Restaurant El Asador Vallivana — Restaurant in Morella

Después de pasar un mal rato en que nos paró la guardia civil bajando de Morella y hasta nos registraron el maletero, decidimos parar en este lugar tranquilo. Qué sorpresa tan grata encontrar una brasería con ambientación rustica y rural, plagada de citas de ese uruguayo (José Mujica) q puso su pais en el mapa y del q soy fan, desde que asombró a la ONU con aquel discurso mítico cargado de razones económicas pero sobre todo filosóficas y humanas...

Comimos un menú de 25€ de primero una lasaña de carne, y de segundo pollo y conejo a la brasa. Incluye una ensalada en el centro de buen tamaño.

De postre pedimos cuajada y pudin... pero vimos que en boligrafo habian anotado una tarta de galleta y caramelo en la carta y quisimos probarla tambien (cuando algo se añade en boligrafo suele ser algo casero propio de la casa). Todo estaba muy bueno. No acabamos el vino y gaseosa q pedimos para acompañar... y me olvidé completamente de la guardia civil, de lo ridiculas q son a veces nuestras preocupaciones cuando encuentras un lugar amable y buena comida alejado del natural bullicio de una Morella en domingo de verano donde todo está completo.

Me faltó conocer al dueño y agradecerle su existencia y la de su restaurante y, aunque me queda a cerca de 100 km, visitar Morella a partir de ahora será sinónimo de visitar este remanso de paz donde el tiempo parece discurrir de un modo bien distinto.

P.D. La iglesia de la Vallivana tb se puede visitar, es bonita y no cobran nada por verla. Tiene estatuas y cuadros bien conservados que merece...

Nos fuimos con la ilusión de pasarlo bien,la idea era festejar el cumpleaños de un amigo español y agasajarlo con comida típica uruguaya...allí lo único q hay de Uruguay son las fotos... estuvimos al entrar unos minutos q parecía q nadie se enteraba q allí habían cinco personas...hasta q una señora nos pregunta en tono de q favor les puedo hacer si veníamos a comer...q lo q respondimos casi con miedo porque parecía no haber voluntad de atender a más nadie... pensamos q una parrillada para cinco sería lo ideal pero al ver q sólo la parrillada para dos costaba 38€ desistimos de la idea..pedimos un menú q incluye dos platos postre y café y la bebida tiene q ser vino o agua no puede ser refresco por lo q le manifesté mi descontento a la camarera quien resultó ser la propietaria ahunq lo negara.. diciendo q solamente era una camarera...le indique q un menú de 16€ merecia al menos q entrará también refresco..el estupor nos vino con la respuesta de la supuesta camarera..quien nos dijo q aún estábamos a tiempo haciendo referencia a q nos podíamos levantar e irnos..no lo hicimos porque ya era muy tarde y nuestro invitado tenía hambre....las costillas a la parrilla muy bien...el codorniz en escabeche (de bote)fatal...y el pollo...no era del día ,sin sabor...y viejo...los postres muy bien....a esta señora le falta delicadeza para atender, voluntad...y educación...no volveremos ahí...un aplauso para la camarera...(la otra,...

Estupenda cocina en todos los aspectos, además de la brasa. El precio, 22 euros, podría parecer un poco elevado, pero claro, la comida en cuanto a calidad y cantidad, lo justifica. Incluye bebidas, agua vino y gaseosa, pero no los cafés o copas. De entrada, te ponen unos platillos con olivas muy sabrosas, pero antes de empezar con la comida, te ponen también unas ensaladas variadas enormes. La carta de menú, es muy abundante y curiosa, porque hay primeros platos típicos de la zona, varios de ellos, servidos en pequeñas cazuelas de barro, que aun te saben más ricos, como "a pueblo". Hay que reservar sitio con antelación, pues nosotros, éramos 6 y cuando pasamos muy pronto por la mañana, ya no había sitio, pero dejamos el teléfono y tuvimos suerte de que hubo una cancelación y nos llamó el dueño, ya que estábamos en Vinaroz y tanto a la ida como a la vuelta, pasábamos por allí. Para el próximo viaje, a finales de octubre, ya está claro dónde...