Restaurante Riegu — Restaurant in Llanes

Fuimos a comer por que nos lo recomendaron y en que momento. Eran las 15:30 de un 21 de agosto y error nuestro no haber reservado en algún sitio por que por eso acabamos es este nefasto BAR. (el asador lo encienden cuando hay mucha gente, asi que nunca por que si en pleno agosto no hay clientes no creo que los halla en otra epoca del año). Nos pedimos fabada que venía preparada de dias atrás y se notaba en el color y en la textura ( tuve que levantarme a pedir los platos y las cucharas para poder comerla, pedimos croquetas "cremosas de jamón" que de cremosas no tenía nada y el jamón nosotros no tuvimos la suerte de encontrarlo, parecían pelotas de tenis. Y la estrella de la corona fue el filete de vaca de "500 gramos" con un hueso gigante y acompañado de 4 patatas grasientas y un triste pimiento de lata por encima por 27 euros. Mi pareja le dijo a a la cocinera que eso no era un plato digno de ese precio ,pero ella que se cree que tiene el mejor restaurante del mundo y es una prepotente de narices nos dijo que en ningún sitio te ponían esa carne por 27 euros. Nos lo comimos por que teníamos mas hambre que el perro de un ciego pero no volvería nunca a ese lugar tan lamentable.

SI PASAIS POR AQUI Y QUEREIS DE VERDAD COMER BIEN Y QUE LES ATIENDAN PERSONAS PROFESIONALES: -A DOS MINUTOS, EN EL PUEBLO DE VIDIAGO ESTA EL RESTAURANTE "RUBIU" -EN PUERTAS DE VIDIAGO TENEIS "CASA POLI" -Y EN PENDUELES "EL CHISPERO" ESTOS TRES SITIOS LOS RECOMIENDO AL 200%.

PERO EL "RESTAURANTE" RIEGU ES UNA AUTENTICA BASURA. Menos mal que por lo que estoy leyendo en reseñas no somos los únicos que lo pensamos. Tenéis que mejorar muchísimo si queréis estar a la altura de la gastronomía...

Vaya por delante que no sirve de excusa lo del puente de agosto ni que solo hubiera dos camareros en sala. Tampoco que fuéramos sin reserva (16/08, a las 14:00h, tres de familia).

Pedimos un cachopo y unas rabas. El cachopo, digamos… pasable, pero desde luego no el mejor de Asturias, ni de lejos. Las rabas, mejor dicho “rabas con infiltrados de calamar”, fueron la estrella de la decepción: 10 unidades contadas, rebozado grasiento, sin gracia alguna y a 14 €. Un “aperitivo” que se cobró como ración, y que solo se entiende como un robo en mayúsculas.

El camarero venezolano que nos atendió, eso sí, majísimo; el único aire fresco en un servicio lento y sin norte. Mientras tanto, en la mesa de al lado, la queja iba por una fabada más líquida que una sopa.

Da la impresión de que, en lugar de reconocer falta de género, prefirieron exprimir al máximo la caja del día.

En fin: si tu vida depende de comer allí, adelante; de lo contrario, sigue un poco más la carretera y probablemente encuentres rabas más generosas… y un plato más digno. 🤭

Y, por favor, no nos regalen la típica respuesta defensiva que ya han dejado en otras reseñas. No queremos excusas: el género fue malo, el servicio fue malo, y la experiencia fue mala.

Pd. Ver comer al camarero las sobras del postre de un cliente, tampoco...

Lo siento por el servicio y el emplazamiento del restaurante, porque era muy agradable, pero es que la comida fue realmente decepcionante. Pedimos una ensalada mixta y una tabla de quesos que estaban, digamos, correctas. Sin embargo la fiesta se nos estropeó cuando decidimos pedir unas croquetas caseras que de caseras tenían poco (aunque así las venden en la carta) y unas zamburiñas a la plancha que 3 días más tarde nos siguen dando escalofríos al recordarlas. Frías recién puestas en la mesa, lo cual es verdaderamente inquietante si estaba recién hechas en plancha, más blancas que la leche (poquito tostado) y con el aliño más insípido que nos hemos cruzado. Primera vez que pedimos zamburiñas y hubiésemos deseado que el plato trajese menos. Y la broma salió a unos 30 euros por persona. Es cierto que deberíamos haber dicho algo pero cuando los despropósitos son tantos te da hasta apuro....