Bar restaurante casa Rufino — Restaurant in La Sotonera

Llamo para reservar mesa a las 3, me dicen que imposible que tienen lleno, pero que en la terraza si hay sitio. Al llegar nos llevan a la plaza del pueblo y nos preguntan por las bebidas, preguntamos por el menú y la camarera nos dice que ella solo sirve bebidas, la comida es con el otro camarero. Le tuvimos que decir que limpiara la mesa, estando muy sucia porque no pretendía hacerlo. Le dio una pasada con el trapo, que apestaba, que dejó mucho que desear. El camarero aparece a los 15 minutos para decirnos que como no tenemos reserva, van a tardar 45 minutos en servirnos. Comentamos que sí hemos reservado, a lo que duda y se marcha a comprobarlo, lo que supone bajar la cuesta de la plaza para llegar al bar. Vuelve al rato para decir que como hemos reservado el mismo día, vamos a la cola de todos los demás, que se estaban encargando de las reservas del día anterior. Hizo como tres viajes en vacío (no le cundían mucho) sin llegar a atendernos ni contestarnos qué había en el menú, poner los manteles o tomarnos el pedido. Acabamos levantándonos para pagar las bebidas (que te sirven sin comentarte el tiempo de espera ni todo lo anterior) y nos fuimos a comer a otro sitio. Peor experiencia no...

Hemos estado comiendo, previa reserva, mi mujer, mis dos hijos (4 y 2 años) y yo. El ambiente bueno y el personal muy atento. Pedimos dos menús (18€), un menú infantil (que no estaba en carta y que os camarera nos ha cantado en mesa) y un primero del infantil. La comida bien cocinada y sabrosa (quizá demasiado🧂) pero esto es cuestión de gustos. Tuve la mala fortuna de que me tocase un churrasco con bastantes nervios y poca carne... Sin embargo, lo que nos sorprendió fue el precio del menú infantil compuesto por un plato de sopa, dos pechugas de pollo rebozadas pequeñas con patatas y postre. Por ésto nos cobraron 15€ y, lo peor, han sido los 10€ que nos han cobrado por un simple plato de sopa que hemos pedido para nuestra hija. Lo que empezó muy bien, terminó regular. Está claro que salir a comer con niños es todo un lujo y si este es el método para evitar el público familiar, lo han conseguido. En resumen, es un bar con buena comida pero a un precio del todo excesivo y, por supuesto, no apto para visitarlo con niños si lo que buscas es...

Nos alojamos cerca del pueblo y en el alojamiento recomendaban este restaurante.

El local está dividido en diferentes espacios, bar, comedor y zona exterior.

El servicio tuvo un buen trato, aunque creo que debido a la falta de comensales por las horas, nos atendió y sirvió la cocinera, un encanto y muy atenta. El único detalle es que el camarero iba en zapatillas de ir por casa (?)

Lo que realmente nos sorprendió fue la comida. Nos decantamos por un menú, podíamos a optar como a 6 primeros, 6 segundos y 6 postres. Esperábamos algo clásico y nos sorprendieron con unos platos clásicos pero con un toque moderno que los resaltaba muchísimo. Quedamos tan saciados con la cena que no teníamos espacio para el postre, así que se prestaron a que nos lo llevásemos para disfrutarlo después, y menos mal porque estaba delicioso.

La calidad-precio estuvo bien, aunque quizás esperábamos algo menos de precio.

Recomendable, pero quizás...