Restaurante la casita — Restaurant in Navarredonda de Gredos

Es un placer recomendar el Restaurante "La Casita", situado en el corazón de Gredos, un lugar que destaca como el mejor destino culinario de la región. Este pequeño restaurante familiar cuida meticulosamente cada detalle, desde la acogedora decoración hasta la excelencia en la presentación y calidad de sus platos.

Al llegar, fuimos recibidos con un exquisito entrante de cortesía: sardina ahumada en m tosta de berenjena pochada, acompañada de un chupito de gazpacho, una combinación que adelantaba la experiencia gastronómica que estaba por venir. Nuestra elección la acompañamos de un vino de la casa Ramon Bilbao y fue una ensalada de tomate rosa, servida con AOVE, eneldo y cebolla fresca, una auténtica delicia que resalta la frescura y el sabor natural de los ingredientes de la zona.

El plato de patatas revolconas, una interpretación de un revuelto de patatas con pimiento morrón, acompañado de huevo frito, cebolla y guindilla, fue sencillamente espectacular. El chuletón a la brasa, servido en plato caliente con verduras pochadas de acompañamiento y en su punto perfecto, no solo cumplió, sino que superó nuestras expectativas.

Para finalizar, disfrutamos de una copa de helado artesanal, con tres sabores: vainilla, pistacho y un sorprendente helado de piornos, un árbol característico de la zona. Cada sabor fue una magnífica culminación de una experiencia gastronómica inolvidable.

Recomiendo encarecidamente "La Casita" a todos aquellos que deseen disfrutar de una comida excepcional en un entorno encantador, donde la dedicación y el amor por la gastronomía se sienten en...

Ponen una tapa de cortesía al llegar. Un pan con guacamole y una anchoa, un chupito de crema de verduras y un torrezno cocido y frío.

Para compartir pedimos unas verduras en tempura y nos las sacaron prácticamente un par de minutos después de haberlas pedido, demasiado rápido. Como era de esperar estaban frías, ya llevaban hechas un buen rato. Apenas las probamos.

Después pedimos un guiso de carne y un solomillo.

El guiso era sugerencia del día. No sé sirve en salsa sino sobre una cama de patatas paja y un sofrito de cebolla y pimientos.

La carne la sirven en un plato de barro a alta temperatura y termina de hacerse en él, pero se enfría rápido.

La pieza de solomillo que nos sirvieron era tan alta (5 dedos de grosor) que estaba cruda por dentro. Pedimos otro plato de barro caliente para hacer de piedra y poder cocinarlo nosotros un mínimo. El sabor de la carne estaba bueno.

En vez de sacar las carnes en platos de barro ardiendo es mucho mejor servir una piedra al centro de la mesa, la carne fileteada y que cada uno la termine al punto.

Los postres estaban buenos.

El local se llena de humo que sale de la cocina, como si no hubiera extractor. No tienen máquina de café ni grifo de cerveza.

Vinimos por las buenas reseñas pero nuestra experiencia...

Toda la semana esperando al viernes para que abrieran para luego ser el peor sitio en el que hemos comido en toda la semana. Pido solomillo abierto en mariposa y pasado de punto y me traen un trozo de carne gordo y crudo (nos verían cara de paletos, pero después de 8 años trabajando mi pareja en un matadero de vacuno nos quisieron tomar por tontos) y encima casi exigiendo que lo tenía que probar crudo... Mi pareja lo quería al punto y eso había visto el fuego de lejos, de hecho lo tuvo que echar para atrás... Si yo sé lo que pido y sé cómo lo quiero me lo traes como lo pido que para eso lo voy a pagar yo, que encima parece que les hacemos un favor con ir... Me encantó el pueblo y los alrededores pero ahí ni vuelvo ni lo recomiendo para gente que le guste la carne hecha, porque si la pides algo más de al punto te miran mal... Luego muy atentos, preguntando si estaba bien, pero si desde un principio me lo traes como lo pido no me hace falta...