Very big dissapointment. Pasta vongole was full of sand. A new dish was presented but without the seefood. Why? Cant you rinse the shells before cooking the dish? We got the new dish 15 minutes after every one already finished. Just for a plate of pasta??The cappuccino after dinner was not a cappuccino but a latte and the tarte tatin was a joke. We sat in a very uncosy corner between the stairs and the loud noise of the fridges. You act like a more expensive restaurant but you allow guests comming straight from the beach in their wet beach cloths? Even took their sun umbrella inside? I understand it is high season and not easy to please hundreds of guests every single day. However an apologie and maybe a little bit of emotion from the staff would have helped. Please understand that I am writing this review as an opportunity to make things...
Read moreIf you ask me recommendations for best eating “addas” in Costa Brava, I am definitely going to pick restaurant L’Esculapi at plaza Mayor, L’Escala near Figueres. Hot, veggie, gluten free, thin crust pizza with wine and sparrows (!) for company are guaranteed. One of the few restaurants in Girona which serve grilled Calçot with Romesco sauce. And did I mention the digestive liqueur ratafia which is also served here once you finish your meal? You can walk around the plaza, look at the nearby ancient cathedral and the Greek ruins on your way back. The bay alongside offers good waves and air to sea surfers 🏄♀️ so expect to watch adrenaline rush in adventure seekers during...
Read moreCómo el servicio de una persona puede echar por tierra el trabajo de un equipo. El pasado sábado 19 de abril fuimos a cenar con un grupo de amigos y familia en una velada que habíamos planificado con mucha ilusión. Lamentablemente, la experiencia se vio empañada por el comportamiento de una camarera en particular: una señora alta, de mediana edad, con gafas y un acento extranjero marcado.
Desde el primer momento, cada interacción con ella fue incómoda y desagradable. Lejos de transmitir amabilidad o profesionalismo, su actitud fue seca, impaciente y hasta condescendiente. Lo más preocupante fue cómo terminó comportándose con los dos menores del grupo (ambos menores de 12 años), quienes, dicho sea de paso, se comportaron de forma ejemplar durante toda la cena.
En un momento puntual, simplemente elevaron un poco la voz —nada fuera de lugar para su edad ni para el contexto del restaurante— y esta señora les gritó desde otra mesa, llamándoles la atención de forma completamente inapropiada y desproporcionada. Fue incómodo, innecesario y dejó a todos sorprendidos.
La situación fue tan fuera de lugar que incluso una de las mesas vecinas comentó en voz alta que la actitud de la camarera había sido absolutamente inapropiada. Cuando los propios clientes lo notan y lo mencionan, queda claro que no se trata de una exageración.
Una experiencia así demuestra cómo una sola persona, mal ubicada en un rol de atención al cliente, puede echar por tierra el trabajo del resto del equipo. Una verdadera lástima, porque el lugar tiene potencial, pero mientras este tipo de actitudes estén presentes, es difícil recomendarlo o...
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