La experiencia no fue tan buena como esperábamos. ¿Por qué? Pues para empezar, nos pedimos el menú "Nuestra dehesa", que empieza con un aceitito para que mojes con pan. Muy rico, eso sí. A la chica que nos puso el aceite se le cayó un poco dentro del vaso lleno de agua, por lo que se lo llevó y lo trajo vacío. No nos puso agua nueva ni nada. Vale. Yo estoy embarazada, le dije que no podía comer lo típico de embarazada y ella no sabía si podía comer algunas cosas o no, con lo cual no "me arriesgué" y no las comí. Había un plato que tenía un vinito (con alcohol) y me dijo que pensara yo si lo quería tomar o no, que una embarazada fue el día anterior y se lo tomó. Obviamente no me voy a tomar algo con alcohol, por poco que sea. A cada plato tenía que preguntar si podía comerlo o no. Considero que en un restaurante de esta categoría deberían saber lo básico que una persona embarazada puede o no puede comer. Por último, en uno de los platos había un pelo, pero no dije nada porque "bueno, un descuido"... pero en el segundo postre había dos pelos más, se lo dije a la chica, que me miró y me dijo: no me digas. Madre mía... Nada más, ni disculpas ni nada. Se llevó el plato y nos dejó esperando más de 20 minutos, mientras discutía en cocina a voces que se oían desde fuera, diciendo "pues ahora sales tú y te disculpas, que estoy harta y yo no voy a dar la cara", a lo que salió el chef, nos pidió disculpas, primero diciendo que perdón "por el pelito y la pestañita del plato". Le dije que eso no eran un pelito y una pestaña, que eran dos pelos en condiciones. Además, le dije que en un plato anterior había otro pelo, y le enseñé las fotos, ya que hicimos foto a todos los platos. Si eso era una pestaña, por tamaño tendría que haber sido de la ternera que nos habíamos comido antes por lo menos, así que nos dijo que no era la primera vez que les ocurría lo de tener un pelo y se disculpó. Vale, pero... no nos trajo el postre de vuelta sin pelo. Debería haberse llevado el postre, como lo hizo, y traer uno nuevo sin pelo, ya que de ese solo me había comido un poquito. Es un sitio de cierta categoría como para que no cuiden este tipo de detalles. En fin, la comida buena, las cosas como son, pero por esto que acabo de contar, no creo que...
Read moreHORROR!!! LAMENTABLE!! , Me he visto obligado hacer esta reseña muy negativa de este local. Principalmente que conozcan mi experiencia los clientes, y futuros clientes. Mi valoración no va destinada hacia opinar de la comida, sino hacia el trato, que ha tenido hacia mi, el responsable de la misma, un tal Carlos (propietario). Me agarró a la expresión, de que "no es oro todo lo que reluce", considerando que el cliente se lleva una experiencia totalmente diferente, a la que tiene el trabajador, que trabaja en este local, (mi caso) . Mis pruebas, y argumentos tengo para todo aquél, que me pida una referencia. Por último, decir qué alardear de algún que otro reconocimiento que puedas tener como cocinero, no te da derecho a, humillar, insultar, faltar el respecto, ni "pegar" a un trabajador. HAY una diferencia abismal, entre ser un empresario, y ser un líder. Lamentablemente este señor no es un líder. Los valores, y la educación tienen que estar muy por encima de cualquier "reconocimiento, o" premio " que puedas tener colgado en una pared. Este tipo de comportamientos deberían ser castigados o multados. A estos empresarios que tratan mal a sus empleados, que son los que sacan a las empresas hacia delante. A un trabajador hay que tratarlo igual que a un cliente o mejor. Dicho esto, y si queremos en un presente mejores condiciones y mejor trato humano por parte de los empresarios no debemos tolerar dichos comportamientos. Por un...
Read moreDe viaje hacia Cáceres, hicimos una escala para comer en Pozoblanco en un sitio que habíamos visto con buenas referencias, el Kàran Bistró.
Es un lugar pequeño pero con una carta magnífica, de esos que dan ganas de pedir un plato de cada cosa para probarlo todo.
Como estábamos en la zona de los Pedroches, famosa por sus carnes, nos decantamos por eso.
Nos pusieron unos deliciosos aperitivos para abrir boca. Y luego, al lío.
Un buen plato de jamón ibérico de esos que te chupas los dedos para no perder ni una pizca de grasilla. Los cerdos de aquí son todos negros y pequeños, y se los ve comiendo bellotas en los enormes y preciosos encinares de la comarca.
Después, un exquisito solomillo ibérico confitado con puré, membrillo y salsa de carne, y un tartar de vaca local -retinta-, vacas que se ven pastando a sus anchas por estos valles.
Nos pedimos un postre de chocolate con dulce de leche para compartir que estaba de muerte.
Acompañamos el menú con un vino ribera muy bueno asesorados por nuestra anfitriona, que estuvo atenta, amable y profesional en todo momento.
Lo único que siento es que Pozoblanco esté lejos de nuestro domicilio y no podamos repetir con más frecuencia.
¡Enhorabuena y...
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