberica con patatas, 5 croquetas, un plato de carrillera con patatas, una ensalada y un chuletón 1kg (al menos 300gr era el hueso), bebidas y postres. Empecemos por el chuletón de 65€, si he dicho bien, 65€. Sólo decir que he comido muchos chuletones de 20€ que estaban igual (precio desmedido). El plato de churrasco era de risa, 3 piezas de tamaño chuleta de cordero, llena de huesos y 4 patatas fritas (10,50€). En cualquier sitio te ponen una buena pieza de churrasco (tamaño entrecot) con la que se come, incluso te sobra. Se necesitan 2 platos para que una persona normal pueda comer. La panceta vale de aperitivo (12€), no es para comer. La carrillera (estaba deliciosa) pero son literalmente 3 pequeños trozos de carne en salsa con 5 patatas fritas a 17€ el plato, vamos, otro aperitivo. Las croquetas estaban buenas pero son de tamaño medio a 2€/ud. La comida en general está muy buena pero es un precio de locos para las cantidades que ponen. Necesitas un entrante y un segundo para comer, entre 25€-35€/persona. A esto hay que añadirle la bebida 3€ y postres a 6€. En resumen más de 40€ por comensal....
Read moreThis is such a cool place hidden away in the small charming village of Villanovilla. Not only is the food delicious but the owners are so accommodating. If you are in the area, it is a must do. Also, the cheese ice cream is a must try. Book a table in advance if you do go. This is a very small restaurant and I don't believe we would have gotten a table if we didn't...
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