Art Restaurant — Restaurant in l'Espluga de Francolí

Visita entre semana a este restaurante "escondido" a las afueras de L'Espluga de Francolí. En líneas generales destacaré que el lugar está muy bien acondicionado, la distribución del espacio permite una gran amplitud y le sensación generalizada es que te encuentras en un ambiente discreto, sobrio y elegante. Un aspecto bueno: Art abre de lunes a domingo de 13:00 a 16:00 h. Un aspecto malo: No hay posibilidad de cenar, salvo (según nos explicaron), reunión o celebración grupal acordada previamente. Vayamos a lo mollar, que es de lo que se trata. Tras tomarnos nota aparecieron los entrantes: Unas patatas con toque de horno y huevo, unos canelones de setas "nevados" con parmesano y, señores, alcemos cánticos y manos al señor tras la aparición de los caracoles a las dos pimientas. Cocción perfecta, sabor integrado y con la posibilidad de "mancharlos" con un toque de all i oli maravillosamente preparado. Merece la pena pasarse antes por el Forn de Nulles para rebañar semejante "delicatessen". El señor creó el ajo y el aceite para que nosotros, los Sapiens, creáramos obras de arte de este tipo. El resto de entrantes buenos: gran sabor y perfectamente presentados. Un pero: salvo en los caracoles la temperatura era algo baja y "achicó" productos calurosos como la patata, el simple huevo o los canelones y esa salsa tan rica que los acompañaba. Con los segundos el nivel se mantuvo alto: Pies de cerdo y cochinillo a la baja temperatura. Los primeros a la brasa, ricos, aunque soy de los que piensa (y esto ya es una opinión personal) que como salen (y saben) los pies de cerdo en un buen guiso o una gran salsa no hay color, pero para gustos los colores. El cochinillo en la línea de preparación que se le supone. Se deshacía con tocarlo y la carne tenía un sabor espectacular. Masticar con este plato está sobrevalorado. Buena bodega con variedad, aunque predominan los de la Conca de Barberà, vinos de la comarca. Relación calidad-precio buena, aunque como digo habitualmente estamos ante la cuestión de siempre. Lo que para un servidor está bien para otro puede ser...

Le pongo tres estrellas promediando la experiencia de hoy -léase a continuación- con la de hace siete meses, que no llegué a puntuar.

Estuvimos con unos amigos un par de semanas antes del encierro pandémico -a principios de marzo- y la sensación no pudo ser más positiva. Ese día, le hubiera puesto gustoso cinco estrellas. Hoy, entre ida y vuelta, me he tirado doscientos cincuenta kilómetros (vivo en Barcelona) y 20 euros de autopista sólo para ir de propio a comer con mi mujer al Art Restaurant. Con el siguiente resultado...

A mi mujer ya le ha parecido bien el menú, ha pedido los platos que le han apetecido y ha quedado la mar de conforme. Yo he rechazado el menú, no porque no me haya gustado, estrictamente, sino porque buscaba una experiencia más satisfactoria. He ido a la carta y la he encontrado: un rollito de buey. "¡Ah! No tenemos". Vaya, hombre. Bueno pues un muslo de pato. "Pues tampoco tenemos". Y ya antes de que pidiera más, me han anunciado que caracoles y carpaccio de gambas, tampoco. He respondido que entonces nada, que no me trajera nada.

La camarera -atenta y cordial, las cosas como son- se ha quedado de piedra, hombre, me sabe mal, algo habrá, no se va a quedar sin comer. Le he pedido que no insistiera: para comer lo que hay, ya tengo tres casas de comidas a menos de cien metros de casa y, además, la mili ya la hice hace cuarenta años (eso no se lo dije a ella, claro, no tiene la culpa de lo sucedido).

Bien, a la hora de pagar, le pedimos que no cierre la cuenta, que queremos comprar algunas cosas (productos excelentes que venden, además de servirlos: aceitunas, vino...). Pedimos tres botes de aceitunas. "¡Ay! Sólo nos queda uno". Apaga y vámonos. Cobre el menú y aire. Mi mujer, enfadada porque a causa de la situación tampoco ha comido propiamente a gusto, se ha despedido diciendo que no nos volverán a ver el pelo. Nunca se puede decir "de esta agua no beberé", pero me da la impresión de que va a ser así.

Una estrella de hoy (y porque menos es imposible) y cinco de la otra vez, dividido entre dos,...

En un ambiente íntimo, acogedor y familiar encontramos una cocina catalana contemporánea de temporada, con productos de la tierra, siguiendo la tradición y en la que las brasas juegan un papel importante. La oferta gastronómica es amplia y variada. Hay un menú diario a elegir entre cinco primeros que varían cada día; cuatro segundos debe elegir entre pescado, carne o platos cocinados, y postres caseros también varían cada día. También disponen de una carta a elegir entre diferentes platos. En temporada también ofrece la calçotada, 32,00 o una teja con 20 calçots y salsa, 14,00. En nuestra reciente visita nos gustaron mucho los aperitivos que degustamos: unas originales y sabrosas "bravas" de otoño, elaboradas con boniato; una cazoleta de crema de patata con huevo de codorniz; y un jamón ibérico y queso trufado, hecho en L’Espluga de Francolí. Después un pica pica con caracoles a la lata y alioli; los tradicionales canelones gratinados de la abuela, todo un clásico de la casa; meloso de ternera con su salsa; y entrecot y salchichón la brasa. De postre, el flan y la crema catalana caseras. Todos los platos bien elaborados y sabrosos. Y para próximas ocasiones, a la carta quedan muchas otras tentaciones como la pata de pulpo a la brasa; degustación de foie con confituras y tostadas; lomo de bacalao confitado con ajos tiernos y miel; romascada de rape con langostinos y patata; magret de pato; paletilla de cordero al horno con patata y cebolla confitada. El vino de la casa es DO Conca Barberà. Ofrece también un Menú para 13,95 euros los días laborables y por 19,50 los fines de semana y festivos. El restaurante ocupa una bonita casa rural con encanto, debidamente restaurada para ser restaurante y que dispone de una amplia explanada para el aparcamiento de los vehículos. Viniendo de Montblanc, si cogemos la segunda entrada a la localidad de L’Espluga de Francolí, encontramos poco antes de entrar en el pueblo, a unos 100 metros de la bodega local donde antiguamente se elaboraban vinos. Muy...