Continental Cafe Bar — Restaurant in Siero

Fuimos a cenar, entramos y pedimos una mesa para cuatro y una niña, nos dijeron que teníamos que esperar a que se levantara alguien. Estuvimos esperando bastante rato y se levantó una mesa pequeña pero no cogíamos todos y nos dijo el chico que si seguíamos esperando cuando se levantara otra que estaba terminando nos las juntaba, obviamente no nos importó y seguimos esperando. Al cabo de un rato llego una pareja y se sentó en la mesa libre, el camarero les atendió y sirvió sin decirles que había gente delante aún así seguimos esperando porque había otras apunto de levantarse. Vuelve a repetirse la escena se levanta una pequeña nos dice que enseguida ahabra otra pequeña y las junta para nosotros, aceptamos. Llega otra pareja se sienta y les sirve… a lo cual nosotros nos vamos. Me parece de muy mal gusto tener esperando a gente para cenar y con una niña y que nos esté diciendo que si que si nos junta las mesas para que luego lleguen otras personas y se sienten…… sintiéndolo mucho no volveré a ir y espero que esto sirva para que no se lo hagan a...

Tratándose de un café bar resulta curioso tener que reseñar que el café que hacen es excelente, pero hoy en día es complicado encontrar un buen café y en el Continental lo saben, y por eso cuidan todos los aspectos para obtener ese gran café que nos hace volver cada día. En cuanto al acompañamiento, los pinchos son espectaculares. Algunos de ellos son muy originales, eso sí, sin caer en lo estrambótico de moda en la cocina de autor o pijadas semejantes. Si lo que queremos es pasar a mayores, en la carta encontramos suculentos sandwiches, perritos, hamburguesas y - como no - cachopos, que harán las delicias de todos: pequeños y mayores. En nuestro caso probamos la Big Continental y la Mini Big. Para chuparse los dedos...

La experiencia ha sido bastante desagradable. Al entrar, saludé y me devolvieron el saludo, pero acto seguido continuaron hablando entre ellos sin prestarme atención. Después de un rato esperando a que terminasen su conversación, decidí interrumpir educadamente para preguntar si podía sentarme. Una de las personas salió, dijo algo que no logré entender, y al comentar que no me había enterado, su respuesta fue seca y con malas formas: simplemente me dijo que había lista de espera. No pongo en duda que la haya, pero lo cierto es que había varias mesas vacías y no parecía haber nadie esperando.

Más allá de si había o no sitio, creo que el problema son las formas. La atención al cliente debería cuidar más el trato y la...