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Comer se come bien, las raciones son generosas y tristemente no hice fotos, pero comento: Menú Garysol (13€) que incluye bebida y postre. De primero, Arroz del día (paella mixta): A pesar de ser yo una persona un tanto exigente con el arroz, aquí está bien hecho y con generosa ración. Habrá quienes les guste más o menos, pero para un bar de carretera, está mejor de lo que uno pueda esperar. De segundo, Secreto a la brasa: Aquí solo puedo poner una pega y es que las patatas panaderas que sirven de guarnición les falta (A MI GUSTO) un poco más de sal. Por el resto, el Secreto que me han servido era GRANDE, y no he dudado ni un momento en comer un buen trozo, jugoso y hecho a la perfección. En cuanto al pisto manchego que sirven como guarnición (junto a las patatas), hacen honor al plato, totalmente casero y pongo la mano en el fuego a que me podría comer felizmente un plato entero solo de ese pisto Y SERÍA FELIZ. Lo malo es que se acaba, pero es un plato el cual vale totalmente la pena probar. En cuanto al postre, mousse de limón, con una textura idónea, cremoso y nada seco.
No suelo venir siempre, pero el personal siempre es igual de agradable y eso no se logra en todos lados. Si tienes que hacer una parada, yo recomiendo venir aquí.
Gracias a quienes trabajan ahí por un servicio muy bueno, sobretodo por...
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Nos detuvimos a comer en un restaurante de carretera y pedimos platos combinados de pechuga a la plancha. Por error (que admitieron como suyo), nos sirvieron pechugas rebozadas con un inconfundible sabor a pescado. Pensamos que era una innovadora propuesta de alta cocina, pero el señor de la mesa de al lado nos aclaró que freían todo en el mismo aceite, de ahí el peculiar sabor.
Al abrir los escalopes de pollo, nos preguntamos si habíamos entrado en un "weed spot", porque con la fina capa de pollo se podría liar un cigarrillo de la risa. Desorientados, sin saber si estábamos en un restaurante gourmet, un "weed spot" o una reunión de Herbalife, decidimos ir al baño.
El baño estaba tan bien cuidado que parecía un "escape room" de un bar de carretera en Arizona: muy sucio y con charcos en el suelo. Me vino genial porque desde el 89 colecciono ETS, y finalmente encontré una que aún no tenía.
Al pedir la cuenta, nos dimos cuenta de que, por el precio cobrado del plato combinado de papelina de pollo, habíamos estado comiendo totoaba, un pez endémico del Golfo de California, en México, que alcanza los 8 mil dólares en el mercado negro asiático.
Gracias por esta experiencia que, sin duda, deberías probar al menos una vez en la vida. Para tener claro que no...
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He tenido que repetir 3 veces el menú porque el movil suyo no lo memoriza y wl camarero con 4 mesas tampoco. Nos han sacado una de entrantes, eso si estaba buenos los trozos de panceta, porque la paella tardaba y a 1 de las 3 mesas ya le habian sacado paella. Ponía judías pintas con rabo y oreja y solo había 6 rodajas de morcilla. El vino no esta mal la copa recomendada por el camarero. La paella mi mujer dice que no muy allá, mi hija encantada y eso que los calamares los tenia el plato de mi mujer no mi hija. La paletilla de cerdo no es precisamente lo que tenia yo entendido por paletilla, pero el sabor de ese filete de cerdo a la plancha no era malo. Mi hija de 8 años dice q la carne marítima pero las patatas panaderas muy ricas. Por lo menos respetan el precio y el trato es afable. Mi hija esta valorando el helado Nestlé todavía, y su beredicto es.......... riquísimooóoo aunque tenia escarcha. En resumen un sitio bueno para comer de paso pero no para ir...
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