Los pinchos de este sitio son espectaculares, partimos de esa base. Pero en los últimos meses he dejado de ir porque el servicio cada vez es peor. Sabiendo el volumen de clientela que tienen no me parece muy lógico que los trabajadores entren a la hora que abren al público; en mi opinión deberían ir al menos media hora antes para evitar lo que pasa siempre, que abren, te sientas y tardan una eternidad en atenderte (porque además van mesa a mesa, se ve que son incapaces de tomar varias comandas a la vez. Van a una mesa, toman nota, van a dentro, la preparan, la llevan a esa mesa, toman la comanda de los pinchos y así una a una. Ha habido veces de esperar 20-30 minutos a ser atendidos). El trato del personal, solo a veces, muy desagradable. El tema de los horarios es mundo aparte. Una auténtica lotería ir y descubrir en el momento si está abierto o no. Que los pinchos son generosos y están ricos, eso no se lo quita nadie, pero a mí personalmente me compensa irme a otro local cercano, no diré cuál, que me pone pinchos un poco peores (tampoco mucho) pero al momento y amablemente (de hecho alguna vez que dudé entre dos de las opciones me han puesto ambos).