Lo primero que encuentras al entrar al Restaurante El albergue de Valvanuz (o Trastévere, no sé muy bien con qué nombre quedarme) es un salón limpio, con una decoración sencilla pero efectiva y una luz que de inmediato lo convierte en un rincón acogedor. Nada de relumbres accesorios que recarguen el ambiente ni guiños locales; sólo colores suaves y algún cuadro traído de ultramar que destapa el carácter viajero de sus dueños. La perfecta integración de la madera nueva y la piedra, redondean esa atmósfera montañesa tan típica de las casas tradicionales de la zona que aquí se han preocupado por acercar al siglo XXI. Una vez sentados, no tardan en aparecer para atenderte. El trato que dispensan es impecable, cercano pero sin llegar a esa familiaridad molesta que a veces te encuentras en algunos lugares y que traspone el límite de lo íntimo. El detalle del aperitivo, cortesía de la casa, ya pone distancia con respecto a otros negocios, y su oferta de vinos, no muy amplia pero lo suficientemente promediada, auguran una experiencia deliciosa. La carta es moderada, con una equilibrada proporción entre carnes y pescados frescos de temporada y seleccionados minuciosamente por Rubén, propietario y responsable de la cocina. El punto y la elaboración de los géneros es siempre perfecto, y la regularidad en las calidades, una constante que cumplen con tenaz exigencia. Marca de la casa. No nos olvidemos de los potajes, las sopas (la de pescados y marisco, la mejor que hayamos probado nunca), los asados, las ensaladas y, finalmente, los postres, todos caseros y elaborados cuidadosamente por Sonia, propietaria y esposa del chef.
Y acabo con lo que debería haber sido el comienzo de este comentario:
Selaya tiene poderosas razones para ser visitada; sus restos de arquitectura tradicional, últimos vestigios de un tiempo de heráldicas en piedra y sillares monumentales, salvados milagrosamente del grosero azote inmobiliario de distintas épocas, merecen, al menos, su minuto de atención; el clima, normalmente suave y regulado a trechos por un viento sur caprichoso, modela un paisaje de verdes increíbles, hayedos y cajigales... Y en un rincón de este pueblo sencillo, al abrigo de calles principales y luciendo como enseña un farol casi siempre encendido, entre ecos sordos de Coleman Hawkins, Benny Goodman o Aretha Franklin y aromas tibios de tradición, aguarda la mejor de las cocinas, el amor por lo bien hecho... y una sonrisa que te da...
Read moreThe service was kind, polite, and courteous.
The food was good, but not transcendent: The flavors were simple and pleasing, but somehow, something was missing, or did not match. For example, the red peppers with the smoked sardine, and the fuet with the pesto sauce. It felt uninspired and bland.
The croquetas were very nice.
Cabrito: My issue here, like in many other places, is toooooo much salt. It would have been delicious, had the salt not overpowered every bite. To be fair, though, I am very sensitive to salt as I barely eat any, and someone else might not mind.
Since we paid 40-some euros each, it’s a moderately worthwhile trip but not necessarily a very memorable...
Read moreFuimos a comer mesa para siete y una niña, la primera camarera nos atendió bien nos explicó lo que nos recomendaba y nos dijo que era todo fresco y casero …hasta ahí bien…. Pedimos para la niña ranas y croquetas ..las rabas sin más y las croquetas frescas estaban porque aún seguían congeladas por dentro ….se lo comentamos al camarero y nos miró se llevó el plato y nos trajo otro ..ni un disculpa ni nada ..después de los precios que tiene esos fallos no les pueden tener . Lo demás el bacalao era bacalao congelado flotando en tomate sin más, las carnes como en cualquier otro sitio que pides de carta, postre la tarta de queso ( decir que siempre pido tarta de queso al horno ) venía super caliente en mi vida me habían servido tarta de queso al horno tan caliente , se habían pasado con el microondas( que ponga tarta de queso al horno es que se a echo al horno no que te lo sirvan ardiendo), y finalizó con el trato de os camareros y precios , pedimos la cuenta y el camarero antes de traernos la cuenta nos pregunta que si lo vamos a pagar en tarjeta o en efectivo, de lo cual le decimos tu tráenos la cuenta y ahora te decimos en qué te lo pagamos ( depende de cuánto sea) y nos dice que no puede que él al sacarlo en ticket lo tiene que poner , en lo cual le explicamos que no que traiga el tique y una vez que le vayamos a pagar es cuando él lo tiene que marcar, se va con mala cara y a los 20 min vuelve y nos medio tira la cuenta y se va….. nos ponemos a revisar y nos pone que nos cobra 10.50 por servicio, le llamamos y le preguntamos qué es eso del servicio??? Y nos dice que es los platos y los cubiertos!!!!!!! Claro no sé qué se pensarán que vamos a comer con las manos y en la mesa sin platos …….luego viene una camarera distinta y de muy malas maneras nos tira la carta allí y nos dice que lo pone en pequeño en la carta por lo cual es totalmente legal cobrarlo. Vamos una vergüenza. No se lo recomiendo a nadie . Sin contar que los precios que pone en la web oficial no corresponde con lo que nos a cobrado ….me he dado cuenta al entrar...
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