Hemos ido en muchas ocasiones a este restaurante, incluso en grupos de motoristas pero, con el tiempo se ha ido deteriorando tanto en comida como en servicio.
Me explico, el restaurante es muy grande y enseguida nos percatamos que no había suficientes camareros (Solo dos y una chica para tomar nota de las bebidas), antes habían más, sobre todo en domingo que es cuando más comensales asisten, y lo saben. Reducción de personal????...
Dicha reducción se nota también en los platos y postres pero no así en el precio que los han subido, y bastante. Total, máxima ganancia con pérdida de calidad.
Los camareros hacen lo que pueden y son agradables pero gestionan mal su trabajo. En todo el tiempo que estuvimos a la espera que, al menos nos trajeran la carta (Demasiado, mucho) ya no digo para tomar nota de la comida, ufffff....., pudimos observar que se dejaban manipular por los grupos de motoristas que allí estaban ya que, una vez le pedían la bebida y comida, les volvían a llamar -una y otra vez en muchas repetidas ocasiones- para pedirle cualquier cosa y, el camarero iba presto a servirles, con ello dejaban desatendidas MUCHAS otras mesas de familias (Tuvimos la oportunidad de ver como estas familias se marchaban cansados de esperar por los postres o cualquier otro plato). Por ello, al igual que hacen en otros lugares, a esos grupos se les debe de advertir que pidan todo a la vez y, posteriormente, cualquier otra petición, deberían esperar que les tocará pero, se aprecia predilección por estos grupos.
La comida ha perdido la calidad de antes y, ya no digamos la cantidad, los platos tienen profundidad de una uña para que quepa lo menos posible, sobre todo los postres que te cobran cuatro euros y cantidad a la mínima expresión. Ojo que no somos exigentes pero esto es una tomadura de pelo (Ver foto del vasito que, ya no sólo que no tiene profundidad sino el contenido ridículo que te ponen). La comida (escasa para su alto precio), le dices que no te pongan un componente porque te hace daño, el camarero toma nota de ello pero, en cocina ni caso, te lo ponen igual. Olvidaba hacer mención al gofio que, siendo seña de identidad canaria y lugar este donde acuden muchos extranjeros, el sabor es insípido y ñoño, se nota cuando lo hacen con prisas, debe de haber también escasez de personal en cocina.
Por otro lado, cuando llega la hora de pagar, ya es la segunda ocasión que le tengo que corregir el ticket por lo que me quieren cobrar de más ya que no lo han servido. Recomiendo comprobar el mismo antes de pagar.
Creo que deben de tener cuidado con estas observaciones ya que en dicha localidad han abierto sus puertas otros...
Read moreThe minute I sat down (where I wanted as directed by the nice lady who greeted me), a big male waiter was very rude to me. He was upset that I had created work for him by sitting at an unclear table. I was in no hurry and did not expect him to clear it quickly, but I wanted to sit there to eat as it was close to a window. The waiter tutted, sighed and made me feel very uncomfortable, and so I left complaining to the lady owner on my way out. She did apologise. This is a great pity. I didn't eat there and never will now, I have given it a bad review having not even eaten there, I may have given a great review and come back again and again. Ruined because of a very rude waiter. The way he behaved it was as if I was prividing him a service, not the other way...
Read moreHace unos años me diagnosticaron celiaquía, desde ese momento empecé a hacer una ruta por restaurantes en busca de explorar y diversificar mis posibilidades. Acudí a sitios donde salí realmente escandalisada ante el desden de mucha gente que me servía platos totalmente contaminados ... entre los malos sitios también encontré sitios maravillosos, como es el caso del SIBORA. La primera vez que lo probe me fascinó la idea de la situación del restaurante, un precioso pueblo de casas blancas rodeado de montañas verdes y al lado de un camino de casas de quesería artesanal. Pero mi agrado y encanto llego al probar su comida, comida que me hacia sentir como cuando era pequeña y mis abuelos me llevaban a cualquier restaurante canario , que a pesar de servir comida que puede parecer común se caracteriza por un mimo especial. No es una carne cualquiera es una carne "mantequilla" , sabrosa, jugosa...etc, el mitico acompañamiento de pan con ali-oli tipico de restauración canaria, las gambitas al ajillo (con su extra de ajito y servidas en la tipica bandejita), sus postres de mousse tipicos o incluso fruta fresca del lugar. Todo esto hizo que me olvidara de que era celiaca y volviera a ese momento, al almuerzo con mis abuelos, a la comida simple que lleno mi infancia y que realmente de simple tiene poco, pues supone una selección de productos muy refinada. Y aún sin mencionar la competencia de sus precios, que no se ve alterada pese a servir platos aptos para celiacos. Y su personal que se dirije a su propio local como "casa" y no es para menos ya que en el ambiente se respira un aire muy familiar y confortable. Siempre siendo muy antentos y precavidos, dispuestos a rectificar un fallo o retirar un plato si no da seguridad contad de no arriesgar la salud del celiaco, lo que cual a mi me dice mucho. Por mi situación actual este sitio me queda muy cerquita y no me corto en decir que voy cuando puedo, incluso celebré mi cumpleaños este año allí. Cualquier evento es excusa para "darnos un salto a sibora", ademas en la terraza me dejan estar con mis perritos. Subo fotos de mi ultima comida allí, fue un sorteo que realizó mi asosiación y que casualmente me tocó a mi. Y me despido con un abrazo enorme al equipo, cocineros, la metre, camareros...etc y deseandoles mucho cariño y gratitus para 2021. Pd: Prueben el pulpo ,...
Read more