La historia de San Roque ha sido siempre la de un pueblo demasiado ensimismado en sí mismo como para darse cuenta del potencial turístico que ofrecían sus calles y casas centenarias, formadoras de un casco antiguo bellísimo del que, sin embargo, no ha sido hasta hace pocos años cuando algunos iluminados comenzaron a darse cuenta de sus posibilidades para atraer al visitante a este rinconcito del sur de España. Hubo quien, increíblemente, se adelantó a esa iluminación y creyó en esta posibilidad mucho antes de que el turismo se fijara finalmente en San Roque, aunque el que lo creyera fuera francés. El restaurante Don Benito (abierto por el parisino Benito Isorni y su hermana) fue un adelantado a su tiempo, y ya en los 80 era conocido y frecuentado por los habituales de la jet-set marbellí y costasoleña. Durante años se mantuvo así, hasta su cierre en 1992. San Roque no daba más de sí.
Pero el Don Benito es mucho Don Benito, y en 2007 (ya con el pueblo volcado hacia el turismo como una importante fuente de ingresos) Rodrigo y Álvaro Solís, sobrinos del Benito original, hicieron lo mejor que podrían haber hecho: reabrir el local. Situado en una de las hermosas casas típicas sanroqueñas, en el incomparable marco de la Plaza de Armas, junto a la parroquia y al Mirador Poeta Domingo de Mena (conocido como Los Cañones) desde el que se divisa la Bahía de Algeciras, Gibraltar y África, el Bar de Tapas Don Benito actual es un lugar de encuentro único en San Roque. Quienes han pasado por allí admiran 3 cosas: el entorno ya mencionado; el interior de la casa, exquisitamente decorado por sus propietarios, usando las habitaciones y el patio de la planta baja como salas íntimas y especiales donde pasar una velada muy agradable, tanto si es el almuerzo como la cena; y por supuesto la comida.
Porque hablar de Don Benito es hablar de una excelente cocina. La carta es bastante amplia, por lo que es difícil decidirse por alguna opción. Hay que volver varias veces para poder probarlo todo. Además de lo incluido en la carta, es habitual que Rodrigo o alguno de los camareros amplíe el menú con platos del día o nuevos manjares, por lo que siempre es recomendable preguntar qué hay más.
Por experiencia propia, puedo afirmar que entre los más exquisitos bocados indispensables son: el queso de cabra con hojaldre (al que se le añade miel por encima), las croquetas caseras de setas (qué sabor...) y los langostinos con hojaldre (también con miel de caña). Si os gusta el pescado: las típicas ortigas de mar (bien frititas), el gallo frito y los boquerones rellenos. Si sois de carnes, el lagarto (no, no son tiras de carne del reptil, tranquilos) está buenísimo. O si no, cualquiera de sus montaditos. Hay mucho más, seguro, que se me olvida, pero bueno, lo mejor es que lo probéis por vosotros mismos.
No hace falta que me explaya mucho más. Fijaos: Don Benito me ha dado para contaros un poco de historia, un par de ideas para visitar San Roque en plan turístico, y una excusa perfecta para tomar unas cervezas, unas tapas o una buena comida en un marco único. Vosotros veréis lo que...
Read moreDon Benito, a charming fish restaurant and tapas bar nestled on top of San Roque next to the church, exceeded all my expectations with its delightful cuisine, fresh tapas, and impeccable service. From the moment I stepped inside, I was captivated by the warm and inviting ambiance, which set the perfect stage for a truly memorable dining experience.
Let's start with the food. Don Benito boasts an impressive selection of fresh tapas, each bursting with flavor and crafted with the utmost care. The seafood tapas were the stars of the show, offering a delectable array of options for seafood lovers. The perfectly grilled octopus, tender calamari rings, and succulent prawns were simply divine. The chefs at Don Benito truly know how to highlight the natural flavors of the ingredients, resulting in an authentic and unforgettable...
Read moreFirst the positives. The location is lovely, with a sunny terrace in a quiet square. The building itself is quirky, with a separate bar and different seating areas, including an indoor patio. Service was efficient. The menu included some unusual dishes, as well as more popular ones. However, we found the food a little disappointing. The prawns wrapped in aubergine with honey was underseasoned, the prawns were tough, watery and tasteless and the aubergine also lacked flavour. The chiperones a la plancha were cooked to perfection and the green sauce was delicious. However, I would have expected more than 4 for a racion...
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