Situado a un universo de distancia del mundo de esferificaciones, cocina con nitrógeno líquido, pinzas para colocar minitrocitos de verduras, platos gigantes con un nada en medio y una flor, comida rápida y glovos varios, se encuentra este restaurante con cocina asturiana de toda la vida "como la que hacía mi abuela ". La carretera para llegar desde Nava no es apta para todos los corazones, ya que ha sido fin de etapa en alto en la Vuelta, y en realidad no es más que un camino de montaña asfaltado, lleno de curvas vertiginosas y donde pasan justo dos coches (y en muchas curvas ni eso): 15 minutos de subida de infarto (la bajada es casi peor). El entorno es maravilloso: una llanura rodeada de montañas por dos lados y valles por otros dos, y llena de rutas para hacer. Con ese entorno ya valdría el viaje pero vamos a la comida. La "carta" es un papel en una columna, con unos 8 platos típicos de la gastronomía asturiana: fabada, cabrito, ternera guisada, venado y varios platos combinados de patatas fritas y huevos con picadillo de cerdo o lacón. De postre, tarta de queso, queso a piñón, o yogurt. El señor que nos atendió (entendemos que el dueño) nos recomendó varios platos en función de los gustos y hambre que le comentamos, y al final comimos media de fabada y una entera de picadillo para compartir. Tremendo. La fabada con la perola en medio como dios manda, y con una pinta inmejorable sin nada de capa de grasilla, con un sabor super suave, fabas que se deshacían en la boca y luego su compango: el chorizo y la morcilla estaban sabrosos pero el lacón era otra dimensión. Quizas si hubieran sido trozos un poco más grandes hubiera incluso mejorado pero bien. El picadillo no estaba nada pesado, las patatas fritas caseras y gorditas, pero los huevos eran algo superior ; nos traslado a los sabores de nuestra infancia. Devoramos el plato en minutos, y a destacar que luego no quedo nada de aceite o grasa en la bandeja, promesa de una buena digestión a pesar de lo pesado de la comida. Puestos a buscarle algo quizás si hubiera picado un poquito hubiera estado algo mejor. De postre yo comí su tarta de queso, que es del tipo queso suave tipo Filadelfia con muy poca base de galleta pues no le hace falta al ser el queso consistente en si, y un poco de arándanos por encima. Un pelin más flojo que los principales pero a muy buen nivel también. El café parecía de pota/pucheros, nada que ver con el café de cualquier bar. Solo lo hubiera mejorado aún el menú tener un pan más tipo " de pueblo". El precio que nos salió para dos fueron unos 37 euros. De locos. En cuanto al servicio, el dueño es un "paisano" de toda la vida, pues esto no es un restaurante finolis sino un restaurante en medio de un monte, y así son las cosas en los pueblos. En cuanto al local, es una casa con mesas habilitadas a modo de comedor, en nuestra zona había unas 6 mesas pero parecía que había un segundo comedor, pero en cualquier caso es pequeño asi que es obligatorio reservar. Reseñar que además de comidas el restaurante tiene una zona exterior con mesas y bancos habilitados para tomarse algo sin más mirando a las montañas. Además tiene un ciervo (que de hecho se llama bambi!) Que deambula por ahí. Aparcamiento asegurado en la puerta del restaurante. Lo único malo malo de este sitio es el conseguir valor para enfrentarse a la carretera, porque sitios así casi...
Read moreLa localización del restaurante lo hace todo: acceso, entorno y cocina de lo más rural.
Hay que empezar por el acceso, es lo que puede echar hacia atrás a algún posible visitante, pues el tramo desde que se abandona la carretera general es para quemar cualquier embrague. Una cuestas y unas curvas que ponen a prueba a cualquier coche y conductor, es más, se plantea algún tramo como próximo puerto estrella de la vuelta a España. Y aún más, por ello tendremos que sortear varios ciclistas. Por ello puede ser una excelente propuesta para llegar tras hacer el camino a pie. Tras este periplo el entorno es absolutamente espectacular, la montaña Asturias en su esplendor, entorno salvaje con animales junto a nosotros, destaca el ciervo que se ha criado junto al restaurante y encanta a todos los visitantes. En definitiva, nos plantamos en medio de una formidable ruta de montaña.
Finalmente la cocina y todo el restaurante es puramente asturiana, una carta no muy extensa y receta tipica, centrada en la calidad de la materia prima, destaca el venado y cabrito. El producto final de primerísima calidad. Raciones muy generosas. Postres caseros a la altura del resto de la comida. El local, una noticia cuadra es como la comida, auténtico y sin aditivos. Toda una experiencia.
Les Praeres es en definitiva un lugar digno de visitar al menos una vez, haciendo el esfuerzo de llegar, tan solo eso hará que no acabe siendo un muy habitual para...
Read moreGreat food and a wonderful location. However, I give just two stars because they only accept cash as payment. We called twice before going to make reservations and ask a few questions, however we were not informed about that they do not accept cards. To get cash, it's a 20 minutes drive back to Nava on a pretty steep and narrow road, so make sure to bring enough to pay...
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