Aterrizamos en La Canal por recomendación. Y que sorpresa, no vamos a volver. La experiencia ha sido terrible.
Para empezar, el salón es casi lúgubre, sin luz, poco atractivo. Las mesas para dos personas están posicionadas justo tocando con la barra, sitio bastante incómodo ya que los camareros van y viene y los platos te vuelan por la cabeza por lo que no puedes comer tranquilo. El sitio es ruidoso, muy ruidoso.
Las servilletas estaban manchadas, no sabemos de que exactamente, y la ensalada de aguacate (recomendación de la casa) llevaba pelo incorporado. Las croquetas de pollo estaban blandurrias... Seguimos con el pollo a la brasa con patatas fritas congeladas, ni fu ni fa, y con un rabo de toro/buey, que estaba aceptable pero que lo sirvieron con la salsa totalmente fría, lo cual estropeó el manjar, una pena.
Al tener la cabeza como un bombo después de estar bajo tantos decibelios pedimos ir a fuera a tomar el postre y los cafés, ¡Qué mala decisión por dios! Pedimos un par de "postres de l'Eva, i un café solo", nos sentamos en una mesa fuera en el exterior, y que pena que justo a lado había una mesa con unos 10 orangutanes chillando y liandola, molestando, claramente, a la gente que estaba comidiendo fuera. Nadie del restaurante se acercó a dichas bestias salvajes a pedir que por favor se relajasen.
El personal del restaurante se olvidó de nosotros, pasaron 15 minutos para servirnos los postres, por cierto, postres totalmente pretenciosos y descontextualizados con lo que es el local. El café nunca llegó. Me decidí a levantarme e ir a pagar directamente en la barra, ya que la incomodidad que generaban los machos alfas de la mesa de al lado rozaba el límite. En la barra pagué y me cobraron el café, con lo que reclamé que se habían olvidado y amablemente me lo sirvieron. En el ticket, no sabias que había costado nada, no ponen descripciónes, pero bueno...
Salgo con el café para fuera, para tomármelo al mas puro estilo chupito y escapar a galope de ese sitio. Me siento, y de repente algo cae en mis pantalones, una hoja de un árbol? Un cagada de pájaro? No! Se ve que en la mesa de la lado, si, la de los orangutanes, alguien decidió lanzar un trozo de pastel, con tan mala suerte que impacto en mi pareja y sobre mi. Dejando mis pantalones con un manchurron to guapo.
Me bebí el café como un shot, y salí de ahí...
Read moreFood overall was good, atmosphere to loud for our taste but service and wait between dishes was too long and make our experience unpleasant.
As starters we ordered ensalada and calamares, we get the salad, without oil or vinegar, waited more than 10 min and multiple requests. Calamares took 20min after the salad was served. As main course we got "galta de vedella" and "canelones", we wait for more than 30min and the "canelones" were superdry, the "galta" was ok.
There were tables that arrived later and finished before, with similar dishes, that just made it worst. I understand you can be understaffed on a particular day, but that's just unprofessional.
Hope you improve those points because the food...
Read moreVam anar ahir a dinar. El cambrer, molt amablement, ens va deixar les cartes i ens va "cantar" un seguit de primers i de segon fora de carta, això sí, sense dir-nos preus. Vam triar de fora de carta les carxofes amb foie, les múrgoles a la crema i de segons el turbot (a compartir entre dos) i espatlla de xai... el que no sabiem era que les carxofes eren 22€ p/p, les múrgoles 35€ p/p, el turbot 60€ i l'espatlla de xai 19'50€. Que en total, vam sortir a pagar a més de 75€ per persona, incloent un nen que va fer uns canelons. Potser el menjar era bo, tampoc res de l'altre món (pq el turbot era a la planxa, ni forn amb ceba i patata) però els pres van ser més que desorbitats, per descomptat dels plats que ens van recomendar de fora de carta, que són els que no ens van dir preu. Em sap greu però a mí no m'ho tornaran...
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