Recientemente, visité El Asador de Abel - Casa Farpon y mi experiencia fue en general muy positiva. Pedí croquetas, pixin pequeño y una tarta de chocolate, acompañado de sidra. Las croquetas estaban excelentes, crujientes por fuera y cremosas por dentro. El pixin fue increíble, muy sabroso, aunque quizás estaba un poco crudo para mi gusto, pero aun así, lo disfruté. La presentación de los platos fue sencilla, pero adecuada, y las porciones fueron justas, sin caer en el exceso.
El servicio fue muy bueno, aunque quizás un poco excesivo en cuanto a atención. Nos atendieron con mucha amabilidad, y hasta el cocinero se acercó a asegurarse de que todo estuviera a nuestro gusto, lo cual fue un detalle muy agradable. Son majos y profesionales, siempre pendientes de que no nos faltara nada, aunque a veces sentí que nos observaban demasiado.
El ambiente del restaurante es acogedor, cómodo, con una iluminación perfecta para una comida tranquila y relajada. No había demasiado ruido, lo que permitió disfrutar aún más de la experiencia. La limpieza del local fue buena, aunque los baños, aunque limpios, no estaban impecables, pero no fue un detalle que afectara negativamente mi visita.
Una cosa que no me gustó fue que nos sirvieran el agua directamente en una jarra, sin mostrarnos la botella ni abrirla delante de nosotros. Es un pequeño detalle, pero en un restaurante de este nivel se agradecería ese gesto para asegurar la autenticidad del agua servida.
En cuanto a la relación calidad-precio, diría que es mejorable. Aunque la calidad de la comida es alta, los precios son un poco elevados. Con un ligero ajuste a la baja en los precios, la experiencia sería aún más redonda.
Un detalle a destacar fue el trato ante un error que cometimos. Pedimos un arroz con leche, pero olvidamos mencionar que no queríamos el típico requemado por encima. Lo comentamos y, sin problema alguno, nos lo cambiaron por otro. Este gesto refleja la simpatía y profesionalidad del personal.
En resumen, El Asador de Abel - Casa Farpon es un lugar recomendable, con comida de calidad, un servicio atento y un ambiente cómodo. Aunque los precios podrían ajustarse un poco y algunos detalles de atención mejorarse, la experiencia en general...
Read moreA unos 20 kilómetros de Gijón, en un lugar con un nombre tan pintoresco como "la revuelta el coche", llamado así, porque en sus orígenes fue un mesón caminero donde los coches, primero de caballos y luego de gasolina, iban, paraban y volvían por donde vinieron, se encuentra @elasadordeabelcasafarpon . ¿Pero por qué de Abel, si Abel se jubiló y ahora oficia aquí el Chef Javi Farpón? Pues por respeto al hostelero que le entregó el testigo del restaurante tras 24 años en sus fogones. . Estos chascarrillos nos hablan de historia y tradición, que es precisamente lo que se respira tras traspasar las puertas de este Mesón. . Aquí encontraréis guisos asturianos y una parrilla, a la vista del comensal, de donde salen carnes de calidad y frescos pescados, cocinados lo justo para no estropearlos. . Lo ideal es empezar pidiendo que Juan Luis @sumillermurcia te prepare un aperitivo, un negroni o un bloody mary, y para acompañar un plato repleto de sus fabulosas croquetas de jamón, suaves, con una fritura perfecta y una bechamel que te hará salivar, o unos jugosos torreznos. . La tortilla de bacalao con su pil-pil también es imprescindible, así como su fabada asturiana, de la que se puede pedir un cuenquito, para no llenarse demasiado. Otro plato mundial es el roast-beef, acompañado del mejor parmentier que recuerde haber probado. . Terminamos con dos chuletas a la brasa con diferente maduración, de 30 y 60 días, para intentar apreciar las diferencias. Curiosamente triunfó la menos madurada, más sabrosa y jugosa que la otra. . Y de postre no puede faltar el mantecado "Anglirú" flambeado al momento, la versión astur del suflé Alaska. Magnífico. . En el apartado líquido, hay que ponerse en manos de @sumillermurcia quien nos dió toda una lección de vinos asturianos, empezando por una sidra achampanada fantástica, y continuando con varios vinos de Cangas de pequeño productor, que nos dejaron locos. . Un mesón acogedor con una cocina que sublima el producto y una bodega fuera de serie: un restaurantazo. Si viajan a Gijón, no...
Read moreEstábamos de paso mi marido y yo por la zona antes de ir a ver un mirador de los alrededores, buscamos en google dónde comer y me apareció "el asador de Abel", ya nada más entrar vimos que se trataba de un restaurante de algo más que un restaurante de carretera por los manteles y servilletas de tela en las mesas, ya el detalle del señor que nos recibió en la puerta (que supongo que es Abel) nos indicó dónde sentarnos, luego nos entregó la carta de comidas y la de los vinos y nos explicó qué platos habían fuera de carta. Cuando nos pusimos a ver la carta,MADRE MIA, los precios, bajo mi punto de vista, eran desorbitados, a mi ya en ese momento me daba palo levantarme e irme, asi que apechugamos, y seguimos mirando a ver qué podíamos pedir que fuera relativamente económico hasta que mi marido me dijo que había menú del día, ese detalle no me gustó nada por parte del señor que nos atendió, que se limitara a darnos la carta, decirnos qué había fuera de carta y no decirnos que tenían menú del día, que por cierto, fue de chiste, no tenías opción a elegir y eran 1er plato(potaje de garbanzos y bacalao), 2do plato (escalopin con un pimiento de piquillo y patatas fritas)y postre (supuesta tarta de queso que más bien era un flan de queso)y los cafés a 2€ cada uno, porque si pedías postre Y café te cobran el café aparte, me pareció una sablada porque fueron 48€ (22€ el menú del día) ya sólo deberían haber cobrado 1 café porque el postre se lo tomó mi marido y yo no.
En fin, me fui muy descontenta de allí,me sentí engañada y muy timada, hay mucho paripé y blablabla, pero al final te sangran. No lo recomiendo en absoluto si no quieres arruinarte por un filete del grosor de un folio por ejemplo. Lo único bueno que puedo decir es la atención de la camarera y que la comida...
Read more