La comida, excelente… lástima que venga acompañada de un servicio digno de comedia absurda. Mesas mal puestas, platos que se enfrían de tanto esperar, vinos que se cobran pero viajan en el limbo, y camareros que dominan el arte milenario de la invisibilidad selectiva. Si eres vecino, quizá te atiendan entre charla y charla; si no, mejor busca otro sitio antes de que te dé tiempo a escribir una novela mientras esperas la merluza
Reservamos mesa con antelación para asegurarnos un sitio en este afamado restaurante, pero desde el minuto uno todo fueron tropiezos.
Primero nos sentaron bajo una televisión mal colgada, tan baja que me llevé un cabezazo digno de dibujos animados. Ante la queja, nos trasladaron a otra mesa, esta vez junto al pasillo por donde desfilaban los camareros como si fuera la pasarela Cibeles. Lo curioso es que había mesas vacías junto a las ventanas, debían estar reservadas para gente más importante.
Pedimos navajas y merluza en salsa. Las navajas, correctas, sin alardes. La merluza, en cambio, se convirtió en un misterio: tras una espera interminable, llegó fría como un témpano. La devolvimos, y al parecer se perdió en algún limbo gastronómico, y nadie supo explicar su destino. Hubiéramos aceptado resignados un golpe de microondas, pero ni eso. Tras otra larga espera, aparecieron otros platos de merluzas, aunque la demora ya había arruinado el apetito.
Intentamos llamar al camarero que nos había servido las primeras bebidas, un joven robusto y barbudo. Nos atendió una vez, pero luego decidió que lo mejor era esquivar nuestra mesa como si estuviéramos apestados, aunque lo veíamos deambular alegremente por el salón. Las dos camareras, en cambio, parecían más trabajadoras, aunque tampoco lograron salvar la situación.
Pedimos una segunda copa de vino. Nunca llegó a la mesa, pero sí apareció en la cuenta. Al reclamar, la camarera se sorprendió: “Yo la pedí en la barra”. Claro, pedirla en la barra está muy bien, pero si no la traes a la mesa, el vino no viene él solo. Mientras tanto, la camarera de la barra permanecía imperturbable: si alguien pedía, servía; si no, se quedaba allí, contemplando el mundo, aunque el salón estuviera a rebosar.
Al parecer, el restaurante es punto de encuentro de vecinos y conocidos, porque los camareros se entretenían charlando animadamente con las familias y parejas, mientras forasteros como nosotros mirábamos el reloj con cara de póker.
En resumen: una cocina de calidad, arruinada por un servicio caótico, negligente y hasta cómico en su torpeza. Es una pena. Estoy seguro de que alguien en La Marina se deja la piel comprando buen producto y pagando a un cocinero competente, pero el esfuerzo se diluye en un mar de desorganización. Durante el resto de nuestra estancia en Puerto de Vega, evitamos el lugar como si fuera la peste. Y no lo recomendaría a nadie… salvo que seas amigo íntimo de...
Read moreEmpezaré diciendo cual fue mi error , ya que sí, yo cometí un error que pague luego con creces.Encargamos mesa para la tanda de las 15:30. Llegamos a las 15:38/39 no recuerdo con exactitud pero no se iba mas halla de tiempo. Teníamos encargado un arroz con pulpo. Pero previamente en el momento de la reserva, avisé de que también comeríamos entrantes. Al llegar nos encontramos de frente con una persona en la barra. La cual entre risas le escuchamos decir a sus compañeros “estos son los que llamó” en tono de mofa. Bien. Nos sentamos en la mesa. Nos traen las cartas. Y en un suspiro nos las retiran sin decir nada. Vienen con un plato el cual hace referencia que es para el arroz (arroz que pensábamos que traerían después de los entrantes que no pudimos llegar a pedir) y al poco tiempo traen el arroz . Todo esto, como ya digo, sin informarnos de nada. Según lo posa en la mesa ,nuestras caras de incredulidad hablan por si solas y le preguntamos al camarero al respecto. El camarero cual pollo sin cabeza no sabe donde meterse y reacciona diciendo “bueno los entrantes podéis comerlos despues, Si quedais con hambre o un pescao” Le manifestamos nuestra desconformidad y nos responde que nos entiende y que si queremos hablar con la encargada. Viene la encargada y lejos de darnos la razón nos informa que el arroz estaba listo para salir a las 15:45. Que para que no se pasase tenia que sacarlo ya.. le decimos que no es una correcta forma de actuar ya que avisamos por teléfono de que comeríamos entrantes antes del arroz. Y lejos de pedir disculpas , echa la culpa al camarero diciendo que nos debería de haber informado y no darnos las cartas. En fin.. no hay con quien tratar y no atienden a razones. Encima de la provocación constante del individuo que tienen en la barra que no dejaba de mirarnos y entre risas decir “ flipo con la gente”. En efecto muchacho..flipamos todos con la falta de profesionalidad y de respecto que mostrasteis. Última vez que nos verán el pelo, desde luego. El arroz con pulpo no estaba mal pero fue tan tan desagradable la experiencia que lo resto...
Read moreAte here 3 times while in the area recently. Outstanding seafood restaurant. Food prepared to a high standard, Friendly and helpful staff regardless of language. Excellent wine by the glass selection with a generous pour. I had Almejas a la Marinera, a giant rubiel a la plancha with salad, and salmonete frito, also sided with salad. As with all meals in Spain it comes with bread. I only mention this because the bread was excellent also. I finished each night not with posture but a cafe solo with anis de la asturiana. I wish I could find more seafood places of this caliber while on my travels. And value for money...
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