Restaurante La Pizarrera — Restaurant in Riaza

La Pizarrera: Cuando la luz de Sol ilumina una mesa En el pequeño y pintoresco pueblo de Madriguera, en la provincia de Segovia, se esconde un restaurante que, sin hacer ruido, está marcando un antes y un después en la oferta gastronómica de la zona: La Pizarrera. Nuestro grupo de amigos, habituales de Riaza y conocedores de la gastronomía segoviana desde hace décadas, hemos encontrado aquí algo que trasciende lo puramente culinario. La experiencia comenzó en el mismo umbral del local, donde fuimos recibidos por Sol, una camarera cuyo nombre no podría ser más apropiado: ilumina cada gesto, cada recomendación y cada instante del servicio. En más de treinta años recorriendo mesas por toda la provincia, pocas veces hemos encontrado una atención tan exquisita, cercana y al mismo tiempo impecablemente profesional. Sol no solo coordina con precisión de reloj suizo; lo hace con una calidez y una sonrisa que convierten el acto de comer en un momento de auténtico disfrute humano. Siguiendo sus recomendaciones, iniciamos el festín con dos entrantes que merecen un capítulo aparte: unas gyozas de cordero de masa delicada y relleno intenso, perfectamente equilibradas, y unos panes bao rellenos de cochinillo con salsa kimchi y brotes de alfalfa, donde la tradición castellana se da la mano con la frescura y el picante asiático en un bocado que roza la perfección. En los platos principales, la cocina siguió elevando el listón: unas carrilleras guisadas con un parmentier sedoso y reconfortante; un bacalao sobre acelgas que jugaba con texturas y sabores de forma elegante; y unas codornices deshuesadas bañadas en una salsa de esas que obligan a pedir pan extra para apurar hasta la última gota. Aunque la comida fue generosa, no pudimos resistirnos a un final dulce: una torrija de textura impecable acompañada de un helado de turrón que, sin exagerar, podría figurar en un recetario de alta repostería. Sin embargo, más allá de la brillantez de los platos, lo que hace de La Pizarra un lugar imprescindible es la experiencia completa. Y en esa experiencia, Sol es el hilo conductor: atenta sin invadir, resolutiva sin precipitación, siempre con la palabra y el gesto justos. Es la clase de servicio que te hace sentir que no estás comiendo fuera, sino siendo invitado en casa de alguien que realmente quiere que disfrutes. En Madriguera, hemos encontrado no solo un restaurante con cocina cuidada y diferente a la habitual de la provincia, sino un lugar al que uno quiere volver… y no solo por lo que sale de la cocina. Volveremos por Sol, por su luz y por la certeza de que aquí, cada comida puede convertirse en un recuerdo...

Me da pena poner reseñas negativas, pero en este caso no me queda más remedio.

Nos dijeron que la carrillera tardaría unos 30 min (que ya tiene tela un sábado a mediodía) y aceptamos, pero tardó más de 90!!!

El entrecot salió tieso, demasiado hecho y frío. Las guarniciones salieron también frías y además pedimos pan, no lo sacaron, pero sí lo incluyeron en la cuenta... En fin, suma y sigue.

Y encima, cuando transmitimos nuestro malestar, la mujer (que parecía la dueña) se mostró arisca, con cero empatía y muy grosera.

Cualquiera puede cometer un error con un plato (o varios…) y todos somos humanos, pero lo que no es de recibo es que se cargue contra el cliente cuando es responsabilidad del restaurante sacar un servicio decente, al menos.

El problema no es tener un error, sino no saber responder ante él.

—— Aprovecho para responderte:

Hola "aspirante a dueña”

Espero encuentres el camino para sanar toda esa ira que hay en tus palabras. Al menos para que si algún día eres "dueña" en lugar de "aspirante", te quede algo de restaurante.

Ni ticket ni nada. Has pasado de largo diciendo "ya os habían avisado" sin más.

Y ayer fueron mis suegros (2). Hoy éramos 4. Siendo el único restaurante del pueblo, tampoco había mucha opción. Claro, que tú ayer no atendiste su mesa. Supongo que de ahí el comentario tan desafortunado.

A quien vea este mensaje: COMPENSA IR A RIAZA A COMER, el precio de los platos no se corresponde con la calidad y el trato humano es tal cual esta señora responde las reseñas.

Ps: Sol y Cristian, disculpad y gracias por haber intentado remediar nuestra mala...

Creo que jamás he salido con tan mal sabor de boca como hoy, jamás me han atendido tan mal como hoy. Pienso que alguien que se considere profesional no puede permitir, por muy saturado que esté, el trato con desidia y desagrado como el que nos han dado hoy en este restaurante. Al final nos han pedido disculpas, pero de nada han servido. Ha sido tal cúmulo de despropósitos que lo único que queríamos era salir de ahí. La encargada/dueña ha sido la persona más maleducada que he visto nunca y el estar saturados no justifica ningún mal modo. Un restaurante que funciona con reservas no debería usar como excusa el estar saturados, ya que sabes cómo vas a estar de antemano y, si no tienes capacidad para atender tantos comensales, pon menos mesas o contrata más camareros, pero no le pases el problema al cliente. No me pongo a enumerar más detalles porque creo que no es necesario ampliar más mi malestar. En contestación a su escrito, efectivamente repetimos porque el primer día nos gustó mucho, tanto es así que quisimos traer a nuestra hija y a su pareja a comer en su restaurante,lo cual no quita que este segundo día nos hayamos encontrado con la sorpresa totalmente desagradable de su atención y viendo las mentiras por usted expuestas mejor corto aquí porque no pienso darle el gusto de entrarle al trapo con más descalificaciones. Cada uno se labra su camino con su trabajo y...