Han pasado un par de días y he querido esperar para realizar mi valoración sobre este lugar para evitar no reflejar adecuadamente lo que nos pasó.
Reservamos por teléfono el día anterior y nos indicaron que la única hora posible era entre las 15:15 y las 15:30 a lo cual accedí. El sábado 8 de abril de 2023 llegamos al restaurante a las 15:20 aproximadamente y uno de los camareros nos dijo que estaban a la espera de una mesa interior, que ya habían terminado de comer. Esperamos un buen rato hasta que pasados 45 minutos desde nuestra llegada volvimos a preguntar y nos dijo que nos iban a dar una mesa exterior, en principio ningún problema si no fuera porque esa mesa exterior llevaba unos 20 o 25 minutos libre, ya que los clientes se habían ido hace tiempo.
Por fin nos montaron la mesa y pudimos sentarnos sobre las 16:15, nos trajeron la carta y para nuestra sorpresa, ya había algunos platos que faltaban y no nos los podían servir, en los postres también ocurrió lo mismo y en las bebidas también.
Uno de los platos que nos ofrecieron contenía pollo, pero no lo que no nos imaginábamos es que era el esqueleto del pollo, debe ser que ya les quedaba poco o solo los restos del animal.
Los dos chuletones pues tampoco es que fueran una maravilla, se lo dijimos al camarero y evidentemente no nos iba a dar la razón, dijo que era de una carne muy buen, podría ser, pero no lo parecía. Yo pedí unas chuletillas de lechazo, vinieron 4 y más bien pequeñas, lo mismo esa es la ración normal.
A todas estas el camarero comentándonos lo duro que había sido el día y que ya tenía ganas de terminar, supongo que era un comentario para tratar de empatizar con nuestras caras de desaprobación, pero eso es interpretable.
Pedí una Coca Cola de las normales, pero apareció una Coca Cola Zero que no había pedido, en fin, la acepto porque parece ser que tampoco quedaban, pero vamos, podía habérmelo preguntado y hubiera quedado mejor.
El plato del pollo, del esqueleto del pollo, quedo prácticamente intacto y el camarero preguntándonos amablemente que qué tal todo, por educación no decimos gran cosa, la procesión iba por dentro.
En los postres el único pequeño fallo es que ya no tenían uno que queríamos, pero no deja de ser un suma y sigue.
Todos los platos tardaban siempre un poco, pero supongo que en días de mucho jaleo es normal, pero por la hora que era ya no había tanta gente, finalmente a las 18:00 pedimos la cuenta, tardaron un poquito y tuve que acercarme a la barra a pedirla, pagamos y nos fuimos a las 18:20.
El problema adicional es que teníamos unas entradas para las fuentes de La Granja de San Ildefonso a las 17:30 y evidentemente ya no llegamos.
Resultado final perdimos las entradas y nos llevamos un disgusto y una muy mala impresión del local.
Yo entiendo que hay épocas y días en que todo puede desbordarse, pero quien tiene un negocio sabe hasta dónde puede llegar y hubiera sido más honesto haber rechazado nuestra petición de reserva, hubiéramos buscado otro lugar o nos hubiéramos llevado unos bocadillos y no habríamos perdido las entradas.
Yo les recomendaría que para otra ocasión con otros clientes no apuren tanto el rendimiento del local, no se consigue más que unos clientes enfadados por un servicio desbordado y una posible escasez de...
Read moreWe called ahead to inquire about sitting on the terrace and availability to use with assistant dog. Even though it's the law, we don't like forcing it on businesses who don't want us there...
Within the first minute of conversation our conversation with Carlos it became apparent that this was a business worth visiting, he said "not only is the terrace available but we have a spot inside for customers with traveling animals. You are welcomed, please come down."
We arrived, and from start to finished we were treated as family our dog was given a bowl of water with ice inside of it. All the dishes we ordered were prepared, presented and tasted splendid. We had a bit of time to visit with Carlos he shared information about the area the history and we truly felt that this experience would be worth sharing with others who travel down this road. Thank you, we...
Read moreNosotros elegimos primero el lugar para visitar, El Palacio de Riofrío, después miramos que sitios había cercanos para comer y uno de ellos fue "El Fogón de Valentina", estuvimos viendo su página web y nos decidimos a reservar. Lo primero que he de decir es que aunque no me cogieron el teléfono tuvieron el detalle de devolverme la llamada y pude hacer la reserva para el día, hora y personas convenidas. Una vez allí nos presentamos unos minutos antes y la mesa ya estaba reservada. El sitio es muy bonito, hacía muy buen tiempo y en la terraza se estaba agradable, pero como no sabíamos si iba a haber un cambio de tiempo nosotros reservamos en su interior y he de decir que estuvimos muy cómodos y muy bien. La decoración tiene muy buen gusto, las mesas estaban separadas de otros comensales. La atención por parte del personal muy correcta. Nos dieron la carta con dos menús a elegir. Nosotros elegimos judiones de primero y cochinillo de segundo, con pan, vino y gaseosa y de postre tarta de queso y flan de café, por 22 euros. A parte, y fuera de menú, nosotros luego pedimos cafés para acompañar a los postres. Todo muy bueno, una cantidad adecuada para quedarte saciado y que no sobrara. Sin duda muy buena elección, hicimos muy bien en reservar porque luego se presentan comensales de forma espontanea sin reserva y tienen que esperar a que se quede una mesa libre, pero mientras puedes tomar algo tranquilamente en el bar que tienen. Solamente añadir que al pasar al cuarto de baño el dispensador no tenía papel de manos y hubo que utilizar el papel higiénico. Después nos dimos una vuelta por el pueblo, Navas de Riofrío, recorriendo sus calles, el cementerio y la estación de tren. Nos lo hemos apuntado entre nuestros lugares favoritos...
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