Beach bar Abrela — Restaurant in O Vicedo

Incomprensible que este chiringuito tenga tan buenas reseñas, pues nuestra experiencia ha sido cuanto menos bochornosa.

Llegamos anoche sobre las 21:15, sin reserva 3 personas, y nos acercamos al encargado a preguntarle si tenían mesa disponible. La cosa ya empezó con mal pie, cuando una señora maleducada que estaba detrás de nosotros en la fila, nos cortó y le dijo al encargado "Nosotros tenemos reserva eh". El encargado, en vez de indicarle que teniendo reserva nadie le iba a quitar la mesa, y que nosotros estábamos delante en la cola, prefirió hacerla caso dejándonos tirados. Una falta de educación en toda regla, y si hubiéramos sabido lo que venía después, ahí ya nos habríamos ido.

Finalmente nos sentaron en una mesa en su terraza, estando sucia con dos cervezas y una bolsa de patatas fritas de los clientes anteriores, y se tiraron perfectamente 20 minutos pasando por las mesas sin limpiarnosla ni atendernos. Finalmente vino un tal Julio a tomar nota, porque tenía una camiseta que ponía "Eu son Julio", y rápidamente nos trajo lo que primero habíamos pedido, una ensalada que me pareció correcta.

Terminamos de comer la ensalada sobre las 21:40-21:45, y pasó más de media hora y no nos traían nada más. Sin embargo, salía comida de cocina y las demás mesas estaban siendo bien atendidas, incluso personas que habían llegado después que nosotros. Le comentamos el problema al tal Julio, y cuando llega a la mesa viendo el panorama, tuvo la desfachatez de decir "¿Qué os falta?", sabiendo que nos faltaba casi todo.

Tras llamarle la atención, debe ser que Julio metió prisa en cocina porque sobre las 22:30 vino el resto de la comida de golpe, pero no en buenas condiciones. Un lomo de bonito que estaba crudo y que le habían echado una tonelada de sal, lo cual da a entender que lo prepararon deprisa y corriendo. Una ración con 5 sardinas minúsculas a la plancha, que para el precio que vale me pareció un cachondeo. Y unas carrilleras guisadas, que esto reconozco que fue casi lo único salvable, pues tenían buen paladar y traían patatas caseras.

Como vimos que a otras mesas les preguntaban si querían postre/café, y a nosotros nada de nada, pasé un momento al baño y al salir le pedí la cuenta al tal Julio. Tardaron otros 15 o 20 minutos en traerla, saliendo del local cerca de las 23:00.

Conozco buena parte de A Mariña, y creo que nunca había sufrido un servicio tan pésimo y poco profesional en esta tierra tan bonita. A veces hay que dejar el orgullo de lado, y si sabían que no teniendo reserva no nos iban a proporcionar un servicio igual de digno que a los demás, lo más razonable hubiese sido decirnos desde el principio que no podían darnos de cenar.

No lo recomiendo en absoluto y desde luego no me verán regresar. Y por cierto, esto último reconocido por el propio Julio, si en este local os surge algún tipo de emergencia lo lleváis claro. Le pregunté por si tenían Wifi, ante la nula cobertura, y nos dijo que no, y que para llamar a un taxi había muchas veces que rezar.

En definitiva, un esperpento de sitio del sugiero huir...

Lugar muy agradable, siempre está muy concurrido, por lo que sugiero hacer reserva, en especial para la hora de la comida, en la cena tal vez puedan conseguir un puesto para pocas personas si no han podido reservar previamente. La comida muy buena, aunque algo subida de precio, pero sin duda vale la pena pagarlo. Puedes encontrar restaurantes similares en Viveiro con excelente calidad precio. Durante el verano tuve la oportunidad de ir unas 5 veces, siendo una de ellas muy lamentable por una empleada ineficiente llamada Eva, quien le pedí soluciones ante la mala ubicación de la mesa (1A pasillo central)que ese día nos tocó, por parte de esta empleada todo fueron respuestas negativas, incluso ante el abanico de opciones que le planteara en ese momento para encontrar solución a mi requerimiento, su mejor respuesta fue que era lo que había y que si no nos gustaba nos podíamos marchar, a lo que tuve que cenar incomoda por la MALA ATENCION DE LA CAMARERA EVA, así que mi recomendación es que si vistan el cuídense de ser atendidos por esta persona. Al final de la cena puse la queja respectiva, a lo que me indicaron que tal vez tendría un mal día (que cualquiera lo puede tener pero que es algo que no te lo puedes permitir si trabajas de cara al público). El resto de días de mis visitas al lugar la camarera Eva no logró controlar sus malas formas y su mala educación que se podían apreciar 10km a la redonda. No obstante también he de destacar la buena atención de un camarero que nos atendió bien, con mucha profesionalidad e incluso nos dió buenas sugerencias (Eva por cierto no sabe explicar los platos que ofrece el restaurante donde trabaja) De resto puedo comentar que es un lugar sencillo, abierto, con un parking amplio. Repetiré rogando no encontrarme con la ineficiente de la...

Tras haber realizado una reserva previa para cenar, cuando llegamos no sabían cuál era nuestra mesa a pesar de que el local estaba vacío. Después de repetir 2 veces el nombre al que figuraba la reserva, nos tuvieron esperando un momento y nos sentaron en una mesa. Me dio la sensación de que no constaba mi reserva en ningún sitio. A pesar de ser un chiringuito conocido por sus pescados y mariscos no había mucha oferta ya que muchos de los productos estaban agotados. El servicio fue muy rápido y la comida pasable, solo pasable. La camarera que nos atendió parecía no tener mucha experiencia, no sabía el vino que tenían, tenía problemas con el datáfono, etc. Entiendo que todo el mundo tiene que aprender, pero deberían estar más pendientes, ya que no estaba preparada para hacer el trabajo sola. Y lo peor de todo fue lo que ocurrió con los niños. Cuando estábamos comiendo entraron otros clientes con 2 niños al igual que nosotros. Nada más pedir la comida, el camarero les dijo a esos niños que si se portaban bien tendrían una sorpresa. Cuando los niños acabaron de comer el camarero les trajo una caja con juguetes. De verdad, no entiendo cómo hacen estos desprecios a los niños y les traen juguetes a unos si y a otros no. A veces parece que se trata mucho mejor a la gente de fuera que a los que somos de la zona. En...