El día 26 de diciembre estuve almorzando con mi familia en el Restaurante Santuario de Tíscar. Pedimos un paté de perdiz (bastante escaso para el precio que tenía) para empezar. Después, mi mujer pidió solomillo de ternera, mi hija un solomillo de cerdo con roquefort y yo una pierna de cordero, claramente recalentada. Puedo entender que la pierna de cordero no estuviera recién hecha porque llegamos a comer a las cuatro y ese día había sido la Romería de la Virgen de Tíscar. Habrían preparado comida con antelación. De hecho este plato suele ser por encargo y ese día nos lo ofrecieron (obviamente porque ya lo tenían preparado). Hasta aquí todo entendible. El problema fue con el plato que pidió mi hijo: un estofado de ciervo. Ni era estofado, ni era ciervo. Era carne de cerdo en salsa. Bueno, en realidad, había trozos de dos tipos de carnes, por el color y la textura. Y lo más grave de todo fue que al preguntarle al camarero que de qué parte del ciervo era aquella carne, se puso muy nervioso y avergonzado, se fue para la cocina y nunca más supimos de él. Salía por la sala atendiendo a otros clientes pero nos evitaba a nosotros. Para retirarnos los platos llegó otro camarero más mayorcito. Le dijimos que claramente la carne que nos habían servido no era de ciervo. Y la respuesta fue surrealista: "Sí, es que era una cabrilla chica". ¿Qué relación tiene una cabra con un ciervo? Nos dijo sí queríamos tomar postre y yo bastante serio le dije que no. Me pregunta con todo el descaro del mundo si nos hemos enfadado y le digo que por supuesto, ya que nos han engañado y nos han tratado como tontos. Le digo que estoy muy acostumbrado a comer carne de caza, en particular, jabalí y ciervo, desde que era pequeño, puesto que mi padre era cazador. Con toda la cara dura del mundo, aguanta el chaparrón, sin pedir disculpas, y vuelve a decirnos que si vamos a tomar postre. Le pido la cuenta y veo que sin ningún pudor nos han cobrado el plato de cerdo en salsa al precio del ciervo, después de toda la conversación. No tienen el detalle de disculparse, ni de ofrecernos un café o un chupito en compensación. Al final nos cobra el primer camarero que nos atendió, sin mirarnos a la cara, con la cabeza agachada y la misma imagen de la vergüenza en su rostro. Amigos viajeros La Cueva del Agua es un sitio precioso, el Santuario de Tíscar también, pero evitad este restaurante que se aprovecha de ser el único abierto...
Read moreHola, soy una persona que suele ser optimista y ver el lado bueno de las cosas, cuando hay diferencia suelo intentar apaciguar la cosa, pero hoy debo decir que lamentablemente he decidido llevar a un grupo de amigos moteros allí, a desayunar unos chorizos de monte y de pueblo que hace unos 5 años tomamos en otra ocasión con otro grupito de moteros, la verdad que que no estuvo mal hace 5 años, pero hoy tanto el dueño como camareros se han portado mal, noooo, lo siguiente, nada más entrar a las mesas de la terraza que estaba todo vacío por la hora que serían las 11:30 aprox , no decían que no disponían de material para atender a 18 personas, hemos varios de los que íbamos intentado hablar con ellos para que lo que tuvieran los pusieran en platos para intentar comer algo aunque fuera poco y seguir camino a otro sitio, pero lejos de atender nuestra solicitud, nos han increpado diciendo que si es que estábamos sordos, que si. Os habíamos creído tal o cual, y qué no nos pondrían lo que pedíamos como pedíamos, a lo que nos han invitado sin las palabras explícitas a irnos de allí. No soy amigo de criticar a nadie, me gusta las cosas de frente, pero ante la imposibilidad por la situación y los malos modos me veo obligado a avisar a la gente, que allí pasa algo y no es bueno, que tengan mucho cuidado, por que después de leer comentarios anteriores y nuestra propia experiencia, cualquier día alguien que les reclame algo pueden ser capaces hasta de agredir físicamente….. solo es una apreciacion….. el turismo en Jaén no se merece gente así. Viajero y turistas, tened esto en cuenta, cuidado con los bolsillos y dejad el coche o moto cerca por si...
Read moreUna experiencia preciosa en El Santuario de Tíscar
Fuimos a comer y salimos encantados. El sitio es espectacular, rodeado de naturaleza y con unas vistas que transmiten paz. El restaurante está justo al lado del santuario y tiene muchísimo encanto, con una decoración rústica y un ambiente muy acogedor. La atención del personal fue excelente, muy amables y atentos en todo momento. Nos recomendaron varios platos típicos y acertaron de lleno. Probamos el Revuelto de morcilla en caldera con cebolla caramelizada y manzana y estaba sabrosísimo. También pedimos Solomillo de vaca y lagarto ibérico todo en su punto con sabor auténtico, como de cocina de pueblo pero muy bien presentada.
El lugar invita a disfrutar sin prisas, ideal para pasar un rato tranquilo en pareja o en familia. La relación calidad-precio me pareció muy buena, sobre todo teniendo en cuenta el entorno tan especial. Sin duda, volveremos. Es de esos rincones que dejan buen sabor de boca, tanto por la comida como por la experiencia...
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