Primero destacar que no es un lugar apto para personas con movilidad reducida. Hay varios “escalones” interiores, además los accesos son agrestes, el parking es un descampado de tierra y piedra… Estuvimos un grupo grande, con niños de varias edades, pero principalmente pequeños. El restaurante no tienen platos ni menú infantil, pero es que tampoco están dispuestos a adaptar ningún plato a los niños. Por ejemplo, solicitamos patatas fritas de acompañamiento para la carne y lo negaron, que sólo hacían patatas a lo pobre (no muy bien hechas por cierto), tampoco ofrecían raciones más pequeñas, o algo de pollo, simplemente lo que había en carta, ok… aceptamos y empezamos a elegir los platos … Estando el restaurante casi vacío y siendo las 13:30 no tenían más que uno de los 6 platos de carne de caza (que no era con reserva previa), tampoco les quedaban albóndigas, ni otros platos más “sencillos”. Les solicitamos cerveza 0.0% (por estar dando lactancia), y sirvieron sin (tiene 1%) aunque reconocieron el error y lo corrigieron amablemente. Como no había casi ninguno de los platos, me ofrecieron ciervo en salsa, afortunadamente pregunté, porque estaba cocinado con vino tinto (repito, estoy con lactancia exclusiva y se lo había comentado desde el principio). Aparte de todo esto, coincido con comentarios anteriores, no os dejéis aconsejar de pedir entrantes, la camarera “principal “ tiene muy malos modos, nos hizo sentir incómodos en todo momento tratándonos con prepotencia, y haciendo comentarios del estilo: habéis pedido pocos entrantes, a ver cómo vais a repartir en queso, si no os da para nada 2 raciones os pongo alcachofas para compartir… (ojo! Son raciones individuales y se cobran como tal) las raciones de los principales están bien, pero no estáis pidiendo suficientes entrantes (ya le habíamos dicho, que no queríamos más, y que íbamos a ir cada uno con nuestro plato y sólo un poquito de compartir). -…. Por otro lado, los baños son muy pequeños, sólo uno para mujer y uno para hombre, si el restaurante estuviera lleno sería un desastre, porque estando tan pocas mesas ocupadas como había ese día , y ya se hacían colas. Además no hay lugar disponible para cambiar a los bebés… Es definitiva hacen incómoda la visita con niños, si no quieren que sea un restaurante familiar no tienen más que indicarlo y no ofertarlo como tal. Un detalle extra, el sitio no tiene wifi, pero tampoco señal de móvil, así que si tenéis una urgencia, o vais por trabajo, tampoco es el sitio. Si reconozco que la comida está rica, mi plato finalmente fue tataki de jabalí y estaba delicioso y los solomillos de vaca muy sabrosos, en cambio el solomillo de cerdo (que pedimos para los niños) estaba muy muy duro e insípido, el pulpo amargaba (entiendo que por el aceite usado) y estaba duro..: Los postres también estaban muy buenos todos los que probamos, tarta de queso (recomendable!), helado de queso (lo pediría sin mermelada), las tartas de higo, zanahoria y chocolate muy ricas y presentación bonita. La decoración interior del lugar es clásica y bonita. Resumo: 6 entrantes para compartir, un principal para cada uno, postre y cafe: de bebidas agua y tinto de la zona..: éramos 10 adultos y 9 niños..: salimos a...
Read moreParece mentira que con una comida tan buena y una velocidad de cocina tan rápida hayamos tenido que pasar por el mal trago de tener un servicio tan nefasto. Empezamos regular cuando surge el primer malentendido con las cantidades del pedido, luego tener que insistir con el pan, que me parece básico que lo pongan desde el principio y no cuando ya se te está enfriando la carne. Algo que no es culpa de la camarera pero que queda mal es que si pides una tapa de albóndigas al centro y somos 7 personas te traigan 6. (Protocolo mal planteado). Llevamos tres niños, es un restaurante familiar y no tienen ninguna trona. Vale, no pasa nada, puede pasar. Vemos que hay sillas de diferentes clases y en la mesa vacía de al lado el acolchado es más alto, por lo que hacemos el cambio con una de las nuestras para que mi hija pueda llegar a la mesa y comer bien (que también pagamos su comida) y al poco tiempo nos exige la camarera (sin tacto ninguno) que la silla tiene que volver a su sitio porque la mesa estaba reservada (nos fuimos pasadas las 17:00 y allí no se sentó nadie). Es decir, en nuestra mesa con tres tipos diferentes de silla no pasa nada, pero en la mesa fantasma era sagrado dejar las sillas iguales. Curioso. Ni darnos alternativa, ni ofrecernos un cojín, ni nada. A los niños que les den. Por último, unos postres al centro para compartir, todo buenísimo. La tarta de chocolate viene con una bola de helado por encima aún más rica, así que decido pedir otra más y sigo claramente "otra igual" por favor. Me trae otra tarta pero con bola de vainilla. Le digo que no es lo que he pedido, que la anterior viene con bola de chocolate y otra vez esa sensación de absoluta falta de empatía ni tacto con la respuesta de la camarera: "es que depende de quién te la ponga"...... Es decir, le pido lo mismo que nos han traído y encima no me puedo quejar porque se supone que tengo que saber que dependiendo de qué cocinero corte el trozo de tarta, te pone chocolate o vainilla a su antojo. Total, ¿Para qué sirve entonces una camarera? En fin, una pena el servicio porque de verdad que la comida vale lo que cuesta y más. Además que tanto el restaurante como el entorno...
Read moreA diferencia de otras ( pocas) personas, nuestra experiencia fue muy placentera este fin de semana. El servicio y el trato de los camareros estupendo (COMO SIEMPRE). Hemos ido un montón de veces desde que terminó el confinamiento ,siempre salimos satisfechos y, exhaustos. No quisimos poner ningún comentario el fin de semana pasado ( que también estuvimos) porque no lo veía necesario pero creo que estas cosas también hay que comentarlas. Comimos en la terraza(muy bien todo) pero teníamos una plantilla de fútbol a lado nuestro, entiendo que los niños tienen que jugar y quemar esa energía que tanto los caracteriza pero como madre que también soy, no veo apropiado ponerse a jugar en medio del jardín donde hay mesas ( no culpo al servicio porque vimos cómo se les llamó la atención e hicieron lo que pudieron) es mas un toque de atención a los padres, hay cosas que no hace falta que te digan que no puedes hacer. He ido a comer con toda mi familia (y no somos pocos) y claramente no puedo pegar a mis hijos en las sillas con pegamento, pero siempre nos han puesto en un lugar con césped y hemos aprovechado un hueco a lado de nuestra mesa para que jueguen y se entretengan y cuando quieren ver a los animalitos, los acompañamos. No hay que olvidar que se está en un restaurante y QUE EN LOS TIEMPOS EN LOS QUE ESTAMOS, HAY QUE TENER MUCHA PRECAUCIÓN. Esto es más, porque este Domingo que fui con unos amigos, había unos niños que no paraban de correr, vimos cómo no sólo casi les tiran las bandejas a los camareros, sino también iban por las mesas y empujando las sillas. A mi no me molestaron, hasta me parecieron graciosos cuando se acercaron a la nuestra pero si escuchamos como otras personas no estaban agusto con eso, y es totalmente comprensible. Me extraña que nadie diga nada de eso en los comentarios. Dentro de dos semanas volveremos de nuevo con toda la familia, los niños están deseando ir. Si tengo que decir algo negativo por llamarlo de algún modo diría que los postres nos tardaron mucho en salir, pero la espera valió la pena, estaban buenísimos y no siempre ha pasado, como ya he dicho antes hemos ido en...
Read more