Les pongo en contexto, ayer una familia de 6 personas se dispuso a comer en el restaurante a las 21.00 h. Por falta de entendimiento se dieron una serie de situaciones que ninguna de las partes creo que estuviera buscando (aunque viendo las últimas reseñas del cliente insatisfecho en otros establecimientos, se podría poner en duda). Para empezar quiero recalcar que en pocos establecimientos públicos está permitida la entrada de animales, para ello hay sitios habilitados. Como es lógico, después de que el gerente pidiera perdón de bastantes formas y en repetidas ocasiones por el malentendido a la familia se le ofrece comer en la terraza (techada en su gran parte) puesto que en un salón lleno de comensales, me resulta extraño que alguien pueda pensar que pueda entrar un animal, llámenlo caniche, tortuga o gato persa.
¿La solución? Irse del establecimiento y poner 3 reseñas negativas, intentar sabotear el trabajo del personal (no solo de los dueños) y poner en duda la profesionalidad de cada uno de ellos, como indica una de las 3 personas que escribió la reseña. Sinceramente no sé cuál es el objetivo de esta gente, pero me parece de tener unos sentimientos muy poco encontrados hacer este tipo de cosas.
Sé con certeza que este mensaje será leído por los comensales, porque en sus vacaciones, parece que están más pendientes de intentar entorpecer a gente que en unas fechas tan señaladas están haciendo un trabajo excelente y muy sacrificado. Les invito a la reflexión ya que de las últimas 100 reseñas seguramente estas sean las notas más negativas y si de cada 100 personas menos de un 5% se encuentra insatisfecho quizás el problema no recale en el lugar, sino en la misma persona y en las intenciones de cada uno, porque tendemos a recalcar lo negativo antes que lo positivo y las redes quizás no demuestren números reales.
Les invito a visitar el Olivo. Lugar recomendable 100%, la comida exquisita y con rapidez, variada, con productos fuera de carta adecuados y de temporada. Por otro lado el servicio del personal es educado, atento, cercano y en todo momento intentando orientar a sus clientes para que tengan una buena...
Read moreLes pongo en contexto. Habiendo hecho una reserva para el día 1 de enero (6 personas) a las 21h y, tras una comunicación (por escrito) con el restaurante para verificar la posibilidad de llevar un perrito caniche (pequeño, silencioso y que no podía quedarse solo en casa por estar de paso), nuestra sorpresa fue que, al llegar al sitio, el gerente nos rechazó porque "no se admiten perros de ningún tipo".
Le mostramos la confirmación (vía mensajería de Instagram) de admisión de perros que el restaurante había emitido días antes y, tras unas primeras declaraciones bastante torticeras y en un tono poco cordial, el dueño apunta a un error de comunicación porque su "hijo había confirmado eso sin consultar".
El gerente, tras reiteradas disculpas nos indica que nos "invita encantado a cenar en otro restaurante de Luque" para subsanar el error. Curiosamente ese día no está abierto absolutamente nada en la zona. Se le olvidó extender la invitación al día siguiente a su propio local. Intento fallido de astucia.
Una vez en Baena nos contacta (vía Instagram) el polémico jefe de reservas para disculparse por lo ocurrido, si bien asegura que el problema radica en que el "perro no era un caniche pequeño, sino enorme". Ya les aseguro (como ven en la foto) que no es, precisamente, un San Bernardo. En cualquier caso, resulta, cuando menos llamativo, que la regla de No Canes sea flexible y dependa de la estatura del animal.
En fin, tan solo me queda la duda, puesto que no vimos el comedor, de saber si el perro ha sido la excusa porque lo que puede haber ocurrido es que no habían hecho la reserva. Esto es una suposición y no una afirmación.
Con el máximo respeto (más del mostrado por el restaurante) les aseguro que El Olivo será para mí, mientras recuerde lo ocurrido, El OLVIDO.
Pd: Si no admiten perros, pongan una señal indicativa en la puerta y si no quieren morir de éxito, sean amables y sinceros, que la empatía vale más que las croquetas...
Read moreAn incredible surprise!!! Small restaurant on the outskirts of a small town with no tourists… dining room on the left when you enter, nice and cosy by the fireplace. We arrive around 1.30pm and place was empty. We left a 3pm and it was packed! The food was incredible and actually quite high end, perfectly executed. But totally fair prices… cheap and gorgeous wine. As good as you would find anywhere in a fancy vineyard in the Napa Valley! We don’t speak a word of Spanish but the waitress was really patient and lovely. Highlight of our trip to Spain to be...
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