Cantares — Restaurant in Piles

Fuimos a comer con unos amigos que vinieron a visitarnos desde otra ciudad. Pedimos unas tapas de entrante (pan con alioli, bravas, pollo teriyaki) y estuvieron muy buenas. De plato principal encargamos una paella de arroz negro. Tenía muy buena pinta (arroz en su punto, muchos trozos de calamar y ajos tiernos...), pero cuando la probamos fue una gran decepción: no tenía nada de sal. Era incomible. Lo dijimos al camarero y le pedimos que salieran de cocina a probarla, pero no salió nadie y nos dijeron que sí le habían puesto sal. Tuvimos que pedir un salero y, después de echarle 2 botes de alioli, no mejoró. No se nos ofreció ninguna solución al problema. Yo personalmente no comí y, al comentárselo a la dueña (con mucha educación), la conversación fue muy desagradable. Nos dijo, de muy malas formas, que ellos la habían cocinado bien y que la culpa era nuestra y de nuestro gusto. Nos fuimos del restaurante con muy mala sensación, ya no tanto por el problema con la comida, sino por el trato recibido por parte de la dueña. No volveremos, ni lo puedo...

Vuelta al Restaurante Cantares en julio’19, esta vez comida familiar domingo a mediodía. Salón a tope de clientes, imprescindible reserva. Paella de rape y ajos tiernos de un dedo de espesor, perfecto punto del arroz, delicioso sabor. En la línea del pasado verano. Recomendado.

Nueva visita en agosto’18, decoración renovada y carta con nuevas elaboraciones. Presentación en plato más estética. Muy bueno el pulpo a la canaria. En resumen, cambio a mucho mejor.

Restaurante de salón amplio y abierto con terraza, en verano hace un poco de calor. Siempre he cenado de tapas a la carta: tellinas (coquinas), bravas, sepia, calamares, pinchos morunos, croquetas de bacalao, puntilla, clóchinas (mejillón Valenciano-mediterráneo), tigres, etc. Servicio rápido y atento. Buena materia prima a precio equilibrado. Muy recomendado para los que buscan carta de tapeo tradicional de playa valenciana. También arroces,...

Habíamos venido en otras ocasiones y por eso estamos aquí de nuevo. Para hoy habíamos encargado un arroz meloso de marisco así que como hemos querido reservarnos para este plato, solo hemos pedido un entrante, el baba ganush con pan naan. Los dos platos esquistos. El baba ganush muy fino, y el arroz con sabor a mar sin estar salado ni pesado. De postre hemos pedido el que se llama piña y yogur, que consiste en escarcha de piña, streusel de albahaca y pistachos caramelizados... Qué rico y ligero, ideal para acabar con el homenaje gastronómico de hoy. En el comedor, a pesar de estar lleno, había una corriente natural de aire perfecta que refrescaba el local. Cuenta con ventiladores y A/A que hoy no hacía falta conectarlos con la brisa que corre. El trato del personal muy profesional y...