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NEFASTO. Nos hicieron esperar aproximadamente una hora para sacar los platos, menos mal que era un domingo de fórmula 1 y pudimos estar entretenidos. Pedimos 5 platos ya que éramos 4 personas y uno de ella era un entrante y únicamente sacaron 3. Aproximadamente una hora de espera para dos platos de huevos con patatas y jamón, ah y cáscara, por si queríamos un toque crocante y un guiso de ternera con patatas que la única elaboración a hacer debería ser calentarlo.
Tras otros 20 minutos de espera decidimos preguntar por los dos platos restantes, de elaboración sencilla no, lo siguiente, secreto ibérico y solomillo.. a lo que responden que va a consultar en cocina. Tras consultar nos manifiesta que ha habido un error y que no han tomado bien la comanda y solo tienen la presa. Nos sacan la presa 1h y 15 minutos después de haberla pedido y sale recalentada y seca, debía llevar echa más de 30 minutos al menos… evidentemente la echamos para atrás y la camarera avergonzada admitió que era normal.
Mención especial al gerente (aunque no ejercía como tal, lo parecía, al menos) un señor de unos 40 años y calvo, con polo blanco. Lo único que hizo fue indicarnos en qué mesa sentarnos y no fue capaz de pedir si quiera disculpas por la vergüenza de servicio y de comida ofrecida. Deambulaba por el comedor sin saber muy bien qué hacer más que completar sus pasos diarios.
Por último, si hubiese sido económico o hubiesen tenido el detalle de no cobrar la comida o al menos parcialmente.. pero todo lo contrario, nos fuimos dos personas sin comer y pagando 50€ por dos platos de dos huevos, con 6 trozos de jamón y patatas fritas y un plato de ternera guisada.
LAMENTABLE, NO VOLVEREMOS JAMÁS. NO ACUDIR!!!!!!!!
Pd: Adjunto fotos de la cáscara, el pelo de algún camarer@/cociner@ (del encargado lo dudo) y de la jugosidad de la presa que se puede apreciar.
Aurelio aparte de no tener ni idea de hostelería, tampoco sabe escribir (como deja reflejado en la reseña al igual que en la carta donde oferta chorzo..) y de educación va muy justo. Lo siento, pero tu restaurante no tiene futuro, asique me temo que el que no tiene pasta eres tú y vas a tener que mantener ese polo un...
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Hace un tiempo solía venir aquí a comer y a tomar algo, pero cambié de trabajo y hasta hoy no he vuelto. Venía con mi hijo, al que acababa de recoger del aeropuerto despues de estar todo el curso en el extranjero. Y el chaval tenia ganas de jamón, cerdo ibérico, tortilla de patatas... lo normal... De modo que ni corto ni perezoso, salgo de Barajas con la directa para llegar a comer a Santa Olalla del Cala. Al Restaurante Aurelio. Y la cosa está muy cambiada... Llegamos al restaurante y nadie en la barra nos mira ni nos da las buenas tardes, aunque cada sitio tiene sus costumbres, de modo que, como sabemos dónde está, nos vamos al comedor. Allí la misma dinámica. Tras esperar unos segundos por si algún camarero quiere indicarnos dónde sentarnos, y viendo que no parece ser lo habitual, miramos las mesas libres y cuando damos un par de pasos para dirigirnos a una de ellas, entonces si. Dos camareros levantan la mano y nos dicen de lejos que un momentito, ¡quieto parao ahí! Mientras un tercero ya estaba dejando lista una mesa y con un gesto amable nos invita a sentarnos en ella. Pedimos jamón ibérico, tortilla de patatas y presa ibérica. La ración de jamón ibérico 20 euros. No entro a valorar precios, pues si el género es bueno, vale eso, y más. Pero es que era un jamón, rico, pero no ibérico... La tortilla de patatas, estaba sosa y las patatas duras de no haber llegado de freirse bien. Supongo que las prisas, pues la verdad es que había bastante gente. Y la presa ibérica, a 24 euros, digo lo mismo que con el jamón, yo pago lo que valga, pero es que no tenía la jugosidad de una presa ibérica. No lo puedo asegurar, pero creo que era duroc. O igual ni eso. Y las patatas de acompañamiento tenían el mismo problema que las de la tortilla. Estaban duras aún. Le pongo un par de estrellas, porque la atención de camarero que nos atendió fué cordial y amable. La verdad es que he quedado decepcionado en cuanto a la...
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Paramos de camino a nuestro viaje a Conil y fue una gran decepción. El servicio (4 camareros con 8 mesas) horrible, tárdanos 20 minutos para que nos trajeran el primer plato de un menú (13,50€/ persona) por cierto, unos macarrones fríos sin sabor y encima el camarero replicando. El segundo sin más un revuelto de setas y el peor postre de la historia unas natillas que te quedabas con ellas en la cuchara y jo se caían. Recomendación, no paréis.
Quiero aclarar que lo que comenta el restaurante no se ajusta a lo que vivimos. Desde que llegamos hasta que nos sirvieron el primer plato pasaron casi 20 minutos, tiempo en el que nos dio hasta para ir al baño y charlar un buen rato. Lo que nos alarmó fue ver que otras mesas que llegaron después ya estaban recibiendo incluso su segundo plato. Fue entonces cuando me acerqué al camarero para preguntar qué pasaba.
Su respuesta fue totalmente fuera de lugar: me dijo que era normal porque eran platos calientes… cuando uno de ellos era un salpicón de marisco. Cuando por fin llegaron los macarrones, estaban fríos ( lo que fue gracioso) y aún así me acerqué de nuevo al mismo camarero, que me respondió de forma muy maleducada: “claro, con tanta prisa, ¿qué espera?”. En ningún momento le hablé mal ni le falté al respeto, pero su actitud fue completamente inaceptable.
No me quejé más que en ese momento ( de hecho agradecí que de forma voluntaria nos cambiaran de camarero) pero lo mínimo que esperaba era un trato correcto. Entiendo lo que implica trabajar de cara al público, pero como cliente también espero respeto y profesionalidad.
Por supuesto no pienso volver, y precisamente por eso escribo esta reseña: para que nadie más tenga que pasar por una experiencia como la nuestra...
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