Desilusión total: el cliente fiel parece ya no importar
Llevamos años viniendo a este restaurante y siempre lo hemos recomendado, pero nuestra última visita ha sido, sinceramente, para olvidar. Reservamos la mesa de siempre, una de cuatro, aunque solo fuéramos dos. Nos sentamos donde nos indicaron, pero en apenas un par de minutos, nos hicieron levantarnos delante de todos para mandarnos a una mesa pequeña de dos, con la excusa de que esa grande era para grupos de cuatro. Lo que resulta inexplicable es que un rato después vimos cómo una pareja con un bebé se sentó en esa misma mesa de cuatro porque quiso, y nadie les dijo nada. Que no digan que fue por el cochecito, porque entre las mesas de dos hay espacio más que de sobra para uno o hasta dos carritos, y además, la nuestra tenía todo el lateral izquierdo libre y no era zona de paso. Fue un trato muy desigual y fuera de lugar.
El servicio siguió igual de mal. Tuvimos que pedir la carta de vinos nosotros, porque nadie nos la ofreció en diez minutos. El cava que siempre pedimos, Ars Collecta Blanc de Blancs, tampoco lo tenían, y ni se molestaron en sugerir algo parecido. Encima, vimos que en otra mesa estaban tomando sangría de cava; preguntamos porque ni aparece en la carta ni nos la sugirieron. Falta de detalle total. Y la gota fue cuando, al ir a pagar, vimos una botella nueva y precintada de ese mismo cava en la barra. Preguntamos y nos soltaron que era solo “de exposición”, lo cual no tiene ningún sentido, y después nos dijeron que estaría caliente por estar fuera. ¿De verdad creen que no sabemos lo que hace una cubitera con hielo? Otras veces ya lo habían solucionado así sin problema.
La comida se sirvió desordenada. Dijimos hasta tres veces que la ensalada era de primero para compartir, pero nos trajeron antes los segundos. Por no comerlos recalentados, preferimos quedárnoslos y tuvimos que comer todo deprisa y con la mesa llena de platos, incómodos y agobiados. Después, más de 15 minutos esperando para que retiraran los platos y otro tanto para los postres. La tarta de queso salvó un poco la situación, pero la “ensalada de fruta” fue de vergüenza: media mandarina, un cuarto de manzana y medio kiwi. Y para rematar, éramos la única mesa sin aliño para la ensalada, cuando todas las demás sí lo tenían.
No somos precisamente de los que se andan con racanerías: siempre gastamos bien y, cuando el servicio lo merece, somos generosos dejando propina —muy por encima del 10%—. Pero hoy nos vamos profundamente decepcionados y molestos. Da mucha pena ver que la fidelidad del cliente aquí ya no vale nada. Ojalá esto sirva para que cambien antes de seguir...
Read moreVery disappointed with the drinks service at the terrace upstairs. The two guys were very rude and it was empty , with only three tables. You can say the same but politely, considering you are treating with clients. Just because we changed tables, and they didn’t accept us paying each person for their own drinks. Again, they were not busy…not sure how they’ll deal with customers in summer when they are busy, but definitely I will not go back to check. A shame since the place and views are so nice specially during sunset. The three stars are to compensate with the nice women that attended our table downstairs during dinner. We were a big-ish table and they tried to make sure we had everything we needed at all times. We really appreciated it and indeed told them. Food was average for what you get in the zone of the Delta. Which obviously is not...
Read moreEste restaurante forma parte de un camping y, para ese contexto, el nivel general me pareció bastante bueno. El lugar es bonito, agradable y los precios no son excesivos; más bien razonables para lo que se ofrece.
La comida nos sorprendió gratamente. Pedimos una paella tot pelat, que estaba muy buena, un risotto que también nos gustó mucho, y el pequeño pidió unos fingers de pollo con patatas que estaban bastante bien. Buena calidad en general.
El servicio durante las comidas fue correcto, y en el restaurante principal funciona bastante bien. Sin embargo, en los desayunos o al tomar algo en el bar, la experiencia cambia: el servicio es lento, desorganizado y con poca actitud. A pesar de que los camareros llevan pinganillo (lo que da la impresión de una coordinación más profesional), vimos lo contrario: desmotivación, cansancio y sensación de agobio. A veces incluso cuando no había tantas mesas ocupadas. Quizás había poco personal, aunque no me corresponde juzgarlo. Lo que sí puedo decir como cliente es que el servicio fuera del restaurante necesita mejorar.
Otro aspecto a pulir, incluso en el restaurante principal, es la coordinación en el momento de servir los platos. Por ejemplo, uno de nosotros ya estaba comiendo mientras los demás seguían esperando su plato un cuarto de hora. Es preferible que todo llegue a la vez, aunque haya que esperar un poco más.
En su defensa, el camarero fue honesto y nos recomendó pedir algún entrante para no tener que esperar tanto la paella, lo cual agradecemos. Está claro que en parte fue decisión nuestra y no un fallo de él, pero aún así, el ritmo de servicio podría estar mejor coordinado.
En resumen: un restaurante recomendable dentro del camping, con buena comida y un entorno bonito. Pero el servicio, sobre todo en los momentos fuera de comidas principales, y la coordinación al servir los platos, son aspectos con margen...
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