Posada Restaurante de Serrada en Puentes Viejas — Restaurant in Puentes Viejas

Una pena que un sitio bastante bueno y con una de las propietarias encantadora y que cocina de maravilla lo lleve de cara al público la otra propietaria, hostil, con chulería y sin problema para hacer sentir mal al cliente. Hemos puesto una valoración tal cuál nos ha solicitado Booking, con quien realizamos la reserva, con bastantes cosas positivas en el apartado "lo que más te ha gustado" pero también una crítica o más que crítica aviso para personas que busquen lo mismo que nosotros en el apartado "lo que menos te ha gustado" (ya que de eso se trata, de servir de ayuda a futuros viajeros), y nos hemos encontrado una respuesta de lo más hostil por parte del alojamiento además de incluyendo mentiras (aprovechando que el cliente no tiene derecho a réplica).

Tras revisar las respuestas del establecimiento a todos los comentarios, nuestro consejo para el Posada de Serrada de la Fuente es que un buen anfitrión debería aceptar los comentarios negativos del mismo modo que acepta los positivos. Aunque "justifiquen" que no es cierto (y que casualidad que en ninguno de los comentarios regulares que reciben lo sea), sólo hay que ver la forma defensiva y sin ningún tipo de humildad con la que contestan a cada mínimo comentario no tan bueno, como si exclusivamente estuviese dispuesta a aceptar comentarios extraordinarios. Esa "acidez" es la que con el tiempo hará que cada vez más personas que como nosotros, pusieron en su mayoría comentarios buenos, se queden finalmente con la mala contestación a la defensiva por las críticas y desde luego no sólo no vuelvan sino que no recomienden ese establecimiento para nada. Y por muy buenas que sean las características del alojamiento, sólo hace falta tiempo para que se extienda la voz, y la personalidad a cada uno le ponga en su sitio.

Por tanto, aconsejamos con toda nuestra buena intención, que Mari Paz, del Posada de Serrada, aprenda a aceptar como cualquier propietario hace, las críticas de las reseñas que nos piden. O de lo contrario debería ser su hermana Juani, mucho más tranquila y amable y la que realmente consigue todos los comentarios positivos con su comida, la que se encargue de dar la cara en...

Buena atención, entorno precioso, y comida rica. Fuimos la familia, un grupo de 10 personas, y primero tomamos algo en la terraza aprovechando el sol, tras una ruta por los alrededores, con preciosas vistas. Después fuimos a sentarnos dentro, y como punto negativo, al haber tomado algo antes en la terraza y tener reservado a las 14.00h (y por tanto sentarnos más tarde de las 14.00h), atendieron antes a los que tenían reservado a las 14.30h, que se sentaron unos minutos después que nosotros, y por tanto les sirvieron antes a ellos. Sin problema, estuvimos esperando mientras charlábamos. Pedimos todos menú, a unos 25 euros, aparte de alguna botella de vino. Los huevos con foie y patatas muy ricos, el judión de astorga estaba rico, no comparable a una buena fabada de Asturias porque le faltaba algo se potencia o sabor para mi gusto, pero rico igualmente. El pisto comentaron que rico también. De 2°, el bacalao en tempura, el churrasco, y demás 2os platos muy ricos, si bien no tanto la entraña que me pedí yo, ya que estaba algo quemada y dejaba ese sabor tostado, quizás debí cambiarla. Culpa mía. Sin embargo, recomiendo que no le echen tanta sal a la carne, ya que coincidimos en que toda la carne estaba demasiado salada, se veía la capa de sal abundante por encima. El postre, la tarta de queso, estaba rica. El vino muy bueno, sobre todo el dulce. En general, buen trato, la mujer muy agradable y agradecida. El sitio fantástico, acogedor y encantador. Con su chimenea de leña, y un entorno magnifico, sin la aglomeración de otras zonas de la sierra de Madrid. Daban ganas de quedarse y pasar una noche. Gracias por la atención, lo recomendaremos y seguramente volveremos, como ya hicieron algunos familiares de los...

No os confiéis porque os dan el palo!! Fuimos un grupo de 14 personas y elegimos menú de fin de semana (18€/pax) con unas raciones de carta para el centro. Después de la comanda de los menús dijimos que queríamos vino para beber y nos dieron dos opciones: Ribera o Rioja. Elegimos Ribera. Otras dos opciones después: crianza o cosecha. Elegimos crianza... Trajeron tres botellas por decisión de la camarera y dueña del establecimiento (sobró una practicamente entera) 15€/botella reflejaba la cuenta, para nuestra sorpresa. Su argumento fue que el menú incluye el vino de la casa. Entonces por qué nos ofrece únicamente dos opciones que no están dentro del menú, sin advertirlo? Si hemos pedido menú, lo normal es que consumamos la bebida que incluye. Y si delegamos en ella las botellas que trae a la mesa, es porque pensamos que son las que corresponden al número de menús. Respondió fría (algo de práctica se notaba que tenía) y alegó que no nos había cobrado el último café y que nos había puesto dos botellas grandes de agua mineral (en la sierra de Madrid hubiera preferido agua del grifo) En fin... Que nos sentimos estafados por esta señora y no volveremos jamás. A quienes vayan... Mucho control, nada de relajarse que...