Hemos cenado esta noche en el local un grupo de amigos con seis niños (de entre 15 meses a 4 años). La comida estaba muy buena. Por supuesto doy por hecho que si el restaurante acepta una reserva con niños, deberían tener más de una trona disponible (solo tenían una) y que en este caso son edades en las cuales están aprendiendo a comer y es habitual que caiga comida en el suelo (en otros locales nunca me han llamado la atención porque haya caido comida al suelo, al contrario, me han dicho que lo comprenden en niños tan pequeños porque están aprendiendo a comer, y yo lo he agradecido). Mi amigo Edu, que ha redactado también una reseña, apoyo y corroboro que el orden de la comida ha sido desordenada y bastante tardía. Tengo que añadir que la atención de las dos camareras ha sido buena. En cambio, cuando hemos pagado la cuenta, uno de los camareros se ha acercado a mi en concreto a comentar que les hemos faltado el respeto por el comportamiento de nuestros hijos (cuando nadie, ningún otro cliente o camarero ha venido a quejarse durante la cena y nuestros hijos estaban ocupando una mesa libre al lado de la nuestra sin incordiar a nadie). Nuestros hijos estaban jugando en esa mesa y siendo vigilados en todo momento por sus padres, cosa que el propietario nos ha señalado como “padres que no ponemos límites a nuestros hijos”, siendo que no tiene sentido alguno cuando no hemos molestado absolutamente a nadie. Además de mentir en cuanto a dejar en “mal estado” el suelo. Ya he comentado anteriormente que “dejar muchísima comida en el suelo” (cuatro trocitos de tortilla francesa) es habitual en niños de esas edades, sino que no hubiesen aceptado esta reserva siendo conscientes que habían seis niños. Finalmente, el comentario de “dejar pegatinas y colores en el suelo”, como responde el propietario a mi amigo, no es cierto, ya que no hemos dejado ni un resto de material escolar cuando nos hemos marchado porque lo hemos recogido TODO. Yo misma he quitado las pegatinas que estaban en el suelo y hemos dejado las sillas en su sitio, recogido los lápices de colores y libretas, y por cierto, una de las camareras, muy amable, me ha dado las gracias. Por supuesto que no volveré. No tengo nada...
Read moreFui a comer ayer; es la segunda vez que como y no me explico cómo no he ido antes. He comido en muchos restaurantes aquí en Valencia y en el resto de España debido a mis viajes de trabajo. Así que me pregunto ¿Cómo es posible encontrarse un lugar tan acogedor, limpio, sobrio, con tan buena cocina y con un precio tan inmejorable? ¿Y qué decir del personal de servicio, respetuosos, atentos, pulcros y rápidos sirviendo a los comensales? Llego a la conclusión de que en este magnífico local han primado la calidad y la excelencia del servicio y de sus platos, aplicando un precio muy asequible, casi reducido, teniendo en cuenta que los platos que he probado, cuatro van ya, son dignos de aquellos restaurantes a los que he ido en Cataluña que se hacían tildar de gran cocina y platos de diseño. No vas a encontrar platos meramente ornamentales y exiguos, pero sí platos con una presentación de primer orden y una confección por parte de su cocinero, que roza la excelencia en cuanto a conjugación de sabor; si a esto le unes que dichos platos no son meras muestras sino cantidades suficientes y que sus precios son más que asequibles, se entiende que esté siempre lleno y que no tengas mesa para comer o cenar si no es previa reserva. Es muy acogedor, climatizado, con un diseño a caballo entre un restaurante y un pub, con cocina expuesta, todo muy diáfano y limpio. Mención especial a la limpieza de sus aseos, impecables. En definitiva, he comido y visitado los bares, mesones, restaurantes cercanos y ninguno está a la altura en calidad y precio como los del Blue Martini; me he gastado mucho más dinero en otros locales para comer donde han resultado en fritangas, por ello estoy tan entusiasmado, porque estaba casi convencido de que hoy por hoy, en Llíria, en pocos sitios se podía comer bien por muy poco dinero; pues estaba equivocado. Os lo recomiendo gástate 3 euros más que en otro local y ten la experiencia de comer como un verdadero/a señor/a. ¡Ah, otra cosa! Al probar esa Heineken en una jarra helada, no pude evitar que me aflorase una lágrima...
Read moreEn respuesta al comentario del restaurante hacia el comentario de una de las comensales de mi mesa, he de decir que como le dijimos a la camarera al llamar por teléfono preguntamos si además del menú podríamos pedir algo en carta ya que teníamos uno de los comensales con problemas gástricos (por teléfono nos dijeron o nos dieron a entender que si y allí que no), accedimos al menú incluido está persona que era por la que pedíamos la carta. La verdad, el arroz que yo comí estaba muy bueno, las raciones de las mesas de dos personas eran más generosas (el queso camembert para dos salían a dos trozos y nosotros salíamos a uno), pero lo notamos al finalizar. Respecto al comentario del humor algunas de las contestaciones de la camarera tanto al solicitar carta como al solicitar postres para los niños (un helado) no fueron las mejores al parecer de toda nuestra mesa, el resto del personal si fue amable. Por ello, es que tenemos esa impresión, y aunque puede que no sea una impresión general si es la nuestra y puede que la de más gente, por lo que igual si haría falta un poco de autocrítica (la chica joven y el hombre fueron...
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